El partido de todos

Uno de mis momentos radiales favoritos era cuando, en partidos trascendentales, Osvaldo Wehbe recurría al yeite de intercalar en su relato nombres de jugadores históricos con los actuales del equipo que estaba a un paso del triunfo.

En esa solución ingeniosa, que le daba fluidez, continuidad y emotividad a la narración, veía siempre una cuestión de inclusión, de hacer a todos partícipes de ese momento inolvidable.

Pensando en la final del sábado, el encuentro más importante de la historia de nuestro fútbol, es imposible no rememorar personas y momentos, ya que la carga sentimental es bastante grande. Para llegar hasta acá el camino fue largo y  está lleno de los anhelos de todos.

Y tomándome la licencia (y el atrevimiento) de usar los recursos del gran Turco, estoy seguro y siento que ante cada indicación de Marcelo Vázquez, se oirá la voz del Gringo Volken y el Turco Sturniolo. En cada pelota que tome Ardente, las manos del Lechuza Escudero, Rubén Ferrari y el Chupa Peralta la asegurarán con más fuerza. Las subidas de Benavídez serán imparables con las alas del Cóndor Gómez y la habilidad del Pepe Bogni. Cuando Ferreyra y Maffini salten a cabecear, cada rechazo llevará el impulso de Luis Carranza, Dino Salvai y Juan Palandri. Suárez hará el surco por la izquierda con la intensidad de la Tera López y la proyección del Cepi Zapico.

En el mediocampo Cainelli se desplegará incansablemente como el Palo Magallanes, Bottino marcará el equilibrio como un Francés, Mario Velázquez o el Colo Cabrera, Beraldi regará la cancha de fútbol con la categoría del Bocha Rodríguez, Ochoa o Chiaretta y Comba aparecerá por todos lados tal Hugo Mattea o el Gnomo Mansilla. Adelante, Sepúlveda, Hesar, Arismendi y Ferreira le sumarán a sus reconocidas cualidades ofensivas la fuerza, la potencia y el amor propio de los Gringos Percello y Dolso y la picardía para definir del Coqui Di Santo.

Y cada uno al que le toque ser protagonista de este memorable acontecimiento, contará con el empuje de la historia de Estudiantes, de quienes defendieron la Celeste, en el verde césped y en las tribunas por más de 100 años.
Poniendo a consideración nuestros sueños, los 11 se multiplicarán por miles. Porque a este partido lo jugamos todos.

*Por Marcelo López Tobares – Periodista, historiador e hincha de Asociación Atlética Estudiantes