Diego Ghiglione y el desafío de no quedarse quieto

Diego Ghiglione no necesita levantar la voz para marcar una idea. Su recorrido habla por él. Desde Río Cuarto al rugby profesional, desde el club al alto rendimiento, desde la formación amateur hasta la conducción de una franquicia internacional. Con una historia de vida atravesada por la superación, hoy se encuentra ante un nuevo punto de inflexión: será Head Coach de Dogos XV en la próxima edición del Super Rugby Américas, torneo en el que la franquicia cordobesa viene de ser subcampeona y se consolidó como protagonista.

A la par, continúa como entrenador de forwards de Argentina XV, el seleccionado intermedio entre los Pumitas y Los Pumas, con el que recientemente realizó una gira por el Reino Unido e Irlanda. En esta charla profunda con Al Toque Deportes, Ghiglione se detiene a pensar, repasa su camino y explica por qué el desafío es una forma de vida.

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– Se confirmó que vas a ser Head Coach de Dogos XV en la próxima Super Rugby Américas. ¿Qué te generó internamente ese reconocimiento?

– La verdad que estoy muy feliz, muy contento. No deja de ser un reconocimiento al trabajo porque yo ya llevo tres años en Dogos y creo que se dio de una forma muy natural. Veníamos trabajando muy bien como equipo, con un staff consolidado, con una idea clara. Cuando se abre la posibilidad, uno lo toma con orgullo, pero también entendiendo que es una responsabilidad enorme. Nicolás (Galatro), que era el Head Coach, se fue a la franquicia del Litoral (Capibaras XV), que es su lugar. Regionalmente volvió a su casa. Había que designar un Head Coach para Dogos y me tocó este honor. Para mí es importante porque vuelve a aparecer esa parte de conducción que siempre me gustó. Me tocó ser Head Coach en el club, en juveniles, en equipos provinciales, pero esta parte profesional no me había tocado nunca. Eso también genera ansiedad, expectativa, nervios. Está bueno tener esa sensación de no saber exactamente cómo va a salir todo, porque eso te obliga a prepararte mejor. Nos estamos preparando con un grupo de trabajo en el que confío muchísimo.

Dogos XV llega a 2026 con una vara altísima: finalistas en su primera temporada, campeones en la segunda y subcampeones en la última edición.

– Con ese recorrido reciente, la exigencia parece permanente. ¿Cómo se convive con eso?

– La vara está súper alta, no hay dudas. Dogos es un equipo recontra protagonista. En tres años estuvimos siempre metidos en finales, con un título incluido. Eso habla de un proyecto que está funcionando. Pero también está bueno aclarar que nuestro objetivo principal no es solamente ganar. Nosotros estamos para desarrollar jugadores para Los Pumas. Ese es el eje. Y creo que ese trabajo lo venimos haciendo muy bien. Ya han debutado seis jugadores bajo nuestra conducción. Ver chicos que vos recibís de los clubes, que pasan por la franquicia y que después terminan jugando en Los Pumas, te llena de orgullo. Te da una satisfacción enorme y también te confirma que el camino es el correcto.

La palabra “desarrollo” aparece una y otra vez en la charla. No como discurso, sino como forma de entender el rugby.

– ¿Qué lugar ocupa el jugador en ese proceso?

– Nosotros somos los encargados de que ellos entiendan el lugar que están ocupando. Llegar a una franquicia es un privilegio. Hay muchísimos chicos que quieren estar ahí. Entonces tenés que hacerles ver que están en un lugar donde tienen todas las herramientas para desarrollarse. Después, obviamente, está la competencia. Somos competitivos, nos gusta ganar, pero no es la presión inmediata del resultado por el resultado mismo. Es entender que el proceso está por encima.

– Eso conecta mucho con tu etapa en el club.

