Columnistas
Jacinda Ardern y los All Blacks: nosotros también podemos
Por Leonardo Gasseuy*
“Pero claro que voy a poder. ¡Es más, con esta bendición, será más fácil!”. El 15 de junio de 2018 le preguntaron a Jacinda Ardern, que estaba a punto de dar a luz, si podría seguir siendo la Primera Ministra de Nueva Zelanda. A las 48 horas nació su hija, a la semana gestionaba normalmente y a los 45 días con la niña en sus brazos dio su discurso en la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Ese día con la naturalidad de una madre exhortó al mundo a vivir con simpleza mientras encendía su grito en el marco del festejo del centenario del nacimiento de Nelson Mandela.
Jacinda Ardern nació en 1980 en Hamilton en el extremo norte de Nueva Zelanda y desde 2017 es la Primera Ministra del país – fue reelegida el mes pasado por abrumadora mayoría – y es considerada una de las líderes más eficientes del planeta.
Al igual que afrontó su maternidad, la empatía que demuestra en cada discurso – coherentemente avalado en hechos – le permite conectar con los ciudadanos de manera muy especial. Es una líder muy autentica que actúa con autenticidad. “Claro que la probé, cuando era una joven que no tenía las cosas claras”dijo en un debate cuando se discutía la legalización de la marihuana. Sus compatriotas aprobaron su honestidad. Manejó la crisis del Covid-19 con capacidad y templanza, cuando cerró las fronteras se redujo su sueldo y el de sus colaboradores por seis meses y en conjunto vencieron la pandemia.
Para entender en parte como es la manera de ser y de vivir de este pueblo de poco más de 5 millones de habitantes, en el medio del Océano Pacífico, debemos sumergirnos en la obligatoria lectura del libro Legado de James Kerr. El libro se comenzó a escribir en 2010 cuando Kerr se internó en el mundo interior de los All Blacks para mostrar sus métodos de entrenamientos y sus costumbres. Al cabo de poco tiempo descubrió que era tan increíble el universo que tenía como hábitat el mejor equipo de rugby de la historia, que ante tanta grandeza su idea original era irrisoriamente pequeña.
Cuando el escritor se sumerge en el interior del equipo venían de una decepción – derrota en el Tres Naciones frente a los Springboks- y decidieron recalcular, planificar nuevamente y encontrar una fisonomía integral que los definiera sociológicamente. Gilbert Enola –coach de Aptitudes Mentales- dice “debimos encontrar mutaciones que nos mejoren”. Cuando se plantea el cambio, los All Blacks tenían un registro estadístico de 82 % de victorias en sus juegos en los últimos 100 años. ¿Algunos de sus lemas? Vuela bien alto, encuentra lo mejor de tu juego y cámbialo. Eso te hará trabajar, pero te hará feliz e invencible.
El resultado final del libro de Kerr es un manual de 15 lecciones de liderazgo. Es una obra sobre cómo gestionar un grupo social –tenemos un solo capitán, pero 15 líderes – usando a uno de los equipos más exitosos del mundo como estudio de caso. Es también la historia de Nueva Zelanda, de su gente, de su abordaje “colectivo” de la vida. Explica por qué los neozelandeces son tan buenos en sus cosas y en la visión de su conjunto social. Se identifican con las raíces maoríes y del Pacífico, las defienden y el país, en un todo integrado, se une y gestiona para mejorar por el bien de todos.
¿Podremos los argentinos alcanzar como sociedad ese standard de sencillez y mejora que distingue a los neozelandeses? La pregunta es porque no somos capaces de alinearnos incondicionalmente ante una líder joven como Ardern y ser como ellos. Son los primeros en debatir – lo hacen encarnizadamente – y que cuando se ponen de acuerdo, honran la tradición de los Marae – espacios sagrados de reunión- y cuando alcanzan los consensos los transforman en piedra, de una dureza tal que es imposible agrietar las decisiones. Tenemos mucho por aprender, como sociedad y como individuos. Los argentinos debemos entender que no identificarnos con modelos superadores y copiarlos responde a tres factores muy propios nuestros: mezquindad, ignorancia y mala fe.
Claro que es posible, aunque parezca que las diferencias son grandes, y nos separe un universo de distancias. La condición de desearlo, nos puede acercar a su modelo. Los neozelandeses como país y en la figura de los All Blacks nos muestran como gestionan el respeto y la convivencia. Siempre con hechos materializan actos concretos. Luego de cada partido, aun con los rastros de la batalla, TODOS los integrantes del equipo barren el vestuario. Es un símbolo de orden que expone la filosofía del mejor equipo de la historia. Mostrando humildad y respeto a las generaciones que los antecedieron y a los miles que sueñan en reemplazarlos.
La semana pasada por primera vez en la historia nuestros Pumas vencieron a los All Blacks en el torneo Tres Naciones. Fue épico. Lo conseguimos después de 33 juegos donde perdimos 32 y empatamos el restante. El lúdico espacio del rugby nos demostró que sí podemos. Los argentinos debemos copiar su modelo, imitarlos como sociedad y reconvertirnos como pueblo.
Los líderes del mundo se quieren identificar con Jacinda Ardern, la Primera Ministra-Madre que se desmitifica y solo lidera con sencillez. Sostiene que alcanzar consensos es la base de la convivencia y su lema dice que es mejor tener mil enemigos fuera de la carpa que solo uno dentro. Su éxito es pensar en equipo, el país entero son los All Blacks y juntos hacen que todos los sectores sociales sean una misma cosa. Como ellos hicieron en algún momento nosotros debemos enterrar las miserias y divisiones. Un ejercicio para los argentinos es interpretar la danza del Haka que los All Blacks hacen antes de cada partido. Es un grito de guerra maorí que en la parte final expresan su filosofía: rezan en un alarido que la fuerza del lobo es la manada.
* Leonardo Gasseuy vive en San Francisco, Córdoba. Es empresario. Apasionado del deporte, la geopolítica y la historia.
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