Fútbol
El otro costado de “Kike” Quiroga
El mediocampista ofensivo que tiene Charrense F.C. tiene actualidad laboral dentro de la municipalidad de Río Cuarto. En medio del parate de Liga Regional, Enrique Germán destaca la estabilidad económica en tiempos adversos. La experiencia en el rubro de herrería y sus quehaceres diarios.

Germán Enrique “Kike” Quiroga hizo sus primeros pasos en Liga Regional con la camiseta de San Cayetano, donde en 2011 debutó en Primera bajo la dirección de Daniel Villegas. Posteriormente supo deslumbrar en Sportivo y Biblioteca Atenas junto a su hermano Facundo (quien también surgió en San Cayetano), y luego registró dos etapas en Charrense F.C. El más grande los Quiroga es el más pensante dentro de la cancha, juegan en una posición similar, aunque la “Joya” es el más vertical y “Kike” el cerebro.
Desde hace tiempo el nombre de Enrique, o el sobrenombre, se repite en todas las canchas del ascenso liguero. Es que con sus goles, las sociedades que ha hecho con Benjamín Colotto, Gabriel Muñoz y Alexis Sitko, y bajo la conducción técnica de Guillermo Fos, llevaron al Charrense a los primeros planos de la B. Hace un par de años el rojiblanco estuvo a un pasito del ascenso y en la actual temporada, que se interrumpió por restricciones, era fija para la pelea.

El torneo de la Primera B se detuvo cuando a la Primera Fase le restaba una fecha para culminar. Charrense estaba inmerso en la Zona Norte 1, junto a Santa Paula, Juventud Unida de Coronel Baigorria, Unión de Olaeta e Independiente Dolores. En ese marco, los de Fos registraban once puntos tras siete partidos, estaban terceros y definían su suerte visitando a Unión de Olaeta. Los albirrojos buscaban meterse en la Zona Campeonato.
Lamentablemente la pandemia nunca se fue. Al contrario, avanzó con más fuerzas y la actualidad sanitaria es crítica. Es por eso que los torneos amateurs fueron suspendidos provisoriamente y los protagonistas se vieron obligados a buscar otra salida para “llevar el pan a su casa”.
Lo de “Kike” Quiroga no fue tan desesperante, ya que hace unos cuatro años es empleado municipal en Río Cuarto y está en el grupo de herrería y pintura. Día a día arranca la jornada a las 6 de la mañana y recorre los diferentes puntos de la ciudad priorizando plazas y espacios verdes. El mediocampista de 28 años muestra tranquilidad por su trabajo estable, aunque remarca que siempre la luchó para poder independizarse y mantener en buenas condiciones a su familia, compuesta por su mujer e hija Emilia. Con el agregado de que viene otro integrante en camino.
“Kike” tuvo a las tareas de mantenimiento como el oficio de siempre, de adolescente encontró “changuitas” y esa experiencia lo ayudó a que esté donde está. Lo dice con orgullo, lo transita con la naturalidad y simpleza de siempre.
– ¿Cuánto hace que es parte del mantenimiento municipal?
– Hace unos días hizo cuatro años que trabajo ahí. Había arrancado en espacios verdes, pero la mayor parte del tiempo la hice en herrería. Nos movemos por todos los espacios públicos, aunque las plazas son una constante, arreglamos y fabricamos cestos de basuras, bancos metálicos, rejas, carteles, baldosas en las veredas flotantes, y hasta moldes de asadores. Todo lo que ten imaginés en fierros, soldadura y arreglos. Gracias a Dios, en la herrería nunca dejamos de producir y tenemos muchísimo trabajo.
– ¿Ingresó con experiencia previa o por simple necesidad laboral?
– Tuve la suerte de ingresar y tener conocimiento en casi todo, porque hice el colegio en especialidad técnica y luego por las changas que tuve aprendí mucho de mantenimiento. Sé soldar y arreglar todo lo que tiene que ver con herrería, me defiendo casi con todo. Lo único que no hago seguido es la pintura, he ido a pintar a las plazas, pero en el corralón nunca nos encargamos. Hoy en día tenemos a nuestro jefe que sabe mucho de mecánica y también se encarga de arreglar las camionetas municipales, y ahí aprovecho para mirar y aprender. Siempre estuve ligado al fútbol, pero también trabajé bastante. Incluso terminé el secundario en un nocturno porque en el día tenía que trabajar. He pasado por fábricas, empresas e hice cosas de mantenimiento. Lo necesario para encontrar una entrada.

– ¿Y cómo se compone su grupo de trabajo?
– Seremos unas 9 o 10 personas. A la mañana temprano nos dan tareas y nos distribuimos. Hay veces que salimos todos juntos, otras veces de a 3 o 4 y los demás se quedan en el taller, y así. Dependiendo el trabajo que haya nos vamos moviendo. Generalmente salimos a la calle, aunque hay días que trabajamos dentro del galpón con las tareas que dije anteriormente.
– Se entiende un poco porqué prioriza la unión de grupo a vivir del fútbol…
– Quizá desde ese lado también elijo quedarme en Charrense, porque para jugar en la A muchas veces tenés que dedicarle mucho tiempo al entrenamiento y los horarios a veces no te dan. Obviamente es una linda entrada la del fútbol, pero lo sufrí cuando estuve en Atenas, que me tocaba trabajar, salía a la 1 y a la 1 y cuarto tenía que ir a entrenar. Comía mal, apurado y no hacía las cosas bien. Ni gimnasio podía hacer porque no me daban los tiempos. Ahora con Charrense me toca volver a la 1 de la mañana a veces y al otro día a las 6 tengo que estar arriba, pero no me quejo porque es mucho más cómodo a lo que hacía antes.
– ¿Lo positivo de todo esto es tener un trabajo estable?
– Es un alivio tener trabajo y no depender sólo del fútbol. Tengo casos cercanos y miles de ejemplos para dar de chicos que están dentro del fútbol y le está costando conseguir trabajo. Hoy en día con el fútbol frenado quedaron muchas familias colgadas que vivían de eso, es duro. Yo soy un agradecido de haber logrado esta estabilidad y poder independizarme para mantener a mi familia.

– ¿Y con Charrense, cómo sigue la relación?
– Seguimos el contacto a veces, pero con todo esto entrena quien puede. En mi caso, en el primer parate entrené muchísimo, además se hizo larga la espera, pero ahora sólo salgo a correr un par de días. Estoy bastante resignado por todo lo que pasó. Es probable que me sume a algún compañero para retomar los entrenamientos porque solo no me genero motivación.
Enrique “Kike” Quiroga, un laburante en la cancha. Y de la vida.
Redacción Al Toque
Fotos: Enrique Quiroga / José Reynoso
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