Fútbol
El Viejo Placente, un formador de años

Roberto Parrottino
Periodista.
Cuando Diego Placente jugaba en River (1997–2001) después de haberse consagrado como lateral izquierdo titular en los siete partidos en el Mundial Sub 20 de Malasia 97 bajo la conducción de José Pekerman –y de haber ascendido a Primera con Argentinos Juniors–, el relator Mariano Closs lo llamaba en las transmisiones “El Viejo”, a pesar de que recién había pasado los 20 años. Con soltura y expertise en el juego, él disimulaba la edad en la cancha.
Ahora, después de haber recorrido el espinel como entrenador de las selecciones argentinas juveniles en la Sub 15, 17 y 20, Placente dirige como si fuese un viejo maestro formador, como si él fuese el mismo Pekerman. A través de la calma y el temple característicos, transmite sapiencia y tranquilidad. “El Viejo” Placente, después del subcampeonato en el Mundial Sub 20 de Chile 2025 en el que la selección volvió a jugar una final tras 18 años, afrontará el Mundial Sub 17 de Qatar (la selección argentina debutará este lunes, desde las 11:45 ante Bélgica por el grupo D, que integra con Túnez y Fiyi).
A los 48 años, Placente es un formador formado dentro de la estructura de las selecciones juveniles argentinas que proyecta futbolistas para la mayor. Ahí, la educación y el enfoque humano no se negocian. A diferencia de otros períodos en el siglo XXI en los que se acentuó en el resultado y se desprestigió la formación, las juveniles funcionan hoy como una especie de “inferiores” propias de la selección. Placente desembarcó en el predio de la AFA en julio de 2017 junto al riocuartense Pablo Aimar. Primero fue entrenador de la Sub 15 y asistente de la Sub 17 (hoy, Aimar es ayudante de Lionel Scaloni en la mayor y el DT de la Sub 15). En 2017, en la octava edición del Sudamericano Sub 15, disputado en la provincia de San Juan, la selección fue por primera vez campeona, con Placente como DT. En el Mundial Sub 17 de Indonesia 2023, alcanzó las semifinales tras golear a Brasil en cuartos (cayó ante Alemania por penales y en el tercer puesto contra Mali). El Sub 17 es el único Mundial que le falta a las selecciones masculinas de Argentina (tres de mayores y seis Sub 20, cinco durante la era Pekerman). Las mejores actuaciones: los terceros puestos en 1991, 1995 y 2003.
Placente, Aimar, Scaloni, Walter Samuel (asistente en la mayor) y Bernardo Romeo (coordinador de selecciones juveniles). Todos campeones Sub 20 en Malasia 97. De ahí que Placente, muchas veces, hable de “nosotros” y omita el “yo”. “Claro que se puede repetir el ciclo de Pekerman. Lo que nosotros buscamos no es salir campeones juveniles si no que estos chicos después sean Sub 20 y más tarde lleguen a la mayor. No es lo mismo llegar a la mayor con 100 partidos internacionales de experiencia que no haber pasado por eso”, explicaba en 2019 Placente, mundialista en Corea del Sur–Japón 2002, junto a Aimar, citados por Marcelo Bielsa. Sea cual sea el resultado en el Mundial Sub 17, el trabajo de fondo parece estar hecho. Las selecciones juveniles recuperaron nivel técnico y compromiso con el Fair Play, puntos que afloraron en la era Pekerman. Los juveniles reciben talleres de comunicación para aprender a relacionarse con la prensa y, sobre todo, para manejarse en las redes sociales: son chicos que no conocieron el mundo ni las relaciones sin ellas. Pero también hay clases de inglés, lecturas recomendadas para los viajes, charlas sobre abuso sexual y violencia de género, y la obligación de hacer la tarea durante las concentraciones en Ezeiza. Es un intento para no repetir ciertos errores del pasado, que incluían malos comportamientos adentro y afuera de la cancha. “Cultivar valores es muy importante en esta etapa –dijo Aimar–. No sé si influye en el juego, pero sí en la vida”.
Entre los 21 citados por Placente para el Mundial Sub 17 de Qatar, Argentinos Juniors –el club que lo formó a él– es el que más juveniles aporta, con cinco: Valentín Reigia (arquero), Thiago Yáñez (defensor), Santiago Silveira (defensor), Gastón Bouhier (mediocampista) y Facundo Jainikoski (delantero). Y dos chicos que nacieron en Europa: el arquero José Alberto Castelau de Roa (Real Madrid) y el mediocampista ofensivo Can Armando Güner (Borussia Mönchengladbach). Alber Castelau, de padre argentino, nació en Getafe, España (y jugó con la selección española Sub 15). Can Armando Güner –de abuela jujeña, de La Quiaca– nació en Schwafheim, Alemania. Hijo de padre turco y madre germano–argentina, fue campeón de la Bundesliga Sub 17 con el Mönchengladbach (y elegido mejor jugador de la final ante el RC Leipzig tras marcar dos goles). Jugó con la selección alemana Sub 17. Su segundo nombre, sí, es por Diego Maradona. De algún modo, son los continuadores de Alejandro Garnacho y de Nico Paz, quienes nacieron en Madrid y en Tenerife pero que, por la herencia de sangre argentina, representan a la selección. Son los “europibes”.
En Qatar, Pekerman ganó su primer Mundial Sub 20, en 1995. Y la mayor, la tercera estrella en el Mundial de 2022. En el Sub 17 que empieza este lunes en Qatar, la FIFA ensayará su primer Mundial con 48 selecciones (en Indonesia 2023 participaron sólo 24) antes del de mayores, el de Estados Unidos, México y Canadá 2026. El Mundial Sub 17 con 48 selecciones se disputará todos los años –en lugar de cada dos–, y las primeras cinco ediciones serán en Qatar, es decir de 2025 a 2029. Son chances de ganarlo para Argentina. Pero los resultados en juveniles, quedó dicho, escapan a lo esencial.
“A los chicos les decimos que jugar bien no te permite hacer cualquier cosa. Hay que tener en claro que estás con la camiseta de Argentina, defendiendo ese escudo que merece mucho respeto, y portarse bien. Crecer tanto afuera como adentro de la cancha; no es una o la otra, sino que van de la mano. Todos crecimos con esas ideas y esa base de José y las ponemos en práctica. De José me gustaba mucho su paciencia, cómo analizaba las cosas y la elección de jugadores. Los planteles siempre jugaban bien. Y después, cuando corregía, corregía desde la confianza del jugador”, contó Placente durante el Mundial Sub 20 en Chile, en una charla con FIFA.com, y profundizó: “Sabemos que lo importante son los jugadores. Entonces nosotros ayudamos, acompañamos y tomamos decisiones, pero los que deciden son ellos. Nunca queremos sacarles la libertad de jugar, esa magia que tienen muchos, la creatividad. Cuando vemos un entrenamiento y uno hace algo diferente, le pega de rabona, decimos: ‘Si lo tiene, que lo haga’. No quitarle ese diferencial para que agarre confianza y pueda demostrarlo dentro del campo”. No sorprendería que Placente, quien inicia los entrenamientos con un juego de recreación porque cree en lo lúdico –otro legado de Pekerman–, aparezca el día de mañana como el potencial sucesor de Scaloni. Aunque él sea un formador de años.
Gráfico: Al Toque
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