Fútbol
El año en que volvimos a vivir en peligro
Talleres, Belgrano e Instituto estuvieron lejos de ser protagonistas en 2025. La Supercopa Internacional que ganó la ‘T’ fue un oasis en el desierto para el fútbol cordobés, que nuevamente se codeó con la palabra ‘permanencia’.
Talleres recién pudo respirar aliviado tras el penúltimo de los partidos que se computa para la Tabla Anual de la Liga Profesional de Fútbol 2025. En el epílogo de una temporada complicada, el equipo de barrio Jardín terminó soltando el desahogo luego del triunfo 1-0 ante Platense, que encadenó una racha de tres victorias en cuatro presentaciones. Todo un logro para la ‘T’, que antes del inicio del Torneo Clausura apenas había cantado victoria en dos oportunidades en la máxima divisional del fútbol argentino.
Habrá que creerle a Ulises Ortegoza, autor del celebrado gol ante el Calamar, cuando habla de la incidencia de Carlos Tevez en los últimos cuatro meses: “Nos hizo ver lo que es el sentido de pertenencia y logró que volviéramos a tener confianza en nosotros”. Es evidente que ‘El Apache’ logró tocar algunas fibras que fueron inaccesibles para Alexander Medina, Pablo Guiñazú, Mariano Levisman y el fugaz Diego Cocca, sus cuatro antecesores en un primer semestre de año ajetreado para la ‘T’.
Desde lo estrictamente futbolístico, la identidad del equipo de Tevez todavía es una obra en construcción. La propuesta del otrora ‘Jugador del Pueblo’ fue mutando con el mismo vértigo que el humor electoral de los argentinos, lo que no es poca cosa. Con numerosas escalas, Talleres pasó de los tres enganches del debut ante San Lorenzo -Botta, Reynoso y Sequeira- a los dos ‘jamaiquinos’: el colombiano Angulo y el brasileño Rick. Émulos de Usaín Bolt a la hora de lidiar con el viento, con escasa puntería cuando deben resolver en las cercanías de la meta final.
En aras de la tan mentada eficacia, los ajustes tácticos de Tevez fueron resignando la esperanza de cualquier vestigio de vistosidad. La expectativa de los hinchas albiazules también se fue acomodando a la realidad, transitando desde las reminiscencias de aquel iluminado jugador de ataque hacia las evidencias que apuntalan a un temeroso y pragmático DT.
Entre tantos vaivenes, la irrupción del juvenil Santiago Fernández -más necesidad que convicción, hay que decirlo- resultó un soplo de aire fresco para un vestuario donde la gran mayoría se sabe y se reconoce como ‘ave de paso’. “Acá todos admiten que, tarde o temprano, terminan siendo Sosa. Jugando en un equipo importante del exterior, si te va como a Ramón; o dando la vuelta al mundo, si las cosas te salen como a Samuel”, apuntan desde la intimidad de la ‘T’, aludiendo al delantero paraguayo y al atacante venezolano, ambos reclutados por el promocionado ‘scouting’ de la gestión de Andrés Fassi. Los Sosa hoy visten, respetivamente, las camisetas del Palmeiras de Brasil y de la Universidad Central de Venezuela.
El día del perdón
Hablando de Roma… No son pocos los que atribuyen influencia en la remontada albiazul al pedido público de disculpas que el presidente de Talleres ofreció a Claudio ‘Chiqui’ Tapia, amo y señor del fútbol argentino, un año después de haber roto lanzas con ‘El Comandante’ y su tropa. Los que abonan esta teoría no dejan pasar por alto que la salvación de la ‘T’ coincidió con una visita del titular de la AFA al Centro de Alto Rendimiento Deportivo Amadeo Nuccetelli, donde ambos posaron para las redes sociales felices y contentos, con cara de ‘aquí no ha pasado nada’.
Mientras tanto, en la ciudad suiza de Lausana, a 11.188 kilómetros de Córdoba, duerme el sueño de los justos el expediente del caso ‘Fassi vs. AFA’, por la suspensión de 24 meses que el mandamás albiazul, recurso de amparo mediante, logró patear alto, fuerte y lo suficientemente lejos. Los relajados tiempos del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le permitieron al pope de la ‘T’ evitar el bloqueo y lograr el objetivo de candidatearse para un nuevo mandato. Fassi obtuvo el favor del 80% de los socios que el pasado 19 de octubre votaron en La Boutique de barrio Jardín.
La desconcertante gestión deportiva de los últimos tiempos, que también tuvo su reflejo en las tempranas deserciones en la Copa Libertadores de América y la Copa Argentina, pusieron a Fassi en el desacostumbrado escenario de tener que validar su propia permanencia a través del mandato popular, con la inédita presencia de tres boletas en el cuarto oscuro del club albiazul.
Más allá de la ecuación entre triunfos, empates y derrotas, al dirigente también le pasaron factura por un personalismo que él mismo reivindica cada vez que tiene oportunidad. Y por un forzado cambio de estatuto que, promocionado como ‘modernización’ (uno de los eufemismos predilectos de los mandatarios de estos tiempos flexibles), lo habilitó para cinco períodos consecutivos al frente de la ‘T’, mientras oficia en paralelo como presidente deportivo del Fútbol Club Juárez de México.
Cuando se movió, Fassi no salió en la foto. Y no fue una postal cualquiera. Se trata de la imagen que mostró a un Tapia sonriente -pose habitual del pope que se autopercibe como máximo artífice de la ‘Tercera Estrella’ de Qatar 2022- entregando a Guido Herrera, el capitán de Talleres, el trofeo de la postergada Supercopa Internacional de 2023. Fue el pasado 5 de marzo, luego de la inesperada y resonante victoria por penales ante River Plate, protagonista de una poco taquillera remake bajo la dirección de Marcelo Gallardo en la presente temporada. Aquel retrato triunfal en ‘La Nueva Olla’ de Cerro Porteño de Paraguay hoy parece un recuerdo en sepia.

