Hockey

Delfina Merino visitó Urú Curé

La histórica y referente de Las Leonas compartió una charla con jugadoras de la Sexta y Séptima División de hockey de la “lechuza” y luego fue parte de un entrenamiento con el plantel superior. Habló de su trayectoria, el disfrute en su profesión y su arraigo a Club Banco Provincia, donde juega actualmente.

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Delfina Merino visitó Urú Curé.

“Cuando fallo una pelota, en lugar de quedarme en el error, diciendo ‘qué burra que soy’, pienso en la pelota o en la jugada que sigue. No me maltrato, no me aporto negatividad. Aprendí a decir ‘a ver lo que viene’, y buscar estar preparada, porque lo que pasó ya no se puede cambiar”.

Parece ser un lema de Delfina Merino, quien se acomoda en la barra de uno de los salones de Urú Curé para dictar una charla a las juveniles de hockey y lanza su primer concepto.

Merino, histórica y referente de Las Leonas compartió una charla con jugadoras de la Sexta y Séptima División de hockey de Urú Curé.

Con 33 años, oriunda de Vicente López y toda una referente en el seleccionado nacional, aprovechó su jornada libre en su Club Banco Provincia para llegar a Río Cuarto y encontrarse con Soledad García, ex compañera en Las Leonas y actual coordinadora de la institución de Soles del Oeste.

“Estoy muy feliz de haber venido, la idea era visitar a Sole y su familia, pero también conocer el club donde hoy está para compartir y aportar cosas. Es un poco loco este rol, tienen preguntas y expectativas en uno, más que nada intento ayudarlas y mostrarles el camino recorrido”, sostiene la delantera sobre lo que le va a transmitir a jugadoras de Sexta y Séptima de Urú Curé.

Delfina Merino fue elegida como la mejor jugadora del mundo en febrero del 2018, convocada por primera vez a las Leonas en el 2009 y participó de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde el seleccionado logró la medalla de plata, así como también en Londres 2012 (plata) y Río 2016 (séptimo puesto).

Además, jugó siete Champions Trophy y tres Copas del Mundo (2010, 2014 y 2018). Fue campeona mundial en Rosario en 2010 y se colgó la medalla de bronce en la Copa de Países Bajos en 2014.

Pero también tuvo malas. Aprendió en las derrotas y transformó dolor en alegría. Una de ellas fue apenas un año después de ser elegida la mejor jugadora del mundo, la estrella de Las Leonas sufrió una lesión en la rodilla derecha que derivó en dos operaciones y todo un 2019 perdido.

En ese “aprendí a decir a ver lo que viene” que inició su charla en el complejo de Urú Curé se ve un poco el reflejo de su primera reacción ante ese fatídico año. Un parate que, además, le permitió abocarse a la carrera de abogacía y, de paso, acelerar la ayuda social que arrancó en 2018 con el programa Huella Weber para levantar un merendero en Icaño, un carenciado pueblo de 2.000 habitantes ubicado a 180 kilómetros de la capital de Santiago de Estero.

La primera señal interesante y de superación que tuvo Merino. “No se maltrató” y pudo usar lo malo a su favor.

La otra fue hace un año atrás, que marcó una pausa a un proceso de 13 años en el seleccionado de hockey. Fernando Ferrara decidió “cortarla” de Las Leonas y darle oportunidad a las venideras generaciones. “Bronca y tristeza, pero a la vez estoy tranquila conmigo misma”, rezó parte del comunicado que Delfina hizo en sus redes.

Su 2023 arrancó con ilusiones renovadas. Desde Club Banco Provincia de Buenos Aires, donde se desempeñó durante toda su carrera, tomó fuerzas y se mentaliza en un pronto regreso a Las Leonas. Está en su ADN. No hay mal que por bien no venga. Delfina lo sabe.

La clave es esforzarse, entrenar y tomarse en serio lo que hacés. En mi niñez entrenaba lunes y miércoles con mis compañeras y veía que las jugadoras de otra categoría me superaban en técnica y físico. Es por eso que le agregué los martes y jueves entrenando con los varones de Banco Provincia. Aprovechaba el momento y aprendía constantemente. A eso lo continué en las selecciones y lo seguí haciendo de grande. Hoy, con todo lo recorrido, soy una más en Banco, ayudo a juntar los materiales, llego a horario, no falto a entrenar, y doy el ejemplo. Ese creo que es el secreto para lograr lo que te proponés”, relata.

https://twitter.com/delfinamerino/status/1700885267152859136

Pocos minutos después de ubicarse en el salón de Urú Curé, y despertando la admiración de las juveniles que fueron a merendar y compartir la experiencia con la Leona, Merino acepta la ronda de preguntas. Son pocas, hay mucha timidez. Es por eso que Sole García rompe el hielo.

Su amiga y colega se refiere al disfrute del día a día, las exigencias y los “premios” al esfuerzo. A lo que Merino responde: “Cuando la exigencia supera al disfrute, hay algo que no funciona bien, siempre el disfrute tiene que ser mayor que la exigencia. Y recordar siempre por qué hacemos lo que hacemos, volver a las bases, recordar que lo que nos motiva es la pasión por jugar, el encuentro con nuestras amigas, el tercer tiempo compartido, y de esa manera volvemos a conectar con lo que nos mueve a jugar y a superarnos”.

Una de las jugadoras levanta la mano y se anima. ¿Siempre jugaste en el mismo club?

“Toda la vida. Es importante no alejarnos de nuestro club de origen, ése al que pertenecemos y en el que somos cuidadas, en las buenas pero también en las malas. Yo quise llegar donde llegué siempre desde mi club, jugaba en la C y me buscaban clubes de la A (de la Asociación de Hockey de Buenos Aires), pero soñé con llegar yo y ayudar a que mi club sea de la A (ascendió en 2013). Es devolvernos mutuamente.  Y así fue”, dice Merino.

Delfina comenzó a jugar al hockey a los cinco años por iniciativa de sus padres en el Club Banco Provincia. En 2009, bajo la dirección técnica de Gabriel Minadeo, fue convocada a la Selección mayor y posteriormente con el entrenador Carlos Retegui. En 2010, en Rosario, fue campeona del mundo (su momento elegido de la carrera).

https://twitter.com/delfinamerino/status/1701349552341598243

Tres Mundiales, tres Juegos Olímpicos, siete Champions Trophy, dos Juegos Panamericanos y mejor jugadora del Mundo en 2018, ese mismo premio que le dieron ocho veces a Luciana Aymar.

La humildad florece en las palabras de Merino, que afirma convencida: “Trato de ser la misma persona siempre, transmito mi experiencia y contribuyo con el otro. No sé si soy referente dentro de este deporte, eso se lo dejo para la opinión del resto. Todavía no me senté a mirar para atrás, pero es real que siempre soñé con ser Leona, de hacer una carrera larga y triunfar. Ojalá que no haya sido el final, me gustaría una nueva posibilidad en el seleccionado porque aún me siento importante y con condiciones para seguir aportando cosas”.

Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque

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