El cisne negro de la Bundesliga, la casa del FC Unión Berlín

Leonardo Gasseuy

(Berlín, Alemania) – Köpenick es un histórico pueblo alemán ubicado  en la confluencia de los ríos Dahme y Spree al sureste de Berlín. Köpenick es un lugar de superlativos: como el distrito más grande de Berlín, también es el menos poblado. Köpenick alberga el bosque más grande de Berlín (bosque de Köpenick), el lago más grande (Müggelsee) y el punto más alto de elevación de la capital (Müggelberge). Es en este mismo lugar en donde se encuentra uno de los equipos de fútbol que más admiración genera en el planeta. 

En este lugar está Al Toque Deportes. Y estamos con un claro propósito: conocer de cerca al cisne negro de la Bundesliga. En Köpenick se emplaza el Estadio An der Alten Försterei, la casa del FC Unión Berlín.

FC Unión Berlín es un club de fútbol alemán fundado en enero de 1966 en plena guerra fría, del lado oriental que, por ese tiempo, era el corazón pasional de la gris Alemania comunista. Desde hace cuatro temporadas das team der arbeiter (el equipo de los trabajadores) forma parte de la elite del fútbol germano. Y es uno de los principales protagonistas al ubicarse en los primeros lugares y obteniendo el pasaje directo a la Champions League.

Unión Berlín es un club distinto en medio de la mercantil liga alemana. Unión -el nombre del club, en alemán Gewerschaff- es históricamente el refugio de los descontentos con el régimen represor: «No todos los hinchas del Unión son enemigos del Estado, pero todos los enemigos del Estado son hinchas del Unión», así pensaron en 1966, lo hicieron cuando eran perseguidos y lo hacen hoy jugando en la Bundesliga.

En la temporada de 2004, la desgracia financiera del club les costó a los fans, literalmente, sangre. En una campaña llamada «Sangrando por Unión», se llamó a los seguidores del club a vender su sangre y donar lo ganado –en Alemania el Estado le paga al donante– y recaudaron más de 2 millones de dólares.

El Unión no cambió al llegar a primera y, pese a su clara demarcación como equipo de trabajadores, fue aglutinando apoyo en las comunidades de hippies y punks de Berlín, quienes veían en el club un lugar donde ir a canalizar sus frustraciones de una forma más positiva. Así, las puertas del Alten Försterei no son exclusivamente para los vecinos de la zona de Köpenick, sino para todo aquel con una opinión crítica que se sienten identificados por el equipo de fútbol que los representa.

Por Leonardo Gasseuy, empresario y periodista. Columnista de Media Distancia para Al Toque Deportes