Diego Britos: “Sueño que mi carrera termine en Banda Norte”

Diego Britos es el mayor de cinco hermanos. Nació el 5 de octubre de 1979 y lo siguieron Vanina, Gisela, Gastón y Micaela. Se inició futbolísticamente en Deportivo Herman, club que posteriormente se fusionó y formó lo que en la actualidad es Defensores de Alberdi.

Sus condiciones técnicas lo llevaron a jugar de mediocampista ofensivo por las bandas, su jerarquía y lectura lo corrieron a la función de enganche, pero con el correr de los años se transformó en uno de los mejores ‘5’ que tuvo la última década de la Liga Regional de Río Cuarto.

Britos, que pasó por Renato Cesarini, Sportivo Municipal y Herlitzka de Las Vertientes, realizó casi toda su carrera en Asociación Atlética Banda Norte. Llegó en 1999, con el “verde” jugando en Primera B, ascendió en esa temporada y posteriormente consiguió cinco títulos ligueros en dos décadas.

En 2005 Banda Norte logró su primera vuelta olímpica tras el retorno a Primera División A de Liga Regional. El equipo conducido por Guillermo Guendulain se adjudicó el Torneo Clausura tras pelearlo palmo a palmo con Toro Club de Coronel Moldes. El “verde” finalizó con 35 puntos (uno más que los moldenses), resultado de 11 juegos ganados, 2 empates y 2 reveses. Además, convirtió un total de 33 goles y recibió sólo 10 en 15 compromisos.

Tres años después volvió la gloria con Julio Turello en el banco. El “verde” se quedó con el Torneo Clausura aventajando por siete puntos a Alianza de Coronel Moldes. Al año siguiente, Turello le entregó otra corona al “lobo” del Parque. Banda Norte levantó el trofeo del Torneo Clausura al finalizar con 36 puntos en 15 fechas. 

La última etapa gloriosa de Banda Norte se desarrolló bajo el proceso de un hijo pródigo. José Sebastián Echeverría le dio la doble corona en 2016. Banda Norte se adjudicó el Torneo Clausura de Primera División A luego de derrotar a Atlético Sampacho por 3 tantos contra 1 en la revancha de la gran final del Octogonal. La Final Anual 2016 esta vez le jugó a favor. Luego de caer 2 a 1 en General Cabrera frente a Ateneo, y con el antecedente de dos finales oficiales perdidas, Banda Norte venció 3 a 1 al “tricolor” y levantó su título número ocho de Liga Regional.

De todo ese proceso, de coronas, vueltas olímpicas y participaciones en torneos superiores, fue parte Diego Britos, que decidió desprenderse del “verde” en 2018, para pasar a jugar a Herlitka de Las Vertientes.

En la “H” también experimentó alegrías, ya que logró el ascenso a la máxima divisional en 2019, justo cuando su querido Banda Norte perdió la categoría tras 20 años en la A.

En la actualidad, alejado de los reductos de Liga Regional de Río Cuarto, pero jugando para Banco de Córdoba en la Liga de Profesionales, Britos repasa su trayectoria, se refiere al vínculo inquebrantable con Banda Norte, se apena por el descenso y expone un deseo pendiente.

– ¿Por qué dejó de jugar en Liga?

– En el 2019, cuando estaba en Vertientes (Herlitzka), se me cortan los ligamentos del tobillo y me tuve que operar, fue en noviembre. Me opero, arranco la rehabilitación entre diciembre y enero y después me agarra la pandemia, como a todos. Al no poder salir, mi recuperación no fue la esperada, porque no podía entrenar como hubiera querido. Entonces decidí hacer un parate en las competencias de Liga porque no estaba en condiciones. Para ser honesto, ahora no tengo muchas ganas de jugar, pero no estoy retirado.

– ¿Qué le dejó esa última experiencia en Herlitzka?

– El campeonato con Herlitzka fue engañoso, no solo el primero donde no logramos el objetivo, sino también el que nos tocó ascender (2019). Hicimos campañas bárbaras, pero nos encontramos con los playoffs en el primer torneo y quedamos afuera. Fue algo injusto, no nos vimos beneficiados por el campañón que habíamos tenido, sino que se emparejó todo en esos cruces y una mala tarde nos dejó afuera.

