10 AÑOS EN 10 FOTOS | La Fusión, los caprichos del fútbol… y de la vida

Se cumplen 10 años de fútbol femenino en la Liga Regional de Río Cuarto.
El puntapié inicial fue en el 2014 y hay mucha historia por repasar. Pasaron torneos, equipos, jugadoras durante estos 10 años. Hay un montón de estadísticas, de datos curiosos que merecen, y tendrán, su lugar. Pero esta sección buscará ir a las imágenes.
Vamos a elegir 10 fotos. No por importancia de los momentos que se hayan registrado, si no por su belleza, por el impacto de la imagen como imagen, y los mundos que se abren cuando uno las observa. Y a partir de esas fotos surgirán 10 textos. Puede ser un ejercicio de escritura, puede ser un capricho, puede ser un modo de hablar de ciertas cosas, puede haber realidad, puede haber ficción, puede haber imaginación.
Puede haber lo que queramos que haya.

I | La Fusión, los caprichos del fútbol… y de la vida

Hay muchas fotos muy hermosas de muchos fotógrafxs en estos 10 años de fútbol femenino. Pero me tomé el atrevimiento de elegir la favorita de las mías para arrancar este juego. La imagen de por sí me parece hermosa por un montón de razones, pero, además, con el paso del tiempo se convirtió aún en más hermosa y especial para mí.

La montaña humana en un festejo de gol, el grito que se puede escuchar aunque las imágenes no tengan sonido, el gesto del puño cerrado, los abrazos, los brazos en alto, la caricia.

Por eso caprichos de cuando uno hace clic en la cámara, en la foto no se ve el escudo de la camiseta. Pero si, en la remera blanca que aparece bien en el centro, se lee FUSIÓN.

Fusión Fútbol Club fue mi primer equipo de fútbol femenino. Fue la puerta que se abrió a los 25 años para reencontrarme corriendo atrás de una pelota como lo había hecho en la infancia con la camiseta de Herlitzka de Las Vertientes.

Fusión es, para mí, uno de los equipos con más mística en estos 10 años. Un equipo del que he escuchado contar muchas historias, muchas anécdotas, y del que tuve el honor de ser parte, aunque sea por un rato, un pedazo de tiempo. Fusión tuvo como bandera la autogestión, el disfrute, la amistad, la resiliencia, y es ejemplo del proceso.

Fusión perdió muchos partidos, durante mucho tiempo. Perdió incluso, de punta a punta, durante todo un torneo. Pero en ese proceso festejó como un título cuando se convirtió el primer gol del equipo. Y fue aprendiendo, fue creciendo, fue siendo más competitivo, fue formando jugadoras, jugó semifinales, siguió creciendo… hasta que sus jugadoras decidieron cambiar el rumbo. El camino debía continuar, pero en una institución que las pueda acompañar de otra manera, en la que pudiesen seguir afianzándose como jugadoras de fútbol. Y el destino fue Atenas.

Hoy, siendo 2024, veo esa foto de inicios del 2019 y algunas cosas me parecen muy locas. En ese momento, yo apenas estaba empezando a jugar de nuevo a la pelota, y estaba descubriendo todo el mundo que había de fútbol femenino en la ciudad. En la foto, en esa especie de triangulo que se forma, aparecen Lucía García, Agustina González y Antonella Tosco. En ese momento, apenas unas compañeras; hoy, tres amigas.

Me parece una injusticia del fútbol que ninguna de las tres haya estado como jugadora en el título que consiguió Atenas este año, el primero de la institución en la disciplina. Pero entonces revalorizo mucho más las que cosas que se construyen por fuera de las luces de un torneo ganado. El fútbol, la vida misma, tiene esos caprichos. Esos destiempos.

Por eso quiero también que de estos diez años no sólo se repasen los equipos más ganadores, las jugadoras con más récords, las mejores estadísticas. Lo que más me gusta el periodismo es contar historias, y las historias que más me gustan persiguen algo más que no se bien como definirlo. En este caso, algo que trascienda un éxito deportivo, el ganar mucho o el perder mucho. Algo más, como la esencia que tuvo un equipo que marcó a muchas personas y que dejó huella en el fútbol regional. Algo más, como las referentas que fueron bandera de ese equipo. Algo más, como la amistad.

No lo sabía en ese momento, pero lo sé ahora, a las tres las elegiría siempre en mi equipo. En un pan y queso, Tosqui, Luci y González, siempre conmigo.

Por Delfina Vettore