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En el intento de construir claramente el equipo terminó haciendo todo lo contrario. La igualdad por 1-1 de Asociación Atlética Estudiantes ante Platense por la tercera fecha de la Zona Campeonato A generó más dudas que certezas en la parcialidad local.

El “celeste” venía de revertir la pálida imagen mostrada frente a Morón en el debut, y en la segunda jornada jugó mejor que su rival de turno en Caseros y mereció ampliamente la victoria. Entre partido y partido hubo cambios tácticos determinantes que hicieron que una performance y otra sean distintas.

La tercera presentación producía incertidumbre en los ajenos ante el panorama previo que mostraba dos caras en un solo equipo. Con qué Estudiantes nos íbamos a encontrar versus Platense.

En la tarde-noche del viernes en el estadio “Antonio Candini” el entrenador Marcelo Vázquez retornó al 4-4-2 con algunas alternancias. Le siguió dando confianza a la zaga central Vester – Ferreyra y posicionó al polifuncional Maximiliano Padilla en el lateral izquierdo ante la ausencia de Lucas Suárez por desgarro. En la mitad de cancha se produjo el retorno de Gastón Bottino, otro hombre determinante en el once y que trajo alguna que otra solución. Javier Ferreira estuvo mucho más acompañado en ataque con la presencia de Ibrahim Hesar, quien esta vez volvió a su posición natural y no se vio obligado a realizar un esfuerzo sobre la mitad de cancha (tal como lo hizo en la fecha anterior).

Lo cierto es que en la primera etapa Estudiantes no generó, tampoco se hizo dominador de la pelota. Y cuando la tuvo tampoco supo muy bien qué hacer. Platense se adueñó rápidamente de la mitad de cancha con las resonantes presencias de Hernán Lamberti y Mauro Bogado, que provocaron que Ortigoza retroceda unos metros en cancha en sus ansías de participar de la creación y ser eje de conducción en el “león”. Las alas del “calamar” fueron las de más peligrosidad en los primeros 45 minutos, Thiago Palacios, por la izquierda del ataque, y Matías Tissera, por la derecha, jugaban mano a mano con Benavídez y Padilla, respectivamente, y por momentos desequilibraron demasiado a los costados del local.

Estudiantes parecía partido en dos: la defensa se mantenía concentrada en que los hombres de la visita no la doblegue, mientras que las armas en ataque no participaban demasiado. No hubo dinamismo, creación, ni verticalidad en el juego “celeste”. Algo extraño. Se puede identificar rápidamente por lo hecho ante Morón.

Ese primer tiempo opaco del local alcanzó para que Platense se adelante en el marcador. Sin mucha producción, el elenco de Llop puso el 1-0 con una “corajeada” de Zeineddin sobre Vester, pase al corazón del área chica y un pase a la red de Tissera.

El “celeste” se fue al descanso con el resultado adverso y con la preocupación de no jugar bien. Marcelo Vázquez y sus ayudantes lo supieron de inmediato, es por eso que previo al inicio del complemento apostaron por dos sustituciones en el once inicial. Cambio de fichas entre Sepúlveda y Hesar en ataque, y afuera Vester para que ingrese Cainelli (otro que volvía tras una lesión) en la zona central de la mitad de cancha. El segundo cambio provocó que Bottino retroceda y acompañe a Nico Ferreyra y que “Pipa” se pare inicialmente al lado de Ortigoza.

Por el lado de Platense también hubo modificaciones. Pugliese entró por el amonestado Schor – vivo Llop en esa –  y a los 5’ Bustos entró por Palacios.

En los primeros minutos del segundo tiempo lo de Vázquez se transformó en acierto: Sepúlveda estampó el empate luego de un cabezazo conectando el centro perfecto de Padilla. El partido se activaba, Estudiantes reaccionaba y parecía inclinar la cancha con preponderancia.

La moral del “celeste” era alta, comenzaba a generar situaciones y se lanzaba en busca del triunfo que tanto necesitaba. Tuvo un gran obstáculo: los errores arbitrales de Pablo Giménez lo terminaron perjudicando en jugadas claves.

El primer mal cálculo del juez principal fue en complicidad con Juan Vásquez, uno de los líneas: centro al área enviado por Bottino, Ferreyra la bajó y por el segundo palo apareció Cainelli para estampar el 2-1. Bandera levantada, posición adelantada y protesta airosa de todo Estudiantes. Las constantes repeticiones televisivas determinaron que el gol era válido.

Lo segundo que dejó pasar Giménez fue una falta al lado de su cuarto árbitro: planchazo intimidante de Bustos sobre Benavídez, que sólo requirió de amarilla. Era para tarjeta roja.

En lo que si acertó el juez principal fue en la expulsión de Padilla. Tissera se escapó solo por el costado derecho del ataque de Platense, doblegó al salteño y lo desbordaba. Es por eso que el ex Central Norte decidió bajarlo con una patada descalificadora y la jugada del visitante no prosperó. Roja a los 19’ y Estudiantes jugaba desde ese entonces con un hombre menos.

Las intenciones del local se fueron apagando debido a la inferioridad numérica, cansancio físico y porque el rival de turno le robaba la pelota. Platense no fue protagonista en los últimos instantes, se decidió a trasladar el balón de un costado a otro considerando que el empate le sentaba bien.

Bruno Sepúlveda pudo haberse convertido en el héroe de la tarde con una última jugada que llegó desde un contrataque punzante de Estudiantes. “Fino” recibió, se perfiló y remató potente desde afuera del área exigiendo una buena respuesta del arquero De Olivera.

Da la sensación que Estudiantes perdió puntos y juego en esta tres primeras jornadas de la Zona Campeonato A. Al menos porque las expectativas eran altas de acuerdo al mercado de pases que tuvo y el potencial en relación a los demás rivales. El compromiso mayor estará el próximo domingo 20 de visitante ante Temperley, ahí el “león” debe salir a ganar o ganar para que sus aspiraciones no queden en el aire.

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Redacción Al Toque