Boxeo

Arturo Jaimez Lucchetta: «Roldán fue un boxeador de todas las épocas»

Este miércoles 18 de noviembre falleció Juan Domingo “Martillo” Roldán luego de que se haya agravado su cuadro de coronavirus. El ex boxeador nacido en Freyre que tenía 63 años dejó una gran huella en la historia del boxeo argentino. Amílcar Brusa, Juan Carlos Lectoure, Las Vegas, Luna Park y cómo compró el campo donde era peón.

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Martillo Roldán, leyenda eterno del box argentino falleció este miércoles por coronavirus a los 63 años.

El mundo del boxeo argentino despidió a Juan Domingo Martillo Roldán. Uno de los símbolos del cuadrilátero murió en las últimas horas en Córdoba luego de pasar sus últimos días internado tras ser diagnosticado con coronavirus. “Martillo” tenía 63 años estaba internado en la terapia intensiva del hospital José Bernardo Iturraspe de San Francisco a raíz de una insuficiencia respiratoria que estaba directamente asociada a la neumonía bilateral.

Roldán nació y se crio en un campo de Freyre, donde fue peón junto a su padre y hermanos. Allí despertó su pasión por el box tras escuchar por radio las peleas de Nicolino Loche y Ringo Bonavena, quienes derrotaron a  Paul Fujii y Karl Mildenberger, respectivamente. Fue así que a comienzos de los ’70 “Martillo” empezó a entrenar en un improvisado gimnasio que montó el patrón de la estancia donde paraban los Roldán.

El apodo vino por su pegada. Sabía y sabían que pegaba fuerte. De hecho desde adolescente se hizo de grandes historias que de grande recordaba en cada tertulia.

Fue uno de los grande medianos de todos lo tiempo, por debajo de Monzón, pero indudablemente entre los más reconocidos en Argentina. Hubiese sido campeón del mundo en los tiempos de Locomotora Castro, Vázquez y otros más. Para llegar a pelear con Hagler tuvo que hacerse número uno del ranking mundial y pelear previamente cuatro o cinco peleas en Estados Unidos. Tenía una característica fundamental: siempre entendía cuando podía ganar y entendía cuándo perder, supo siempre cuándo podía estar cerca del nocaut, a favor y en contra”, sostuvo el periodista deportivo Arturo Jaimez Lucchetta, amante del boxeo.

En el campo donde residía cuenta la historia que supo noquear a un toro de una trompada en una de las tantas apuestas que tenía con sus allegados. Aunque la gesta más simpática y arriesgada la tuvo en un circo que asentó bases por unos meses en Freyre.

El Circo Monumental desplegó todo su potencial con payasos, magos ilusionistas y acróbatas, y dejó la sorpresa para el final. El locutor preguntó si había alguien entre el público que se animara a enfrentar al oso Bongo y aguante seis minutos (sin caer, salir de la jaula y/o asustarse). Entre la multitud se hizo voz un joven de 14 años, quien se acercó al escenario y aceptó el reto.

Ese adolescente era el peón de campo. “Martillo” Roldán. Que ganó el reto y se llevó los aplausos. En realidad no fue necesario aplicar ningún golpe de puño, según supo contar el propio protagonista su mérito fue estratégico ante el oso: cuando el animal se verticalizaba elevando sus patas delanteras, Roldán le apretaba los testículos y lo hacía desistir de su ataque.

Su etapa amateur comenzó bajo las órdenes de Gregorio Yost, quien lo dirigió en sus primeras 27 peleas, hasta que su talento que corrió de boca en boca llegó hasta los oídos del emblemático Amílcar Brusa.

Roldán viajó hasta Santa Fe, su padre le alquiló una pensión y “Martillo” comenzó a entrenar con la figura que tuvo como pupilo a Carlos Monzón y a una decena de campeones mundiales. Fueron más de 100 peleas a nivel amateur para luego pasar a la era profesional.

“Martillo” logró quedarse con los títulos argentino y sudamericano, se alejó del grupo Brusa y se sumó al staff de Juan Carlos “Tito” Lectoure, considerado el mejor promotor de boxeo argentino. La intención era clara: llegar a disputar el título mundial de los medianos.

Así llegó a los primeros planos, se consagró internacionalmente cuando fulminó a Frank “The Animal” Fletcher en el 6° round  un 10 de noviembre de 1983 en el Caesar’s Palace de Las Vegas. Fletcher, a quien le auguraban un gran futuro, cayó boca abajo tras un derechazo en cross a la mandíbula y pudo ponerse de pie cinco minutos después.

Ese combate cambió el destino de Roldán y toda su familia. Con los 180.000 dólares de premio se compró el campo de 80 hectáreas en el que habían trabajado como peones él, su padre y su hermano Víctor.

Martillo falleció este miércoles a los 63 años.

A partir de aquel logro Roldán se convirtió en el “cuco” de los cuatro mejores medianos de los ’80, y de los mejores campeones de la historia del box: Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler, Mano de Piedra Durán y Tommy Hearns.

Justamente ante Hagler en el hotel Riviera de Las Vegas el 30 de marzo de 1984, “Martillo” perdió por nocaut en el 10° asalto luego de una pelea extraordinaria, donde lo derribó sorprendentemente en el 1º round con una izquierda pasada que terminó impactando en la nuca del campeón mundial. La pelea tuvo un quiebre desfavorable para el oriundo de Freyre en el 3º round: Hagler desprendió el dedo izquierdo de su guante hasta introducirlo y lesionarle el ojo derecho.


Roldán fue el primero en tirar a la lona al imponente Marvin Hagler.

Después de cada asalto llegaba al rincón y le decía a “Tito” Lectoure  que no veía. Y la respuesta era increíblemente recriminatoria: “No te entregues, no seas cagón, tenés aire para veinte rounds…”. Esta escena se repitió hasta el final del 9°. Hagler liquidó la historia en el décimo, Roldán cayó resignado hacia atrás y le dijo al referí que no iba más.

En la actualidad y desde el dedazo de Hagler a Martillo hace 36 años, los guantes de boxeo tienen el espacio del dedo pulgar adheridos a la empuñadura.

Tres años después, superando a grandes rivales como André Mongelema, Hugo Pastor Corro y James Kitchen, “Martillo” volvió a los primeros planos y en frente tuvo a otro campeón mundial: Tommy Hearns por la corona de la WBA en el Hilton de Las Vegas. Aseguran que se preparó como nunca, aunque al ring subió sin ganas y sin convicciones. Roldán salió desenfrenado en los primeros instantes, pero no fue suficiente para la evitar la derrota.

El final de su trayectoria internacional fue contra Michael Nunn en el hotel Hilton de Las Vegas. Allí “Martillo” consiguió el alivio final de no boxear más a cambio de 100.000 dólares.

Se fue un grande del box argentino, un campeón sin corona aunque no menos reconocido. Oriundo de Freyre, Córdoba, formado en las chacras y perfeccionado por Brusa en Santa Fe. Lectoure lo llevó al estrellato y su puño al recuerdo eterno.

Redacción Al Toque

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