Sporting Club de Sampacho regresó a las actividades dentro de la institución. La primera entrena sin una agenda fija. Las categorías formativas son llevadas adelante por Lucas Vicario, jugador de la primera, quien trabaja a la distancia pero en conjunto con el cuerpo técnico.
Los retornos a las prácticas ya son un hecho en la ciudad
y la región, en lo que respecta al mundo de la pelota “naranja”. En Sampacho, Sporting
Club pudo regresar a la actividad después de más de 7 meses sin pisar el
parquet de la cancha.
Pero no todo es tan sencillo para el “albo”. Los
entrenadores Matías Figueiras y Agustín Champret todavía no pudieron
regresar a la localidad desde los lugares donde transcurrieron estos meses de cuarentena
-Rosario del Tala y Marcos Juárez, respectivamente-.
En ese sentido, el club le pidió a Lucas Vicario,
jugador de la primera, que se encargara de encarar los entrenamientos de las
categorías formativas. Vicario aceptó con la responsabilidad de trabajar en
conjunto con el cuerpo técnico para realizar un seguimiento de los chicos tras
tantos meses sin que habitaran la institución.
“Cuando el club me pidió hacerme cargo de las categorías
formativas, les dije que sí, pero que me parecía apropiado comunicarme con
ellos que son los entrenadores para saber qué les gustaría trabajar, tanto
en la escuelita que le corresponde a Agustín (Champret) como en la sub 15 y sub
17 que le corresponde a Matías (Figueiras)”, explicó Vicario.
Con respecto al regreso, el ahora flamante entrenador de
los más chicos destacó la alegría de volver a habitar el club: “Soy una persona
que vive mucho el básquet, estar tanto tiempo parados afecta mucho. Contamos
con un gran número de chicos que volvieron, tanto en el mini básquet como en
las formativas. Creí que íbamos a tener menos”.
Los juveniles del “albo” regresaron al club.
El temor de las familias sigue estando presente con
respecto a la posibilidad de mandar a los chicos al club y los riesgos que eso
conlleva: “Creo que por parte de las familias están los grupos de padres que
tienen miedo por sus hijos o por el entorno de sus propias familias, porque el
chico se puede contagiar y llevar la enfermedad a otro miembro del grupo
familiar”, manifestó Vicario.
Por otro lado, la necesidad de volver a salir y hacer
actividad física está vigente en las familias de Sampacho: “A su vez, hay
padres que tienen a sus hijos cansados de estar encerrados en la casa todo el
día, porque es complicado para una persona que no está acostumbrada a convivir
con su entorno familiar, pasar de no estarlo a hacerlo las 24 horas del día. Creo
que también está ese grupo de padres que están contentos que los chicos estén en
el club haciendo actividad física”, afirmó el entrenador.
Vicario se encarga de todos los protocolos sanitarios
para que los chicos solo deban preocuparse por llegar al club y entrenar: “Siempre
voy una hora antes al club para armar todo y dejar desinfectados los elementos,
para que cuando lleguen los chicos ya puedan meterse dentro de su espacio de
trabajo. Los materiales se desinfectan antes, durante y después. A los
chicos se los desinfecta apenas entran al club, con alcohol diluido. El baño no
se puede utilizar dentro de la institución, y cada uno tiene su propia botella.
Intentamos que los grupos no se junten a la hora de entrar y salir, tratamos
de terminar 5 o 10 minutos antes los turnos”.
Los juveniles del “albo” practican tanto fundamentos
individuales defensivos como ofensivos, con y sin el uso de la pelota. “Hasta
ahora no podemos hacer nada colectivamente, para no tener contacto con otra
persona. Uno trata de motivarlos y ponerles pilas, pero vamos aprendiendo sobre
la marcha”, expresó el entrenador.
El club de Sampacho tomó todos los recaudos sanitarios para el retorno a las prácticas.
En el caso de la Primera, Vicario deja su silbato de
entrenador para calzarse la ropa de entrenamiento. “Tenemos un grupo en el cual
ponemos qué día puede ir cada uno, y cuando juntamos un número más o menos
razonable vamos a trabajar al club. Hacemos un poco de control de pelota, zona
media, lo que se pueda, pero sin nada de juego. Los entrenamientos los vamos
llevando entre todos”.
Para el jugador, hay una ambigua sensación con este
regreso: “Por un lado estoy aliviado, en lo personal me hace bien estar
dentro del club, más allá de que sea una vuelta que no todos esperábamos,
con entrenamientos diferentes y sin competencias. Por otro lado, frustrado,
porque a uno también le gusta competir. Arrancamos el año con las
expectativas muy altas, el plantel que formamos era competitivo, parejo e
íbamos a tener minutos distribuidos entre todos”.
Los objetivos planteados a principio de año eran igualar
lo que se había hecho en el anterior: obtener los campeonatos alcanzados en el
Apertura y Clausura, y llegar a Semifinales en el Torneo Provincial.
La planificación puesta para el 2020, será trasladada al 2021: “El compromiso del cuerpo técnico sigue estando con el club. La idea de juego que trajo Matías (Figueiras) y la energía que aportó Agustín (Champret) eran las indicadas. No sé si podremos comenzar apenas empiece el año, pero calculo que por abril algo se podrá hacer y estamos con todas las expectativas intactas”, concluyó Vicario.
Fotos: Darío Martinelli / Zona Deportiva Redacción Al Toque