Fútbol

La patada de Boban, el clásico que no se jugó y la guerra que empezó

Publicado

el

La patada de Boban, el clásico que no se jugó y la guerra que empezó.
Leonardo Gasseuy

Leonardo Gasseuy

La guerra de los Balcanes fue uno de los mayores conflictos bélicos de la historia de la humanidad. Los enfrentamientos se desarrollaron en el este de Europa entre 1992 y 1995 y se calcula que murieron 130.000 personas. El deporte no permaneció ajeno y esta trilogía que nos entrega Leonardo Gasseuy para Media Distancia nos permite conocer historias que se produjeron en esta región que estuvo atravesada por un enfrentamiento étnico y religioso.

———————————————————————————————

Hace 35 años, el 13 de Mayo de 1990, se debía jugar el superclásico de Yugoslavia, el Dinamo de Zagreb (hoy Croata), con el Estrella Roja de Belgrado (ahora club Serbio). El partido nunca se jugó, había caído el muro de Berlín, la Unión Soviética se despedazaba en fragmentos y el aire independentista que venía del este europeo se llevaría puesto el ya debilitado comunismo yugoslavo.

La Guerra de los Balcanes fue una guerra distinta, cruel como todas, pero una guerra de hermanos, la expresión bélica moderna mas fraticida de las que se conozca.

Era un domingo de clásico, el clima social infectaba al fútbol, la hinchada local gritaba en torno a la independencia de Croacia y los ultras de Belgrado su afán totalitario de reemplazar Yugoslavia por Serbia. Comenzó la entrada en calor y los más de cien policías que cuidaban el perímetro de juego comenzaron a reprimir. Se rompieron las rejas, se mezclaron las parcialidades y explotó. Zvonimir Boban, enganche croata del Dinamo de 21 años, corrió 20 metros y le asestó una patada en el pecho a un policía, el partido no se jugó y en forma literal fue el preanuncio de la guerra. Lo que todos sentían, se materializó con la patada de Boban, algunos por la independencia, otros por totalizar, casi todos abrazando la incapacidad de convivir. Serían 5 años de fuego y la sangre de 20.000 mil yugoslavos las que delimitarían las fronteras.

Europa, la que dice ser el cerebro neurálgico del mundo, en solo 31 años, – entre 1914 y 1945 – escenificó dos guerras mundiales con más de 79 millones de muertos y otro tanto de minusválidos. Generaciones de familias desmembradas – en la segunda guerra Rusia perdió 24,8 millones entre civiles y soldados y se dice que el 26 por ciento de las familias perdió abuelos, padres y todos los nietos. ¿Cómo se explica que a poco menos de 45 años los fantasmas de la intolerancia nuevamente arrasen esa región ? Muy simple, el juego de la fría geopolítica te exige formar parte, te expone y limita, si no, te lo hace pagar.

El infierno bélico se libró a lo largo de gran parte de la década del noventa, una época en la que el mundo decidió mirar para otro lado. Yugoslavia pagó muy cara su desobediencia política de no alinearse en ninguno de los dos lados de la cortina de acero durante la bipolaridad cruel. Con vulgar razón, nadie tenía intereses que defender en esa zona y cuando la hipócrita OTAN intervino con los bombardeos de 1999, fue para convertir en polvo las ruinas de países desbastados, que ya no existían como tales y casi toda la sangre inocente a cuidar, ya había sido derramada.

Zvonimir Boban, nació en Imostky – Croacia en 1968, siempre fue distinto, curioso, intelectual, con una capacidad superior a la media de un futbolista. Se licenció en Historia por la Universidad de Zagreb, se convirtió luego en uno de los directivos de Sportske Novosti (un diario deportivo croata), fue comentarista en la televisión de su país y colaboró con la cadena Sky, además de destacarse como columnista del diario La Gazzeta dello Sport. Su gesto violento de la patada en el Estadio Maksimir de Zagreb, si bien cargado de violencia, no fue un acto irracional.

Boban tenia otras inquietudes. Avalaba la independencia de Croacia, consideraba la formación intelectual como la mejor arma para el desarrollo de sus ideas. Fanático de los clásicos rusos como Dostoiessky y Tolstoi. Siempre expresó el más sincero producto de su pensamiento… ser independientes, es ser libres, ser libres nos hace dueño de nuestro destino, a partir de ahí, todo esta en nuestra manos..No solo lo pensó, se lo dijo al presidente croata Trujman. Como en el Milan de Capello, manejó los hilos de la línea discursiva y aposto todo a su idea. Fue uno de los primeros activistas, un domingo de clásico trunco.

El croata Boban, autor de la patada a un policía serbio en los incidentes en el clásico entre  Dinamo Zagreb vs Estrella Roja.

La península balcánica aún en tiempos de paz es una zona caliente, desde siempre los conflictos que ahí se originaron marcaron a fuego sucesos históricos. La primera guerra balcánica terminó definitivamente con lo que quedaba del Imperio Otomano en Europa. El 28 de Junio de 1914 en Sarajevo – Capital de Bosnia, un joven nacionalista, asesinó al Principe austríaco Francisco Fernando y originó la primera guerra Mundial, en esa zona del mundo, la historia siempre giró en torno a la búsqueda de independencias fraticidas, donde la intolerancia y la violencia derramaban muerte.

El deporte, siempre magnánimo, logra cosas maravillosas, y une puentes invisibles generando un vinculo con la peor historia y las causalidades. El 15 de Julio de 1995 8.000 musulmanes bosnios , incluidos niños, fueron asesinados después de que el enclave de Srebrenica, en el este de Bosnia, fuera tomado por las tropas serbias de Ratkp Mladic, exterminados y enterrados en fosas comunes por el solo hecho de ser nietos y bisnietos de musulmanes. La cara mas horrible de la guerra se escondió bajo la fachada cruel de la limpieza étnica.

El 15 de Julio 2018, el mismo día pero 23 años después el destino y el deporte balcánico en su punto más alto tienden los lazos de la reconciliación. Ese domingo en Londres, Novack Djockovic define el Abierto de Wimbledon –vencería a Kevin Anderson- y en Moscú la selección de Croacia jugaba la final del mundial de Rusia frente a Francia. Iván Rakitic, líder del equipo Croata, dijo…“espero que en Wimbledon gane Nole, eso nos hará muy felices, las guerras quedaron atrás y Serbia merece esa alegría….” , en el mismo invisible puente de concordancia desde Londres , Djokovic expresó …espero que Croacia sea Campeón del Mundo, será una manera de resurgir y que la alegría de ese pueblo, cure las heridas… “ . Las dos expresiones sinceras y claras, sepultan en el olvido la patada de Boban y marcan la agenda de un futuro mejor. En forma involuntaria, el deporte muchísimos años después empieza a galvanizar la reconciliación.

Djokovic, rodeado por Modric, Kovacic, Rakitic y Perisic, en una noche en la que coincidieron en un partido de la NBA. Serbio y croatas reunidos y sin diferencias tras la disolusión de la República Federativa Socialista de Yugoslavia.

En estos días se cumplieron 35 años de la masacre de Srebrenica, Para los bosnios, conmemorar el genocidio es un componente fundamental de su identidad nacional y un elemento constitutivo para su Estado. La mayoría de los supervivientes del genocidio viven en condiciones modestas, a veces muy pobres y marginales. Solo las mujeres que no tienen familiares varones reciben apoyo estatal. Lo más angustioso para el mundo entero, es que, 30 años después del terror y a pesar de la resolución de la ONU de 2024, Srebrenica sigue sin un lugar permanente en la memoria europea.

Boban, que luego la rompió en el Milan, 35 años después sigue sosteniendo sus convicciones cuando le preguntan por la guerra, «eramos europeos católicos administrados por bizantinos ortodoxos», eso también pensaban los eslovenos. Trabajó un tiempo en las oficinas de la UEFA, hoy es comentarista de la televisión croata y da clase de historia en dos colegios secundarios.

Zvonimir BOBAN, con la camiseta del Milan en 1997. Fue el primer croata que vistió los colores del rossonero italiano. (Photo by Alexander Hassenstein/Bongarts/Getty Images)

Cuando de los balcanes se trata, la historia moderna es escrita con letras de barro, tenues, respondiendo endeblemente a sus propias dicotomias. Es todo multiforme, un cronopio que se ajusta a un razonamiento del Mariscal Tito que decía ..soy el líder de un país que tiene dos alfabetos, tres lenguas, cuatro religiones, cinco nacionalidades, seis repúblicas, rodeada de siete vecinos y un país donde viven 8 minorías étnicas.” Dificil de entender, aun 35 años después, pero en fin lo había dicho Churchil hace casi un siglo, “La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede consumir”.

Te puede interesar:

Especial Guerra de Los Balcanes

Gráfico: Al Toque

Este artículo fue posible a la autogestión de periodistas. Hoy necesitamos de vos. Te invitamos a que seas parte de la comunidad de Al Toque Deportes asociándote con un mínimo aporte mensual

Publicidad
Publicidad

Tendencias

Propietario: Cooperativa de Trabajo Al Toque Ltda. Director: Diego Alejandro Borghi. Sebastián Vera 940, Río Cuarto, Córdoba.
Fecha. Edición N° Edicion . Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.