Encontranos

Media Distancia

El Mundial Sub-20 mancha la causa Malvinas

Publicado

el

Mariano Saravia

Periodista y especialista en Relaciones Internacionales.

El Mundial Sub-20 se jugará en Argentina y el grupo B en el Estadio Mendoza. Una barbaridad por donde se lo mire, una verdadera traición a una causa sagrada del pueblo argentino: Malvinas.

Porque el estadio mundialista de Mendoza se llama y se llamará siempre Malvinas Argentinas. Nací y crecí en Mendoza y lo sé, porque jugué ahí, porque estuve en sus tribunas, me tiré al foso para festejar los campeonatos de Gimnasia, y hasta fui a varios partidos del mundial 78: el triunfo de Escocia 3 a 2 contra Holanda y el de Brasil 3 a 1 contra Perú. En ese momento todavía no se llamaba así, pero después del 82 fue el Malvinas Argentinas. Siempre.

Ahora resulta que la FIFA vuelve con el verso de que ella no mezcla la política con el deporte, una ridiculez sublime, porque es una entidad eminentemente política y siempre dio muestras de su perverso juego político. Sin ir más lejos, el año pasado cuando proscribió a la selección rusa por las cosas que puedan endilgarse o no al gobierno de su país. Pero, sin embargo, Estados Unidos jugó el mundial del 30 mientras invadía y masacraba al pueblo nicaragüense, y el del 50 cuando acababa de masacrar población civil japonesa con las bombas atómicas y estaba iniciando la Guerra de Corea. En los mundiales de 1934 y 1938 participaron sin problemas los seleccionados de la Italia fascista y de la Alemania nazi. Y ni hablar de la Argentina del 78, anfitriona y campeona con un gobierno dictatorial y genocida. Así que la FIFA no tiene ninguna autoridad moral para sostener que separa el deporte de la política.

El líder de la junta militar, Jorge Rafael Videla, le da la mano al capitán Daniel Passarella, campeón del mundo.

Hecha esa aclaración, vamos al tema de los estadios. Vienen ahora con la imposición de que las canchas lleven el nombre de las ciudades. Pero es un caprichito nuevo, porque NUNCA fue así. En todos los mundiales los estadios tuvieron sus nombres. Nunca se nos va a borrar de la memoria el nombre de Lusail, el del estadio de la final de hace cuatro meses en Catar. Como tampoco olvidaremos al Azteca, donde Diego se consagró en el 86. Andá a decirle a un uruguayo que no existe el Maracanazo, porque la final del 50 no fue en el Maracaná sino en el “Estadio Río de Janeiro”. Siempre fue así, también en los mundiales sub 20. El último de ellos, disputado en 2019 en Polonia, se jugó, entre otros, en el Estadio Zdzisław Krzyszkowiak de la ciudad de Bydgoszcz; el Estadio Widzew de la ciudad de Łódź, y el Arena de Lublin.

Incluso el estadio Malvinas Argentinas ya albergó un Mundial Sub-20, el del 2001, en el que salimos campeones con aquel equipazo dirigido por Pekerman y donde brillaban Saviola, D’Alessandro, Romagnoli y Maxi Rodríguez, entre otros. El grupo C se disputó en Mendoza y en el Estadio Malvinas Argentinas jugaron Estados Unidos, Ucrania, Chile y China. Además, el Malvinas albergó un partido de octavos (Paraguay 2 Ucrania 1) y uno de cuartos (Paraguay 1 Rep Checa 0). No hubo problemas con el nombre. ¿Será que esa vez no, pero en este 2023 sí clasificó Inglaterra? La FIFA vuelve a hacer de las suyas, politizando todo y diciendo lo contrario.

Argentina se coronó campeón del mundo Sub-20 en el Mundial que organizó en 2001.

Realizado el sorteo, se supo que en el Malvinas Argentinas se jugarán partidos del Grupo D (Brasil, Italia, Nigeria y República Dominicana) y del F (Francia, Gambia, Honduras y Corea del Sur) y un partido del C (Japón vs Israel) y uno del E (Uruguay vs Túnez). Además, dos de octavos de final.

¿La culpa es del chancho?

Ahora bien, Arturo Jauretche tenía una frase para estas ocasiones: “Malo es el gringo que nos compra, pero peor es el criollo que nos vende”. Y ese sayo les cabe a personajes con nombre y apellido. Antes que nada, a las autoridades provinciales: el gobernador de Mendoza Rodolfo Suárez y el subsecretario de Deportes Federico Chiapetta, de quienes depende el Estadio Malvinas Argentinas. Ellos fueron los que hicieron lobby para que Mendoza fuera sede y ellos son responsables también de aceptar esta imposición de la FIFA.

También por supuesto la AFA, en su máximo dirigente, Chiqui Tapia, que se movió rápidamente para traer a la Argentina un mundial que la FIFA, por cuestiones políticas (de nuevo) le sacó a Indonesia. Es que Indonesia es el país con mayor población musulmana del mundo, y ante la presencia de la selección de Israel, hubo manifestaciones populares en contra y en apoyo al pueblo palestino. Por ese motivo, en una decisión política, la FIFA le retiró la sede. Y estuvo rápido Tapia en capitalizar esa situación. Pero también estuvo rápido en arrodillarse ante esta imposición imperialista de cambiarle el nombre al Estadio Malvinas Argentinas.

Entonces, principales culpables de esta agachada: gobierno de Mendoza y AFA. ¿Pero qué pasa con las autoridades del gobierno nacional?, empezando por el presidente Alberto Fernández, el canciller Santiago Cafiero y el secretario de Malvinas Guillermo Carmona (que encima, es mendocino). Carmona dijo públicamente que las autoridades provinciales no lo habían consultado. Y agregó: “En la Argentina, la Cuestión Malvinas es una política de Estado consagrada por la Constitución y una causa que convoca a todo el pueblo argentino. Cualquier pretensión que vaya en contra de nuestro régimen constitucional y la política exterior sobre Malvinas resulta inadmisible”. Pero el ministro de Deportes, Matías Lammers, dijo por Twitter: “Participé de las reuniones con los delegados de FIFA, con el presidente de la AFA, y en ningún momento se mencionó la posibilidad de cambiarle el nombre al estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Y si eso hubiera pasado no lo hubiéramos aceptado bajo ningún concepto”. Eso es más contundente, pero se contrapone a lo que dice o reconoce Carmona. O alguno de los dos miente, o esa dupla central no se habla.

Claudio Tapia -presidente de AFA-, junto al Ministro de Economía Sergio Massa y al Ministro de Deporte y Turismo, Matías Lammens.

Muy bien, si resulta inadmisible, ¿qué van a hacer?, se pregunta uno. Y Carmona remarca: “De confirmarse la información periodística, expresaremos al Gobierno de Mendoza la posición oficial al respecto, a efectos de preservar los legítimos derechos argentinos sobre Malvinas”. O sea: nada.

Básicamente, el mundial Sub-20 no se puede hacer si la AFA no presenta los avales del Gobierno Nacional. Y si resulta taaaaan inadmisible el atropello con la causa Malvinas, que además va en contra de nuestra Constitución, el gobierno nacional bien podría amagar con retirar esos avales. O hacer una denuncia judicial. O por lo menos armar un escándalo mediático internacional para que se hable del tema, aprovechando una circunstancia adversa y transformándola en una oportunidad. Pero el camino elegido, nuevamente, es la nada misma.

A pesar de la FIFA, la AFA, el gobierno de Mendoza y el gobierno nacional, para el pueblo futbolero el estadio de Mendoza se llamará siempre Malvinas Argentinas.

También durante el Mundial Sub-20.

Este artículo fue posible a la autogestión de periodistas. Hoy necesitamos de vos. Te invitamos a que seas parte de la comunidad de Al Toque Deportes asociándote con un mínimo aporte mensual

Publicidad
Publicidad
Publicidad

Tendencias

Propietario: Cooperativa de Trabajo Al Toque Ltda. Director: Diego Alejandro Borghi. Sebastián Vera 940, Río Cuarto, Córdoba.
Fecha. Edición N° Edicion . Registro de la Propiedad Intelectual N°09649388