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De barrio y Selección: Ezequiel Pereyra clasificó al Mundial de Petanca en Malasia
El joven bochófilo riocuartense que representa al Club Sportivo Maipú fue parte de la Selección Argentina que consiguió el tercer puesto en el Panamericano de Iquique, Chile, y con ello la clasificación al Mundial 2026 en Malasia. “Uno aspira a esto, a llegar a la Selección y jugar un Mundial”, dijo Pereyra. Desde los clubes de barrio hasta la escena internacional, una historia que confirma que las bochas también son pasión riocuartense.
En el aire de El Centro que Necesitás, programa de Al Toque Radio, Ezequiel Pereyra todavía suena con la emoción de quien acaba de cumplir un sueño grande. No se trata de una historia que empezó en un centro de alto rendimiento ni en una academia del exterior, sino en las canchas de tierra de los barrios de Río Cuarto, donde aprendió a tirar sus primeras bochas junto a su familia. Hoy, ese mismo chico del Club Sportivo Maipú acaba de clasificar al Mundial de Petanca, que se disputará en 2026 en Malasia, como integrante de la Selección Argentina.
El Panamericano que abrió la puerta al mundo
En el Panamericano de Iquique, Chile, Argentina se subió al podio y se ganó un lugar entre los mejores del continente. El equipo integrado por Ezequiel Pereyra, Juan Roldán (Santa Fe) y Néstor Guevara —radicado en Francia y con medio siglo dedicado a la Petanca— logró el tercer puesto tras vencer a México 13-0 en el partido decisivo.

“Fue una experiencia única”, contó el riocuartense en diálogo con El Centro que Necesitás. “Viajamos en vehículo, descansamos apenas un día, pero llegamos con mucha ilusión. Estar con Néstor fue un lujo. Hace 50 años que juega y fue el que nos ayudó, nos mandaba videos, nos enseñaba cómo agarrar la bocha, cómo tirarla, un montón de tips que te quedan grabados”.
A pesar de haber tenido apenas un mes de preparación, el equipo nacional consiguió un resultado histórico. “Los otros países nos sacaban entre tres y diez años de experiencia. Y aun así salimos terceros. Imaginate lo que podemos hacer con más tiempo de trabajo”, dijo Ezequiel.
Aprender otra bocha, empezar de nuevo
Pereyra explicó que la Petanca es una modalidad distinta dentro del universo de las bochas, y que implicó empezar casi de cero: “Hay distintos tipos de bochas: la Rafa Bolo, la de Zerbin, y la Petanca. Esta última es de fierro puro, más chica, pesa entre 720 y 800 gramos, y tiene un reglamento más simple, pero requiere mucha precisión. Tuve que dejar la otra bocha para practicar con esta durante un mes, fue como volver a empezar”.

El aprendizaje no fue un obstáculo sino un desafío. “Después de jugar tantos años con otra bocha, esto me devolvió esas ganas del principio. Estoy volviendo a adaptarme, pero siempre con la idea de crecer. Lo importante es seguir aprendiendo y representar a Río Cuarto de la mejor manera”.
“Vengo de una familia de bochófilos”
La historia de Ezequiel empieza en casa. “Mi papá y toda la familia de parte de mi viejo han jugado. Siempre me llevaron al club, a la cancha, y más que no me gustaba al principio, terminé metiéndome para hacerle caso a mi viejo… y mirá cómo terminé”, relató entre risas.
“Todos venimos de la persona más grande: el padre, el abuelo, el tío que te lleva al deporte que ellos hicieron. Es un deporte muy de barrio, muy de familia. En cada club hay historia, hay gente grande que te enseña. A mí me pasó eso, me crié entre bochas y terminé encontrando mi lugar”.

Ezequiel reconoce que esa tradición también se está renovando: “En el Club Maipú somos cinco o seis chicos, pero hay muchos más en otros clubes: El Diario, Alberdi que tiene la escuelita. En Río Cuarto hay muchísimos chicos jugando, y eso es lo más lindo, porque la bocha se está manteniendo viva en los barrios”.
Constancia y sacrificio: el camino hasta acá
A sus 20 años, Pereyra ya puede contar cinco títulos provinciales y un campeonato argentino. Pero más allá de los trofeos, lo que más valora es la constancia. “Desde 2022 vengo subiendo de nivel. Cada fin de semana hay torneos, y siempre trato de estar. He tenido tropiezos, como todos, pero siempre me mantuve. Si no tengo un compromiso grande, doy el 100% en el club. A veces hay que dejar salidas o cuidarse más, pero es parte del sacrificio. Todo lo que hice fue por el deporte, y ahora se ven los resultados”.
Cuando habla de futuro, Ezequiel se permite soñar, pero con los pies en la tierra: “No se vive de las bochas, son muy pocos los que pueden hacerlo. Pero igual uno sigue, porque la pasión es más fuerte. Ojalá algún día se valore más, porque hay mucho esfuerzo detrás de cada jugador”.
El sueño mundialista
El próximo gran desafío será en septiembre de 2026, cuando viaje al Sudeste Asiático para representar al país en el Mundial de Petanca. “La Confederación Argentina de Bochas nos apoyó mucho en el Panamericano. Ahora tenemos dos meses para confirmar si vamos. Yo calculo que sí, y si hay que juntar plata, lo haremos. Es un sacrificio, pero también una experiencia única, y la quiero vivir cueste lo que cueste”.

Con una sonrisa, Ezequiel imagina lo que será estar del otro lado del mundo: “Va a ser raro, pero hermoso. Literalmente estamos del otro lado del planeta. Habrá que aprender inglés, pero lo importante es estar ahí, representar al país y disfrutarlo”.
Ezequiel Pereyra es parte de esa nueva generación que le devuelve brillo a un deporte con alma de barrio. Creció viendo a su padre y a sus tíos tirar bochas en el Maipú, aprendió de los más grandes y hoy lleva la bandera argentina a un Mundial. Entre la tierra de las canchas y el sueño de Malasia, su historia confirma que las bochas no entienden de fronteras, sino de pasión.
Escuchá la entrevista completa con Ezequiel Pereyra en Spotify
Fotos: Al Toque / Prensa Club Maipú
Redacción Al Toque
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