Mucho más que una campeona

Naomi Osaka levantó el trofeo en el US Open, el primer Grand Slam post pandemia, y levantó también la bandera en contra de la violencia racial al llevar nombres de víctimas en su tapa bocas. En agosto, no se presentó a jugar como medida de reclamo: “Antes de ser atleta, soy una mujer negra”. La gran historia de la japonesa que sumó su tercer Major y es ejemplo dentro y fuera de la cancha.