Fútbol
Ariel Scher: “A contramano de ciertas historias, se puede vencer”
El periodista y columnista de Media Distancia charló en un mano a mano con Vamos Dale, programa de Al Toque Radio. Allí habló sobre las actuales narrativas de los medios de comunicación, el ejercicio de relatar y leer, el presente del fútbol argentino y la Selección Argentina en el Mundial Australia y Nueva Zelanda 2023, entre otros temas.

Ariel Scher es periodista desde la década de 1980, y nunca detuvo su labor que se dispersó por diferentes medios del ámbito nacional. Es, también, un catedrático: es profesor en la escuela de periodismo deportivo Deportea e integró el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
En Vamos Dale, programa de Al Toque Radio, el periodista habló desde la Ciudad de Buenos Aires en una amplia charla temprano por la mañana, con temperaturas bajas tanto en nuestra ciudad como en el centro neurálgico del país.
Por supuesto, por estos lares el frío se sentía más, aunque esto no imposibilitó una profunda charla sobre las narrativas actuales de los medios de comunicación, el valor del relato, de la lectura. Y de personajes como Pep Guardiola, de acontecimientos como el Mundial Australia y Nueva Zelanda 2023 y de la actualidad del fútbol argentino.

– Recordamos una frase de Juan Sasturain, quien dice que “el fútbol es un gran relato”. ¿Cómo haces cuerpo a esta frase?
– Lo escuché a Juan muchas veces, hoy es director de la Biblioteca Nacional. Él entiende esa mirada y que la vida es un gran relato. Siempre pienso sin ninguna originalidad que es así, como dice una frase de Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino cómo la recuerda y cómo cuenta ese recuerdo”. Somos los que narramos. El fútbol en cierta medida es el relato de nuestras vidas. Yo nunca relaté un partido, pero hace un tiempo que comento en Relatores, el equipo cooperativo que armamos con grandes voces y gente que sabe muchísimo más que yo. En Argentina, Uruguay y Brasil, la narrativa del fútbol es tan sustantiva como el propio fútbol.
– Hoy las mujeres tienen un lugar ganado en el mundo del fútbol, pero los relatos siempre han sido desde una perspectiva masculina. ¿De dónde viene esa capacidad para contar?
– Creo que contar es un ejercicio que es inherente al humano y como todos los ejercicios, se entrena. En mesas de cumpleaños, Navidad o fin de año, uno acapara atenciones con un relato. Eso es narrar, la historia de los pueblos es posible porque los pueblos se narran así mismos y se forma el recorrido que los constituye. El ejercicio de narrar, devenido en arte para mucha gente y en oficio, es cumplir con lo que dice Rodolfo Walsh: “Las clases dominantes someten al resto de las poblaciones negándole su historia”. Siempre se empieza otra vez, parece que no hubiese luchas. En términos de género, como explica el padre de las ciencias sociales aplicadas al deporte en Argentina, Eduardo Archetti -santiagueño que hizo su secundaria en Córdoba-, es cierto que ha sido un coto de la masculinidad y hay un relato de cómo ser varón que se introdujo en el Siglo XX a través de El Gráfico y los relatos deportivos. Cualquier modelación del mundo incluye al deporte, y es esencial que todos y todas tengamos las mismas posibilidades.
– Además de tu pasión por escribir, está también la de leer. ¿Qué es para vos leer y que significó El Gráfico, que fue una de las revistas deportivas más importantes del mundo?
– Me parece que la lectura es, como decía Umberto Eco, vivir más vidas. Si vos no lees perfectamente podes ser feliz y vivir tu vida con amores, almuerzos en soledad, hacer un gol cada tanto, pero te perdes otras cosas. La lectura enlaza mundos, es una red social extraordinaria. Cuando se habla de redes sociales, corresponde decir redes sociales digitales, su segundo apellido. La lectura es una gran red social, soy amigo de personajes sin cuerpo, de autores que murieron hace 300 años, converso con Don Quijote y Miguel de Cervantes, aunque solo me contesten desde esa historia de aventuras increíble mientras se pelean con Sancho Panza. Leer es una extraordinaria manera de no estar solo, pero no para no aburrirse o entretenerse que es válido, sino para ponerse en otro lugar. Siento que es un instrumento extraordinario para expandir la responsabilidad humana de creer y crear. Le recomiendo a cualquiera que diga que no es de leer, que no se lo pierda. En ese contexto, El Gráfico ha sido un gran modelador de lazos con la lectura -y no solo con la lectura- para muchas generaciones argentinas. Salió casi 100 años, y si le preguntabas al “Negro” Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Jorge Valdano, Juan Sasturain, esa generación de los que nacieron en los 40, 50 y 60, o los que nacimos en los 70, iban a la peluquería no por tener tentación de ponerse elegantes, sino porque ahí estaba El Gráfico esperando, o encontraba allí un nexo con su mamá o su papá porque le traían El Gráfico. Hemos aprendido a leer y a sentir con El Gráfico y otras publicaciones, con algunos discursos con los que se puede coincidir o diferir, pero que siempre introdujeron conceptos nuevos.

