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El desarrollo del calzado femenino en el último siglo: de la funcionalidad a la moda

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A lo largo del siglo XX y hasta lo recorrido del siglo XXI, el calzado femenino ha experimentado una notable evolución, tanto desde el punto de vista práctico como estético. Este desarrollo no solo refleja los avances tecnológicos, sino también los cambios sociales, culturales y económicos que han marcado el papel de la mujer en la sociedad. Desde las rígidas botas victorianas hasta impresionantes sandalias mujer, el calzado ha recorrido un largo camino, adaptándose a las necesidades de las mujeres y convirtiéndose en una parte esencial de la moda global.

Principios del siglo XX: funcionalidad y restricciones sociales

En los primeros años del siglo XX, el calzado femenino seguía muy influenciado por las tendencias victorianas y eduardianas. Las botas de tacón bajo, con cordones y de material grueso, eran comunes. Las mujeres de la época, que aún se encontraban sujetas a una estricta moralidad social, usaban zapatos que se ajustaban a la modestia y funcionalidad. Los tacones eran escasos, y las siluetas se mantenían recatadas. Con el correr del tiempo, las botas mujer migraron hacia otras formas y funciones, convirtiéndose en un calzado habitual.

Retornando a las décadas iniciales del siglo pasado, también vieron el uso de sandalias y zapatos de verano con un estilo más relajado, aunque aún limitados en su diseño y popularidad. Sin embargo, fue durante la década de los años 20 cuando las mujeres comenzaron a liberarse, tanto en términos de moda como de roles sociales, y el calzado reflejó estos cambios. El “flapper” comenzó a ser la figura representativa de la época: zapatos de charol, con un tacón bajo y detalles elegantes como hebillas, aparecieron como símbolo de una nueva mujer más independiente.

La revolución de los años 30 y 40: el elegante y el práctico

Con la llegada de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, la funcionalidad del calzado adquirió una nueva relevancia. Los materiales como el cuero, la gamuza y la tela sintética empezaron a tomar protagonismo, y las mujeres tuvieron que adaptarse a las limitaciones de la guerra. A pesar de las restricciones, el calzado siguió siendo una herramienta para expresar estilo y elegancia.

Durante los años 30, el tacón se elevó un poco más, destacando las siluetas estilizadas. Las sandalias de plataforma se hicieron populares, pero fue en la década de los 40 cuando el calzado de tacón alto alcanzó su máximo apogeo, sobre todo con la figura de diseñadores como Salvatore Ferragamo, quien creó modelos que mezclaban comodidad con alta costura. Aunque las mujeres estaban más inclinadas a la moda, la influencia de la guerra y la falta de recursos limitó el desarrollo y la variedad del calzado.

Las décadas de los 50 y 60: glamour y rebelión

El final de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo un renacimiento del lujo y la moda. Durante los años 50, el tacón alto se consolidó como una declaración de feminidad. Las sandalias de tiras finas, los tacones de aguja y los zapatos de salón se convirtieron en el centro de la moda femenina. Esta tendencia también coincidió con el auge del cine y la cultura popular, donde figuras como Audrey Hepburn y Marilyn Monroe simbolizaban el glamour.

En los años 60, con la revolución juvenil y la cultura «mod», el calzado también sufrió una transformación. Las botas altas, de goma o de piel, que se usaban tanto con faldas como con pantalones ajustados, emergieron como una tendencia importante. Los zapatos planos, como las bailarinas, también ganaron popularidad, mientras que las primeras zapatillas deportivas comenzaban a ser asociadas con el estilo casual y cómodo, una tendencia que se acentuó aún más en la siguiente década.

Las décadas de los 70 y 80: de la liberación a la exuberancia

El auge del feminismo en los años 70 también tuvo un impacto en el calzado femenino. Las mujeres comenzaron a desafiar los estándares de belleza tradicionales, y eso se reflejó en sus elecciones de calzado. Las plataformas y las sandalias de plataforma ganaron fuerza durante estos años, impulsadas por el movimiento disco y la moda de la época.

Los años 80 fueron una época de opulencia y exceso, donde los tacones altos se hicieron aún más populares, así como el calzado deportivo, que pasó de ser un accesorio funcional a un elemento de moda.

El calzado femenino hoy: comodidad y diversidad

En las últimas dos décadas, el calzado femenino ha seguido un camino de diversificación. La moda actual refleja un equilibrio entre la comodidad y la estética, y el mercado de las zapatillas deportivas ha crecido exponencialmente, impulsado por la tendencia athleisure. Las mujeres ahora tienen acceso a una enorme variedad de estilos que van desde el tacón alto para ocasiones formales hasta las botas cómodas para el día a día.

Los diseñadores contemporáneos también han creado nuevas interpretaciones del calzado clásico, fusionando tecnología y estilo. Materiales innovadores, como la memoria de forma, y el uso de impresiones 3D, han reconfigurado la manera en que se concibe el calzado femenino. A la par, las marcas sostenibles han entrado con fuerza en el mercado, respondiendo a la creciente preocupación por la ética y el medio ambiente.

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