River en la postergada definición de la Supercopa Internacional 2023.
Más pena que Gloria
No muy lejos de Talleres, al fin y al cabo, quedaron en el cómputo anual Instituto y Belgrano. En el caso de La Gloria, la primera mitad de la temporada le dejó como consuelo haber sido el único equipo cordobés que logró poner los pies, aunque sea en forma efímera, en la etapa de playoffs.
Con mucho menos presupuesto que sus vecinos de barrio Jardín y de Alberdi, los de Alta Córdoba se las ingeniaron para meterse entre los 16 mejores del Torneo Apertura, dando un golpe de escena en el primer clásico con los albiazules, el 3 de mayo pasado en el Estadio Kempes. Por entonces, el Albirrojo ya estaba al mando de Daniel Oldrá.

permitió a Instituto meterse en los playoffs del Torneo Apertura 2025.
El ex manager de Godoy Cruz de Mendoza sucedió a Pedro Troglio, quien a fines del año pasado llegó con la ‘chapa’ de multicampeón del fútbol hondureño y se marchó luego de 13 partidos y poco más de tres meses de gestión. Algunos días después de su partida, el subcampeón mundial de Italia ’90 logró reciclarse como conductor de Banfield, elenco al que acaba de resguardar del descenso.

entrenador Daniel Oldrá están cerca de formalizar la continuidad del ciclo.
La firmeza del arquero Manuel Roffo y la eficiencia del capitán Fernando Alarcón son algunas de las escasas certezas que Instituto mostró en cancha, más allá de Troglio, de Oldrá y de la dupla interina Jiménez-Martelotto, que ofició de eslabón entre el lujanense y el mendocino. También sobresalió, aunque con altibajos, el delantero Alex Luna, quien será comprado a Atlético de Rafaela y se convertirá en el primer refuerzo, o el primer negocio, pensando en lo que vendrá.
La apresurada venta del volante central Nicolás Dubersarsky al fútbol estadounidense y su reemplazo por Francis Mac Allister, el sucesivo desembarco de ‘goleadores’ con escasa pólvora en sus botines, o la contratación del zaguero Agustín Bravo (préstamo hasta el 31 de diciembre de 2026, opción de US$ 700.000 por el 60% de los derechos federativos y ni un minuto en cancha hasta el momento) son algunos de los movimientos que ponen en la mira el armado y la gestión del plantel.
El devenir de la temporada fue alejando a ‘La Gloria’ de los grandes objetivos, y apenas terminó alimentando las fantasías de algunos hinchas: “¿Podremos mandarlo a Talleres al descenso en la última fecha?”. Los resultados de uno y otro terminaron muy pronto con las especulaciones de confrontar en la última fecha con un rival mal herido, tal como sucedió en el Campeonato de Primera División de 1981. Aquella vez, un conveniente 2-1 de la ‘T’, en el Estadio Córdoba, terminó alejando al fantasma y condenando a San Lorenzo al primer y único descenso de su historia.
Ni la cercanía con la cúpula de la AFA le alcanzó a Instituto para aspirar a algo más, en un sistema donde los alineamientos suelen ser retribuidos con muy buenos favores. “No me gusta en lo más mínimo, pero si sirve para que no nos cobren los penales que no son, bienvenido sea”, reconoció tiempo atrás un integrante de la conducción albirroja, en alusión al mural con la figura de ‘Chiqui’ Tapia que el presidente Juan Manuel Cavagliatto mandó a colgar en uno de los vestuarios del Estadio Presidente Perón.
Mientras tanto, otros clubes ‘del palo’, como Deportivo Riestra o Barracas Central, experimentan la inédita sensación de codearse con la chance de insertarse en una competencia internacional. Al estilo Arsenal de Sarandí, en tiempos del largo, y ya tendido, reinado de ‘Don Julio’ Grondona.
Cambio de planes
Uno de los secretos mejor guardados en la historia reciente de Belgrano es el motivo que impulsó a sus dirigentes a confiarle a Walter Erviti la dirección técnica del equipo para la temporada 2025. Aunque muchos se encargaron de negarlo, la sombra de Christian Bragarnik, el representante ‘fetiche’ del establishment futbolero nacional, se proyectó detrás de la llegada del ex mediocampista de San Lorenzo, Banfield, Boca Juniors e Independiente, un novato entrenador con escasos pergaminos, desangelado discurso y nula identificación con la institución de barrio Alberdi.

