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Collor de Mello, ‘el Milei brasileño’ que perdió en el Congreso, en la Justicia y en El Chateau

El hombre que encendió la motosierra en el Brasil de los ’90, condenado recientemente en su país, lanzó su carrera política como mandamás de Centro Sportivo Alagoano, el club que disputó con Talleres la final de la última edición de la Copa Conmebol.

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Collor de Mello, ‘el Milei brasileño’ que perdió en el Congreso, en la Justicia y en El Chateau.

Hugo Caric

Periodista.

Fernando Collor de Mello sumó recientemente una nueva derrota en su legajo. El ex presidente de Brasil fue detenido el 25 de abril pasado en Maceió, su ciudad natal, luego de que el Supremo Tribunal Federal del vecino país confirmara la pena que le habían impuesto en 2023: ocho años y diez meses de prisión por los delitos de corrupción y lavado de dinero, por una causa vinculada a la trama de la Operación Lava Jato.

La noticia puso otra vez sobre el tapete al nombre del ex mandatario brasileño, que desde hace tiempo por acá sonaba más en las FM – “Chico Mendes lo mataron, era un defensor y un ángel de toda la Amazonia. Él murió a sangre fría, lo sabía Collor de Mello y también la policía”, canta Maná en ‘Cuando los ángeles lloran’- que en los noticieros.

El político brasileño había logrado una triste celebridad al renunciar al máximo cargo público de su país el 29 de diciembre de 1992, cuando en el Congreso -donde tenía amplia minoría y solía dar batalla a los vetos y decretazos- ya era estaba sellada su destitución a través de un juicio político que lo terminaría inhabilitando por ocho años, debido al tráfico de prebendas, la firma de contratos ilícitos y el desvío de fondos.

Señor de las cuatro décadas, Licenciado en Economía, periodista y heredero del emporio mediático nordestino Gazeta de Alagoas Ltda, Collor de Mello había jurado al comienzo de los ‘90 como el 32° presidente constitucional de la República Federativa de Brasil, ostentando el récord de ser el político más joven de la historia de su país en recibir la máxima investidura.

Como punta de lanza del Partido de la Reconstrucción Nacional (PRN), ignota fuerza conservadora que generó adhesiones en todos los estratos sociales, su candidatura se presentó como ‘lo nuevo’ y buscó capitalizar el descontento de la ciudadanía con la clase representante. Con el remanido libreto de la ultraderecha, prometió ganarle por goleada a la inflación, mantener el cero ante el déficit fiscal y sacar de la cancha a la burocracia estatal, la tan mentada ‘casta’.

Influyentes medios de comunicación, empresarios, terratenientes y otros grupos de poder apuntalaron la aventura del ‘Indiana Jones de América Latina’ (así lo bautizaría el ex presidente estadounidense George W. Bush), temerosos del triunfo del ‘populismo’ que encarnaba Luiz Inácio ‘Lula’ Da Silva, el líder del Partido de los Trabajadores. Cualquier parecido con estas pampas, no es casualidad. Treinta y cinco millones de votos terminarían convirtiendo al Palacio de Planalto en el templo de la perdición.

‘INDIANA JONES’. Así bautizó el ex presidente estadounidense George Bush a su efímero par brasileño de comienzos de los ’90.

El fútbol como trampolín

Como presidente de Brasil, Collor de Mello fue el pionero del corralito de Domingo Cavallo, siguió a rajatabla los mandatos del ‘Consenso de Washington’ (ajuste salarial, aumento de tarifas, privatizaciones, paridad cambiaria y economía de mercado) en paralelo con Carlos Menem, encendió la motosierra al mejor estilo de Javier Milei, y terminó dejando la Casa de Gobierno en helicóptero, como Fernando de la Rúa.

Con Mauricio Macri, otro de sus afines de la política argentina, lo emparenta haber utilizado al fútbol para hacerse visible, cosechar popularidad y catapultarse hacia la cancha grande de la política.