– Totalmente. A mí me pasa lo mismo que me pasaba en Uru Cure. Me encanta ver jugadores que llegan a Primera, que después se reciben, que triunfan en su trabajo, que forman una familia. Acá es lo mismo, sumado a que, si se da, los ves llegar a Los Pumas. Eso es lo que más me gusta del rol. Más allá de la responsabilidad de conducir un grupo que representa a una región, hay una satisfacción muy grande en ver crecer a las personas.

Además de su rol en Dogos, Ghiglione continúa como entrenador de forwards de Argentina XV, el seleccionado intermedio entre los Pumitas y Los Pumas.

– ¿Qué te da Argentina XV en términos de formación personal?

– Es un lugar de aprendizaje muy fuerte. En Argentina XV se replica mucho de lo que se hace en Los Pumas. Tener acceso a esa información, a ese feedback permanente, te ayuda muchísimo. Para nosotros es crecimiento continuo. Más allá de la satisfacción de estar ahí, es un paso grande en mi formación. Estoy viendo lo máximo que me puede tocar ver como entrenador, entendiendo cómo se trabaja en el alto rendimiento y cómo después trasladarlo a la cancha.

– ¿Qué te dejó esa gira por el Reino Unido e Irlanda?

– Fue muy enriquecedora. Jugamos primero acá en Argentina con Rumania, después fuimos a Brasil y más tarde nos tocó enfrentar a Munster en Irlanda y a Bristol en Inglaterra. Era toda una incertidumbre saber cómo nos iba a ir, pero había mucha confianza en los jugadores. La verdad es que competimos muy bien y nos volvimos con mucha información. Jugar en Munster, con 15 mil o 18 mil personas en el estadio, fue impresionante. Ahí te das cuenta del fanatismo que tienen. La vivencia fue extraordinaria. Después de la gira me quedé unos días más en Inglaterra, compartiendo entrenamientos en Bath. No es para copiar todo, sino para traer cosas nuevas y también para confirmar que muchas de las cosas que hacemos nosotros están bien.

El calendario no se detiene y la planificación es clave. Dogos arrancará oficialmente la pretemporada el 15 de enero, aunque el trabajo del staff no se corta nunca. El certamen americano iniciará el viernes 20 de febrero, cuando Dogos debute como local ante Cobras XV de Brasil.

– ¿Cómo se encara ese proceso previo?

– Esto no corta nunca. Una cosa es estar en el día a día con los jugadores y otra es el trabajo de planificación, que es donde se hace la diferencia. Ahí es donde mostrás tu mejor trabajo: en el orden, en la estrategia, en tener todo estudiado. Queremos que los jugadores se muevan en un marco de confianza, sin incertidumbre.

– Se viene un año muy intenso. ¿Cómo te sentís vos hoy?

– Tengo el nervio, tengo la pasión, tengo ganas. Mientras tenga todo eso, me siento feliz. El apoyo de la familia es clave. Tenés que estar muy acomodado familiarmente para poder viajar, para poder dedicarle tanto tiempo a esto. Eso a mí me deja tranquilo. Y los amigos también. Cuando vuelvo, vuelvo al club, entreno, estoy ahí, pero la verdadera red también son los amigos, que te ayudan a desconectar y a volver a la realidad. No sé si la palabra es hambre. Me gusta más decir desafiarme. Si me quedo parado siento que me falta algo. Hoy estoy en movimiento y con muchas ganas de ir para adelante.

No hay estridencias en su manera de decirlo, pero sí una certeza que atraviesa toda la charla. Diego Ghiglione no entiende el rugby —ni la vida— desde la quietud. Cada desafío es una excusa para aprender, cada paso adelante una forma de honrar el camino recorrido. Desde Río Cuarto al rugby profesional, del club al alto rendimiento, su recorrido no se mide solo en cargos ni resultados, sino en la convicción de seguir yendo. Porque para él, quedarse parado nunca fue una opción.

Fotos: Al Toque / Prensa Dogos XV
Redacción Al Toque