presentación del DT que duró apenas cuatro partidos en Belgrano.
La aparición de ‘El Duende’ tuvo un amplio rechazo en la virtualidad y la reacción de los hinchas no tardó en trasladarse a las tribunas. Los estruendosos silbidos mutaron en sentidos aplausos cuando los altavoces del Gigante de Alberdi empezaron a nombrar a Ricardo Zielinski al final del recitado de las formaciones iniciales del conjunto celeste. El abrupto cambio de planes, después de cuatro partidos, también dejó en el camino a Ariel Rojas, el cuestionado Coordinador del Área Fútbol. La goleada 0-4 del reestreno, ante Central Córdoba de Santiago del Estero, señaló un desafío complejo para el DT del ascenso de 2011 en el Monumental. “Tenemos muchísimo trabajo por delante”, reconoció aquella vez.
La vuelta de ‘El Ruso’ cambió el humor de las gradas y también serenó los ánimos puertas adentro. Por su pedido expreso, llegaron un arquero y cinco defensores, para compensar a un equipo que de mitad de cancha hacia adelante exhibía calidad y jerarquía con las presencias de Lucas Zelarayan, Franco Jara y Nicolás ‘Uvita’ Fernández, pero que atrás hacía agua por todos lados. En medio de ese proceso, una sorpresiva convocatoria del seleccionador argentino Lionel Scaloni le abrió a Mariano Troilo las puertas del fútbol italiano, y le permitió al Pirata concretar una transferencia necesaria para equilibrar también sus finanzas.
Ya con el Torneo Clausura en marcha, Zielinski se ilusionó con la posibilidad de una clasificación a Copa Sudamericana, mientras Belgrano superaba etapas en la Copa Argentina, competencia donde alcanzaría su pico de rendimiento en el 3-1 ante Newell´s, por los cuartos de final. “Merecemos mucho más de lo que tenemos”, aseguró el DT luego de las sucesivas derrotas ante Argentinos Juniors, en Rosario y en La Paternal, que condicionaron el destino del Pirata en uno y otro torneo.
Lejos de ensayar una autocrítica (¿por qué Longo jugó la semifinal de Copa Argentina, ocho días después de una operación de menisco?), ‘El Ruso’ prefirió hacer foco en otros aspectos, luego de la derrota que lo marginó del certamen que concluyó con la vuelta olímpica de Independiente Rivadavia. Y no estuvo tan errado, más allá del flojísimo segundo tiempo del Pirata en el duelo copero ante El Bicho y del silenzio stampa de Luis Fabián Artime, titular indiscutido de la dirigencia celeste y vocal suplente del Comité Ejecutivo de la AFA: “Termínenla de perjudicar, porque laburamos todos, necesitamos el laburo y a mí me parece que hay árbitros que se hacen bien los tontos y quedan bien con determinada gente”.

descomprimió tensiones en Belgrano, luego de un comienzo de año
complicado para el Pirata.
Zielinski metió el dedo en la llaga, y apuntó a la credibilidad de los torneos, un partido que el fútbol argentino viene perdiendo por goleada. O no tanto, si se toman como referencia algunas de las últimas decisiones de la FIFA.
Sin reparar demasiado en el cambalache organizativo que es la Liga Profesional o en la discretísima (y siempre sospechosa) prestación del plantel arbitral de la AFA, Gianni Infantino acaba de nombrar a Claudio Tapia al frente de la Comisión de Reglas de Juego de la matriz del fútbol mundial, y a Federico Beligoy, el director de los referís argentinos, como miembro del Comité de Árbitros de la multinacional con sede en Zúrich.
Todo pasa, como en los tiempos de Grondona. Que parezca un accidente.
Gráfico: Al Toque
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