  • DEL AZULAO A PLANALTO. La presidencia de Centro Sportivo Alagoano fue el trampolín político para Fernando Collor de Mello.

Collor de Mello no sería el primero ni el último en utilizar como trampolín al Centro Sportivo Alagoano (CSA), entidad fundada el 7 de setiembre de 1913, treinta cinco días antes de que a 4.600 km. de distancia, en el corazón geográfico de Argentina, diera a luz el Club Atlético Talleres, el club cordobés con el que 86 años más tarde protagonizaría los partidos más importantes de su historia: las finales de la Copa Conmebol 1999.

Amante del automovilismo y aficionado a las artes marciales, Fernando Collor de Mello hizo su primera experiencia presidencial a los 24 años, apuntalado por su padre, Arnon Affonso de Farías Mello, un exreportero devenido en magnate de las comunicaciones e influyente miembro de la Alianza Renovadora Nacional (ARENA), el partido que respaldó a la dictadura que gobernó a Brasil entre 1964 y 1985.

Gracias a los buenos contactos de Arnon, ex gobernador de Alagoas y por entonces senador nacional, CSA logró insertarse en la máxima divisional del fútbol brasileño, en pleno furor por la obtención del Mundial de México ‘70. Acto seguido, el primogénito del poderoso empresario y político hizo el doble salto más destacado de sus años mozos: en tiempo récord, fue designado primero miembro de la junta directiva y luego mandamás del club. “No soy un político, sino un joven que procura desempeñar su tarea de la mejor manera posible”, expresó en su discurso de asunción, el 7 de setiembre de 1973. Su primera acción de gobierno fue organizar un partido amistoso para celebrar el 60° aniversario del CSA, con Garrincha y Dida, estrellas del Brasil campeón mundial en Suecia ‘58, vistiendo la casaca azul del equipo.

EL SUEÑO DEL PIBE. Collor de Mello fue presidente de un club a los 24 años y celebró en andas de los hinchas la obtención de un campeonato.

La conquista del torneo estadual de 1974, el vigésimo segundo de los cuarenta que suma Centro Sportivo Alagoano, catapultó al hijo del viejo Arnon como un líder competente y exitoso. “Torcida do CSA ovaciona Fernando Collor de Mello”, tituló Gazeta de Alagoas en su portada, con la imagen de los hinchas llevando en andas al joven mandatario del club. Aquella vuelta olímpica le permitió al dirigente ascender varias categorías en la política: alcalde de Maceió, diputado federal y gobernador de Alagoas. “El playboy alagoano utilizó a CSA como un puntapié inicial para su carrera política”, coinciden las reseñas de la prensa brasileña.

Encaminado de lleno hacia otra presidencia, su salida del fútbol terminó siendo un viaje sin retorno: licencia, hasta la baja, en agosto de 1974. De todos modos, la hegemonía de la derecha política en ‘El Azulao’ se prolongaría hasta 2003, cuando Abel Duarte, un afiliado al Partido de los Trabajadores (PT), torció el rumbo de las urnas y accedió al máximo cargo dirigencial, sucediendo a Euclides Mello, el primo de Fernando.

Hasta el desembarco de Duarte, la dinastía de los Collor había presidido a CSA a través de Arnon Afonso de Mello Neto, hijo del exmandatario brasileño; João Lyra, suegro de su hermano Pedro Mello; y Augusto y Claudio Farías, hermanos de Paulo César ‘PC’ Farías, el monje negro de la campaña y el gobierno de Fernando Collor de Mello que fue asesinado en 1996.