– Con la creciente mercantilización del deporte, ¿crees que hoy es imprescindible que se conserve el arte que implica narrar?
– Creo que narrar es parte de la edificación de lo que llamamos el sentido común, que es una construcción que disputamos. Quién y qué se narra determina el sentido de las cosas, que sea uno u otro. Mis abuelas se perdieron un montón de cosas en este mundo porque la narrativa les imponía que había cosas que no eran para ellas. Siempre siento que las narrativas posibilitan o mutilan. Si te dicen que porque sos mujer, alto o perteneces a tal comunidad, no podes acceder a tales cosas, te convences que no te pertenecen. El discurso mercantilizado hizo una naturalización donde no hay discusiones. “Para tener desarrollo en la alta competición, necesitas privatizar las condiciones del equipo donde jugas”. ¿Por qué? ¿Cuál es el sentido de quedar más arriba en la lista de resultados, si extravías algo que te parece más importante? Hay gente que lo pone en discusión, pero los altavoces de la época silencian eso. Está claro que los grandes espacios desde donde se comunican otros sentidos, van a señalar que la construcción colectiva es imposible. Pero es evidente que no. A contramano de ciertas historias se puede vencer.
– En alguna entrevista, dijiste que aplicarías el “método Guardiola” en, por ejemplo, escuelas. ¿A qué se refiere esto?
– Sé que vivimos en un mundo donde no disponemos de la colección de capitales con las que Guardiola organiza su trabajo todo el tiempo. Lo que intenté decir aquella vez, es que Guardiola es un recolector de múltiples tradiciones y los plasma en sus equipos como una especie de articulación de la inteligencia en libertad (esta fue una frase de Jorge Valdano sobre el segundo gol de Diego Maradona a Inglaterra en México 1986). Por otro lado, hay mucho trabajo metódico y sistemático en Guardiola. El desafío que nos da un súper entrenador como Guardiola, que genera equipos con tanto método y que preservan la belleza, es aplicar ese sistema al deporte, aunque su universo transcurra en un lugar inaccesible para muchísima gente. Es cierto que la alta competición cuenta con una serie de recursos que el resto de la vida no tiene.

– Con respecto a la actualidad del fútbol argentino, ¿pensás que nos acercamos a una “uruguayización” de nuestro fútbol, en la que solo se habla de River y Boca?
– No sé si exactamente en ese terreno, hay que diferencias un par de claros. Hace 12 años, Ángel Cappa -que es un profundo conocedor del fútbol- decía que es muy difícil pedirle al campeonato argentino que tenga niveles de estética y calidad comparables a los de otros tiempos. La construcción de la mayoría de los equipos en Argentina tiene muchos jugadores que vuelven de Europa o de alguna parte del mundo, con más de 30 años, y después chicos que bordean o apenas superan los 20. Los que son la clase media de edad, están afuera. Argentina fue campeón del mundo con solo un jugador compitiendo en el ámbito local, Franco Armani, que ya tiene tres décadas y media. En ese sentido, pedir más me parece difícil, que no quiere decir que no sea gozoso, aunque sea frustrante el mundo en que nos toca funcionar y que tenemos que ver cómo peleamos para cambiar. La concentración de discursos en pocos temas, es un rasgo de cómo opera la industria de la comunicación en estos tiempos. Hay una concentración de voces, en donde más importante que el derecho social a conocer, es la cantidad de clicks que tenes. Queda subordinado. Si solo ves una cosa, querrás ver siempre eso. No me parece que sea un problema del fútbol, sino de qué discursos se instalan. Hablamos todo el tiempo de lo mismo y aparece eso que se denomina como “uruguayización”, que me parece diferente ya que Uruguay tiene otra historia por la cual está concentrada la mirada en Nacional y Peñarol. Acá, me parece que es más reciente. Por eso la gente se queja del show, pero la gente se va a quejar hasta que pueda advertir que eso es para quejarse. Pasa que los instrumentos de domesticación son tan fuertes, que por ahí dejamos de quejarnos.
– ¿Cómo ves a nuestra Selección Argentina femenina en el Mundial Australia y Nueva Zelanda?
– Yo tengo una perspectiva certera sobre la Selección femenina. Soy hincha de Racing, y veo más los partidos de mi equipo en la liga semiprofesional que los de la Selección, como suele ocurrir con el masculino también, ya que las selecciones juegan más espaciado. Hace poco leí una entrevista a Germán Portanova, el entrenador de la Selección, y allí advertía cómo el show comunicacional nos cuenta lo que hacemos. Que haya una medida interpretativa que “porque los varones salieron campeones del mundo, tenemos que ser campeonas del mundo”. Al cabo, si a los varones no salen campeones, se los critica terriblemente y eso también es injusto. Me parece que Argentina está en un proceso nítido de expansión, crecimiento, y en la medida que eso ocurre probablemente el tiempo dará mayores resultados. La Selección Argentina crece en una etapa de desarrollo del fútbol femenino mundial, entonces por eso es más difícil conseguir resultados. De todas formas, creo que tienen herramientas, desarrollo y capacidad para que sea un placer verlas jugar.

La entrevista completa con Ariel Scher en Spotify
Foto de portada: El Equipo – Deportea online
Redacción Al Toque
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