– También juegan una final por el Torneo Provincial contra Unión San Vicente…

–  Ese proceso en Herltizka empezó con la participación en el Provincial, nos armamos para tener rodaje y terminamos jugando la final. Ese último partido dejó muchas cosas raras, se cambión de cancha, con otro árbitro, que fueron influyendo en la previa. Más allá de eso, el otro equipo jugó muy bien esa final, nos ganó en detalles y se quedó con la copa. Lo jugamos para acondicionarnos y el saldo fue muy positivo.

– ¿Dónde empezó todo?

– Arranqué a los seis años jugando para el Deportivo Herman en la Liga Azif (Asociación Zonal Infantil de Fútbol), ahí pude compartir cancha con (Carlos) ‘Beto’ Britos y el ‘Tín’  (Martín) Cabrera, después obviamente cuando crecimos nos fuimos repartiendo por otros clubes y competimos dentro de la Liga de Río Cuarto. En mi caso pasé por Renato y Defensores de Alberd, pero por cuestiones del colegio dejé unos años y volví después en Banda Norte.

– ¿Qué cuestiones de ‘colegio’?

– Vivía en el barrio Trapalanda, andaba a mil entre el colegio y los entrenamientos, salía de un lado y me iba en bicicleta a otro. Por eso me empezó a ir mal, entonces mi viejo me dio a elegir entre colegio y fútbol, aunque poco me dejó opinar (risas), sabía que tenía que terminar la escuela.

– ¿Y por qué elije Banda Norte para volver?

–  La historia con Banda Norte es bastante particular, porque mi viejo es fanático de Municipal. Cuando tenía 19 años decidí volver a jugar y él me mando a la ‘M’, porque estaba haciendo pruebas. Fui un par de entrenamientos y en uno de los últimos me dijeron que no había quedado. Ahí fue cuando me acerqué a Banda Norte, estaba Dionisio Gutiérrez y me sumé al plantel.

– ¿Costó meterse en el plantel de Primera?

– Estuve seis meses jugando en Reserva, un poco por lo nuevo que era y otro por el plantel que ya venía del ascenso de la C. Pero Dionisio miró mucho las inferiores que teníamos y nos subieron a mí, ‘Bichi’ Bonetto, Carlos González, Alturria, Hugo Baigorria, y varios chicos que más que andábamos muy bien. Se armó un grupo bárbaro.

– ¿Siempre de mediocampista central?

–  Era volante por derecha, pero a medida que pasaron los años me fueron corriendo de puesto los técnicos. Primero fui enlace, después cuando me puse más grande seguí jugando de 5. Esos consejos de los DT y el compromiso que le ponía me fueron alargando la carrera y aumentando mi nivel. Desde Dionisio Gutiérrez, a ‘Cacho’ Echeverría y hasta incluso ‘Tero’ Giuliano, me fueron viendo varias características y me mejoraron.

– ¿Significó algo ser capitán tanto tiempo en Banda Norte?

– Fui capitán porque era el que más hablaba dentro de la cancha y tenía un poco de carácter en el vestuario. Primero alternábamos con Carlos González y ‘Bichi’ Bonetto y después cuando ellos se retiraron agarré la cinta por una cuestión de experiencia. Tengo que decir que al capitán, muchas veces, lo elegíamos nosotros los jugadores, nos pasó con varios técnicos que nos dejaban a nosotros esa decisión.

– ¿Y por qué tanto tiempo en un mismo club?

– Porque sentí que el club me dejaba crecer futbolísticamente. Venían técnicos con mucho conocimiento, con buenos proyectos, que aplicaban cosas en cancha que nos hacían ser protagonistas. Aparte de la formación como persona, Banda Norte es uno de los grandes en Río Cuarto por ese sentido también.

– ¿Hubo posibilidades para irse de Banda Norte?

–  Hubo propuestas para ir saliendo del club, pero siempre me enteraba después porque negociaban con Banda Norte o me mejoraron las condiciones y me convencían del proyecto que había. Tuve cerca de pasar a Dolores, cuando estuve (Guillermo) Gendulain, o a Atlético (San Basilio), aunque cuando me tocó poner todo sobre la mesa siempre me quedé con Banda Norte.

– ¿Por qué decidió cerrar el ciclo en 2018?