El equipo de Collor

Centro Sportivo Alagoano de Maceió irrumpió en la Copa Conmebol 1999 como uno de los cuatro representantes del fútbol brasileño, junto a otros dos elencos de torneos regionales (Vila Nova de Goiánia y Sao Raimundo de Boa Vista) y Paraná de Curitiba como único embajador del Brasileirao. ‘El equipo de Collor de Mello’, tal como se lo conocía por entonces, alcanzó su primera y única participación en un certamen de clubes sudamericanos favorecido por una designación hecha prácticamente a dedo, que premió su condición de semifinalista de la Copa del Nordeste.

A la final con Talleres -el elenco de barrio Jardín participó como invitado, debido a la renuncia de otros equipos, tras haber terminado 16° en la tabla de posiciones de la temporada de Primera División 1998/1999 de la AFA-, CSA avanzó tras eliminar sucesivamente a Vila Nova, el venezolano Estudiantes de Mérida y Sao Raimundo. El representativo cordobés había hecho lo propio con el boliviano Independiente Petrolero de Sucre, el brasileño Paraná y el chileno Deportes Concepción.

El Albiazul y ‘El Azulao’ coincidieron en El Chateau el 8 de diciembre de 1999, en la definición de la última edición del torneo que luego sería reemplazado por las Copas Merconorte y Mercosur. Aquella noche, Arnon Afonso de Mello Neto, presidente de la institución brasileña, se convirtió en uno de los objetivos de periodistas y reporteros gráficos locales, que buscaban registrar ‘ao vivo’ la llamativa presencia de ‘El hijo de Collor’.

El nuevo primogénito de la poderosa dinastía nordestina caminó los pasillos del mundialista cordobés con paso acelerado y aires de suficiencia, como si su apellido no le debiera nada a nadie (por entonces, su padre cumplía una inhabilitación de ocho años para ejercer cargos públicos), o confiara en que la revancha sería un mero trámite tras el 4-2 de una semana atrás en el Estadio Rei Pelé, con ‘hat trick’ del delantero Missinho.

El 8 de diciembre de 1999 Talleres se coronó campeón de la extinta Copa Conmebol tras vencer a Sportivo Alagoano de Brasil por 5-4 en el global.

Entre los 30 mil testigos que pudieron dar fe de aquella victoria -a la postre, la más resonante del club de Maceió- se encontraba una pequeña futbolista que hacía sus primeras armas en el equipo femenino del CSA y que un año después marcharía a Vasco Da Gama para empezar a escribir su propia historia. Se llamaba Marta, y con el tiempo jugaría seis Mundiales y seis Juegos Olímpicos, y ganaría cinco premios The Best de la FIFA.

“En aquel momento teníamos muy poca información de los clubes rivales, y ni siquiera sabíamos cómo jugaban los equipos. De Sportivo Alagoano sólo conocíamos que competía en la tercera división de Brasil y que estaba en Maceió”, refiere Julián Maidana, integrante del plantel que protagonizó el bautismo de fuego de Talleres en torneos de clubes sudamericanos.

Maidana resultó el héroe de la revancha, al convertir el angustioso 3-0 que le dio a la ‘T’ la victoria por diferencia de goles y su primer y único título internacional. Al día siguiente, Gazeta de Alagoas publicó una edición especial y un suplemento: ‘CSA, subcampeón de la Copa Conmebol’. Arnon Affonso de Mello Neto no pudo aprovechar el envión de haber llevado a su club hasta la final de un campeonato de la Conmebol; tres años después, las urnas le pegaron un golpe más duro que aquel gol de Maidana y frustraron su pretensión de asumir como diputado federal. Al mundo del deporte volvería años más tarde, reconvertido en director de la NBA Brasil.

TRISTEZA NAO TEM FIN. El festejo de Talleres tras la consagración en la Copa Conmebol 1999, frente al ‘Equipo de Collor de Mello’.

A diferencia de Arnon, Fernando buscó revancha en la cancha de la política. En 2002 se postuló para alcalde de Sao Paulo, pero la justicia bochó su candidatura. En 2006 volvió al ruedo como senador nordestino por el Partido Renovador Laborista (mantuvo el cargo hasta 2023, y fue uno de los 61 legisladores que votó a favor de la destitución de la mandataria Dilma Rousseff), y en 2010 compitió sin éxito por la gobernación de Alagoas.

En 2018 anunció su candidatura presidencial por el Partido Laborista Cristiano, pero la bajó cuando los sondeos le dieron un pelotazo en contra: 1% de intención de voto. Pocos meses después, un nuevo intento por recuperar el cargo de mandatario alagoense, esta vez con la camiseta del Partido Republicano del Orden Social, fue la última aventura electoral del otrora ‘Indiana Jones’. En 2021, Collor de Mello reaparecería en la escena política, ungido asesor por el presidente ultraconservador Jair Bolsonaro.

JUGAR POR DERECHA. Collor de Mello fue reciclado como asesor presidencial durante la gestión del ultraconservador Jair Bolsonaro.

Vidas paralelas

Los comienzos del nuevo milenio fueron complejos para Centro Sportivo Alagoano. Los desmanejos económicos y los malos resultados deportivos, y la quiebra como resultado de ese combo explosivo emparentaron otra vez su destino con el de Talleres.

Al igual que el Albiazul cordobés, ‘El Azulao’ de Maceió también tuvo su gerenciamiento y su mecenas. Cicero Rafael Tenório da Silva, empresario del rubro alimenticio con un lejano pasado de lateral derecho en las inferiores del CSA, fue quien tomó las riendas del club en 2015 y en cuatro años llevó al equipo desde la Serie D hasta el Brasileirao. “El primer objetivo será permanecer en la Serie A; el segundo, luchar por un puesto en la Copa Sudamericana; y el tercero, apuntar a la Copa Libertadores”, afirmó Tenório tras el triple salto del equipo hacia la divisional de elite.

Su impronta de patrón de estancia lo llevó a hacer alarde de su influencia en las decisiones de los entrenadores de turno: “Tenemos una gestión compartida”. Molesto por la resistencia de los socios a su iniciativa de convertir a CSA en una sociedad anónima deportiva, y las críticas que recibía a través de las redes sociales, Tenório pegó el portazo en marzo de 2024. Durante su paso como hombre fuerte del CSA, también fue tentado por las luminarias de la política, donde tuvo su cuarto de hora como senador suplente por el Movimiento Democrático Brasileño (MDB).

La abogada y poetisa Mirian da Silveira Monte, ex jefa de la policía civil de Parabaíba, ex secretaria de cultura de Maceió y ex candidata a diputada federal por el derechista partido Unión Brasil, asumió el año pasado como máxima autoridad del club, que actualmente milita en la Serie C.

Por estos días, Centro Sportivo Alagoano se prepara para uno de sus compromisos más importantes del presente siglo: la serie ante Vasco da Gama por los octavos de final de la Copa Brasil. El 27 de julio se jugará el partido de ida en el Estadio Rei Pele, el escenario que Talleres conoció un cuarto de siglo atrás y donde Otávio Quadros, DT del elenco subcampeón de la Copa Conmebol 1999, trabaja como coordinador de mantenimiento. “Nuestra fortaleza fue la unidad del grupo y nuestra debilidad estuvo en un plantel corto, con muchos juveniles”, relató tiempo atrás el ex entrenador.

“El arbitraje fue determinante y también influyeron algunas situaciones que se dieron afuera de la cancha, con un clima muy hostil, aunque también tuvimos nuestras chances para convertir y no pudimos hacerlo”, recordó Mimí, integrante de la histórica delantera del CSA junto Missinho (falleció en 2014 por un cáncer de esófago) y también empleado del ‘Rei Pelé’.

A diferencia de aquella final frente a Talleres, a Quadros y a Mimí ahora les tocará estar afuera del campo de juego. En prisión domiciliaria desde hace un par de meses, Fernando Collor de Mello otra vez lo mirará por TV.

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