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El Mundial de Handball Femenino 2025 y la ilusión de La Garra, la Selección Argentina
Con el cierre del calendario deportivo acercándose, el mundo del handball pone su mirada en el 27th IHF Women’s World Handball Championship, que se celebrará del 26 de noviembre al 14 de diciembre en los países organizadores Alemania y Países Bajos. Para la “Garra”, como se conoce a la selección femenina argentina, es una de las últimas grandes oportunidades del año para dejar huella internacional. Para los fanáticos, la oportunidad de elegir en casinos online a los equipos y deportistas favoritos.
Un torneo con peso y alcance global
El Mundial de la International Handball Federation (IHF) es, sin duda, la principal competición internacional de balonmano femenino y en esta edición reúne a una veintena de países de los cinco continentes. Su relevancia radica no sólo en el título, sino en el valor para la proyección de las selecciones y el deporte en cada país. La edición de 2025 es especialmente importante porque consolida la expansión del torneo (32 equipos) y se sostiene como una ventana internacional crucial antes del ciclo olímpico.
Para Argentina, participar en este tipo de certamen significa estar frente a los mejores del mundo, medirse en otros niveles, ganar visibilidad y, por qué no, sorprender. La nómina anunciada por la Confederación Argentina de Handball (CAH) confirma que la apuesta es seria.
La Garra: historial, presente y expectativas
La selección argentina femenina ha mantenido una racha de apariciones consecutivas que expresa compromiso y crecimiento: hace doce ediciones que participa del Mundial de Mayores. Su mejor resultado hasta ahora se considera la clasificación a la “Main Round” en las ediciones de 2021 y 2023.
Este año, la Garra integrará el Grupo E junto a Países Bajos (anfitrión), Austria y Egipto. El debut está programado para el viernes 28 de noviembre (hora de Argentina) ante los neerlandeses, lo que marca desde el inicio un desafío de alto nivel.
La misión es clara: avanzar con dignidad, aspirar a superar la fase de grupos y, si es posible, dejar una marca que refuerce el posicionamiento del equipo en la élite. El entrenador y cuerpo técnico saben que el camino es cuesta arriba, pero también que el momento está dado.
¿Qué puede aportar este Mundial a Argentina?
- Experiencia internacional: enfrentar a potencias reforzará la madurez colectiva e individual de las jugadoras.
- Visibilidad para la disciplina: para el balonmano en Argentina este tipo de eventos son altavoces que pueden motivar inversiones, captar jóvenes talentos y favorecer el crecimiento del deporte.
- Cultura del rendimiento: la preparación ya incluyó concentraciones en Europa, amistosos de primer nivel y la convocatoria de jugadoras que actúan en ligas del viejo continente.
- Marca país: los éxitos del seleccionado femenino trascienden lo deportivo y pueden favorecer la imagen internacional del país, así como la motivación local.
Obstáculos y realismo necesario
No obstante, el camino es arduo. El nivel mundial es altísimo, las selecciones europeas dominan el medallero y cada partido exige un nivel de concentración y física que pocas veces se ve en competiciones regionales. La Garra deberá ser sólida, enfrentarse a la presión, adaptarse rápido y optimizar recursos. El debut ante Países Bajos, en su propio territorio y con público a favor rival, ya es un test que definirá cómo arrancan las argentinas.
Además, si bien los resultados pasados muestran avances, aún no se cuenta con un podio para la Garra en la categoría adulto. Por eso una estrategia inteligente será medir ritmos, focalizar en la fase de grupos, aprovechar oportunidades y quizá soñar con dar una sorpresa.
Un cierre de año cargado de significado
En el calendario deportivo 2025 el Mundial de Handball femenino aparece como uno de los eventos que pone broche final al año competitivo en equipo. Para Argentina, coincide con una fase de renovación de plantilla, de afianzamiento de jugadoras formadas en Europa, y de consolidación de una cultura con mayor ambición. El deporte femenino y el balonmano merecen, en este marco, mayor atención y recursos.
En definitiva: cuando las luces se enciendan en los pabellones de Alemania y Países Bajos, la Garra tendrá la oportunidad de mostrar al mundo que Argentina no sólo participa: compite, evoluciona y puede aspirar a más. Si logra aprovechar el entorno, cada defensa firme, cada contraataque bien cerrado y cada gol con intención serán pasos en una historia que aún está en construcción.
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