– Cumplí varias metas en Banda Norte, cuando estábamos en la B teníamos el sueño con ‘El Zurdo’ Arias de jugar torneos superiores y salir campeones. Con el paso de los años todo eso se dio y con el club logramos trascender. Después sentí que no tenía más nada para darle al club y Banda Norte tampoco a mí, por eso busqué nuevos aires con la intención de volver a cumplir objetivos.

– Se va y Banda Norte desciende. ¿Cómo lo vivió?

–  El descenso me tocó muy de cerca y me dolió, porque cuando llegué a Banda Norte fue en el ’99 jugando en la B y luchando para ascender. Por eso es que lo siento demasiado, me toca un poco, porque sé lo difícil que es la categoría y lo que va a costar. También me siento responsable, todos los planteles anteriores fuimos parte de esa mala racha, porque muchas veces los más experimentados priorizamos los torneos superiores y los más chicos, o de menos experiencia, tuvieron que sumar puntos en la Liga. Lo terminamos pagando.

– Le costó el primer año y sigue en Primera B. ¿Cómo ve a Banda Norte este año?

–  El plantel que tiene es muy joven, lo van a sentir, pero el técnico tiene mucho conocimiento de la categoría y sabe de fútbol. Creo que a las diferencias las puede hacer con jugadores más experimentados, sobre todo en los partidos más difíciles, pero me gusta el proyecto que están siguiendo porque apuestan a largo plazo y con material propio.

– ¿Es una de las cosas de las cuales se arrepiente (haberse ido antes del descenso)?

– Me arrepiento de haberme ido en aquel momento, porque con el tiempo comprobás que podía haberle dado una mano al club en una situación difícil. Toda esa camada, que estaba repartida en muchos clubes podría haber vuelto y ayudar. Eso es lo único pendiente que me quedó o de lo que me pueda arrepentir.

– Más allá de ese arrepentimiento, ¿está conforme con la carrera que hizo?

– El balance es sumamente positivo, fui partícipe de la historia grande de Banda Norte. Obviamente que lo que más rescato son las amistades que he hecho a lo largo de los años, porque hasta el día de hoy coincido con alguno en canchas o diferentes lugares y podemos hablar de todo lo lindo que vivimos. Me quedo muy marcado ese paso por Banda Norte, no sé si imaginaba estar tantos años así, pero es una satisfacción enorme.

– ¿Ascender, salir campeón en la A o jugar torneos superiores? Los vivió a todos…

– Disfruté todo, porque todas las etapas me marcaron. Lo del ascenso en el ’99 fue muy emocionante, con 19 años nunca había vivido algo así, en un club tan grande y con mucha gente que lo acompaña. El primer campeonato en la A que gané, en 2005, fue otro sueño. Y obviamente jugar un torneo superior, porque te da otra imagen, otra trayectoria y te deja algo lindo para contar.

– ¿Y jugar y salir campeón con su hermano Gastón?

– A Gastón le llevo entre 11 0 12 años, ya ni me acuerdo (risas). Empecé a llevarlo yo a las escuelitas y los entrenamientos. Cuando empezó en Banda Norte siempre lo intenté convencer de que estaba en un club que apostaba a los pibes, que no perdiera la fe porque iba a llegar. Lo que no sabía es que íbamos a coincidir en una cancha, porque al ser más grande veía pocas posibilidades. La primera felicidad juntos fue cuando él debuta, después la del hecho de salir campeones.

– ¿Un técnico?

–  Tuve un montón de técnicos y es imposible elegir a uno. Con varios he hecho amistad, con Guendulain, Giuliano, Turello, Echeverría, Leva o hasta con el mismo Vladi (Vladmir Vera). De todos aprendí y me llevé lo mejor de cada uno.

– ¿Un compañero?

–  Si tengo que elegir a un compañero es Carlos González, siempre nos defendía en cancha y nunca nos dejaba a pata futbolísticamente. Un jugador que dejaba todo y un compañero de fierro, al igual que Bonetto, que son los dos con los que más compartí.

– ¿Un partido?

– Un 5 a 1 contra Juventud de Baigorria, goleamos y salimos campeones en 2005. Fue un desahogo ese partido, por todo lo que habíamos vivido anteriormente.

– ¿Algo pendiente?

– Busco la posibilidad de volver a Banda Norte, soy hincha del club y quiero ayudarlo. Además es dirigido por un técnico que conozco y lo tuve en Herlitzka. Sueño con que mi carrera termine ahí, porque es donde pasé la mayor parte de mi carrera.

Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque