River Plate: más de 120 años de poesía, pasión y lealtad

El Club Atlético River Plate, uno de los cuadros más célebres de la historia del deporte argentino, e integrante de los cinco grandes del fútbol argentino (junto a Boca Juniors, San Lorenzo, Independiente y Racing Club), cumple este año su aniversario N°122.

Desde su origen, por River pasaron varios de los mejores ejemplos de la excelencia en el deporte. Desde Amadeo Carrizo hasta el “Pato” Fillol, pasando por Passarella, Alonso y Pedernera, hasta las actuales leyendas Julián Álvarez y Enzo Fernández, ambos campeones del Mundo en Qatar 2022.

Los engranajes de River

Es claro que River Plate nunca fue un equipo “para andar con chiquitajes”. Por esto, es destacable su panteón de directores técnicos. Con estilo, agudeza y finura, además de una sofisticación admirable, diversos DTs han marcado época al dirigir el club de los Millonarios.

Luego de pertenecer a lo que El Gráfico tituló “La Máquina”, por ser el mejor equipo de la década de los ´40 y ganar 10 títulos oficiales, Ángel Labruna cosechó como director técnico de River en los años 70 y 80, los Torneos Metropolitano y Nacional. Su figura resulta tan destacada y entrañable para la hinchada “millonaria” que cada 28 de septiembre se celebra el Día Internacional del hincha de River.

Lo que el ejemplo de Labruna supone es la capacidad de reinvención que poseen algunos ídolos de River que, tras retirarse de la práctica profesional, regresan a las canchas y triunfan como directores técnicos.

Es el caso de Marcelo Gallardo, probablemente la figura más admirada y querida por los hinchas en lo que va del siglo XXI, tras ganar, entre los años 2014 a 2022, nada menos que 14 títulos de tipo profesional, incluyendo dos Copas Libertadores y la competencia en la final del Mundial de Clubes. A esta altura, es toda una leyenda la victoria sobre Boca Juniors en Madrid, el 9 de diciembre del 2018 por 3 a 1.

La historia, la actualidad y el respeto a las leyendas

Relacionando ambos portes, es icónica la imagen de Gallardo usando la misma corbata que inmortalizó a Labruna (negra y atravesada por una banda blanca y una diagonal roja más pequeña) el 3 de octubre de 2021, en un superclásico entre Boca y River.

Este diálogo entre generaciones pone de relieve la lealtad y memoria que tienen los integrantes del club entre sí, incluso cuando las décadas los separan.

En ese encuentro, River venció 2 a 1 a Boca con dos goles de Álvarez. La corbata utilizada por Gallardo significó un momento de lo que popularmente se le llama “mística”. La corbata, transformada en ícono por el tiempo y la victoria, aparece resignificada: en su momento, Labruna utilizó la corbata en el partido que River rompió su racha tras no salir campeón durante 18 años.

Ahora bien, River hoy, se debe primordialmente al ciclo de Gallardo. La corbata reafirma la capacidad de River de reinventarse a través de la elegancia y el esfuerzo, luego de los momentos más dolorosos. No es casual que a Gallardo se lo llame Napoleón o que su apellido sintetice una forma de la caballería: es gallardo quien es audaz, valiente y locuaz en sus movimientos.

En este sentido, la “mística” antes mencionada posiciona a River y a Gallardo como proveedores de una alegría popular, a la vez que propicia una forma de transformar la tristeza en felicidad y la derrota en valentía. Es paradigmática aquella portada de River campeón de la Recopa Sudamericana, indicando que Gallardo es “Capoleón”, juntando dos expresiones como “capo” (un grande) y Napoleón (histórico emperador).

Los íconos y símbolos eternos de River

Hoy en día, la legendaria corbata de Gallardo se encuentra en el Museo River.

Pero, si de la simbología e iconografía se trata, es imposible dejar de lado la casa que alberga tanto historia como imponencia: el estadio Monumental. Con una arquitectura digna de los más grandes panteones y coliseos, el estadio ubicado en Buenos Aires es el más grande de Argentina y Sudamérica, al ser capaz de contener más de 80.000 corazones al unísono.

Inaugurado en 1938, el estadio Monumental ha sido objeto de toda clase de eventos tanto deportivos como culturales, lo que resalta la capacidad transversal de River Plate para convertirse en todo un ícono de la cultura nacional argentina. Por ejemplo, son notables la cantidad de recitales históricos que allí tuvieron lugar, como la despedida y vuelta de Soda Stereo, Coldplay o Roger Waters.

A su vez, el recorte cultural no se limita a la música, sino que es posible identificar el Monumental en la destacada historieta nacional llamada El Eternauta. En esa obra, escrita por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López, es posible introducirnos de lleno en una Buenos Aires invadida por extraterrestres y cuya base humana y militar se encuentra en el estadio de River.

Algunas reflexiones sobre el club de las gallinas

Pero, volviendo a los eventos deportivos, el Monumental fue capaz de albergar la final entre Argentina y Holanda, en el 1978, donde la Selección logró su primer título mundial, derrotando a los neerlandeses por 3 a 1. Allí, como no podría ser de otra forma, el plantel campeón incluía figuras de River como Passarella o Kempes.

Podríamos afirmar que hablar de River Plate es mucho más que destacar sus hazañas futbolísticas, sus ídolos y su hinchada. Hablar de River Plate implica comprometerse con el entendimiento de una pasión argentina, de su gente y los colores que explotan de alegría cada vez que el equipo sale a la cancha.

River Plate es uno de los equipos más grandes de América. Y llevar esa bandera y ese título encima no es tarea fácil. El mundo del fútbol está repleto de ilusiones, así como de derrotas y momentos de dolor y caídas. Lo importante, y esto River lo sabe bien, es levantarse y demostrar que lo que continúa siempre, a pesar de todo, es la garra, la lealtad, el coraje y la pasión.