Fútbol

En retroceso

La tercera fecha de Primera Nacional fue esquiva para Estudiantes. Como local cayó por 2-0 ante Quilmes por los goles de Moreira y Bonetto. La nueva idea estuvo, aunque careció de explosión en varios sectores de la cancha. Lo que viene es Tigre.

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Asociación Atlética Estudiantes cayó por 2-0 ante Quilmes en condición de local por la tercera fecha en la Zona A de Primera Nacional. Rodrigo Moreira y Julián Bonetto anotaron los tantos para el conjunto dirigido por Facundo Sava en la veraniega tarde de domingo en el “Antonio Candini”.

Esta victoria significó la segunda en el torneo para el “cervecero”, que anteriormente había ganado en el debut en cancha de Deportivo Riestra. Por su parte, Estudiantes perdió por primera vez en el certamen luego de dos empates en fila ante Maipú y Agropecuario, respectivamente.

Desde el juego táctico también fue derrota local. Gerardo Acuña presentó nuevamente un once inicial inédito en consecuencia de lesiones: Nicolás Ihitz apareció como titular en el lateral derecho en sustitución del lesionado Maximiliano Padilla, mientras que Olivera en el arco, Damián Adín, Gastón Bottino y Franco Pardo repitieron en la defensa.

Álvaro Cuello continuó como volante de contención, Néstor Ortigoza, Nahuel Cainelli (exigido tras un esguince de tobillo vs Agropecuario) y David Muller fueron los que conformaron la mitad de cancha. A ellos se les sumó un joven Francisco Romero Ortega, mediocampista ofensivo de 22 años y con pasado en Belgrano de Córdoba.

El oriundo de Jujuy, y formado en Talleres de Perico, era parte del selectivo “celeste” y en el último tiempo se incorporó al plantel superior. Estuvo en el duelo por Copa Argentina ante Chaco For Ever, y este domingo fue por primera vez titular. Ingresó por Leonel Ceresole.

Mientras que en el ataque retornó Marcos Arturia, quien pulió la fecha de suspensión por haber sido expulsado en el debut y sustituyó a Kevin Gissi. Mismo esquema, misma idea, otros protagonistas.


Mismo esquema, misma idea, otros protagonistas

lo que mostró esstudiantes ante quilmes.

Del lado de Quilmes también hubo novedades. Luego de sufrir las bajas de tres lesionados y el caso positivo de COVID de Adrián Calello, uno de los referentes del plantel, Sava rearmó como pudo a la delegación que se presentó en el Candini. Como agregado de que sólo había sumado dos prácticas en consecuencia de las lluvias caídas en Buenos Aires y la alarma por el caso de Calello.


Rodrigo Saracho, Adrián Calello, Leonardo Rolón y Mariano Barbieri. Las bajas de Quilmes en Río Cuarto.


El riocuartense Esteban Glellel fue el sustituto de Rodrigo Saracho en el arco, el ex Boca Juniors David Drocco fue el “5”, y Agustín Bindella y Tomás Blanco acompañaron al “Tanque” Pavone en el ataque.

Quilmes fue un equipo criterioso, con mucha experiencia, que conoció en todo momento de potenciales y limitaciones. Los visitantes encontraron rápidamente la llave del partido al posicionar a sus ofensivos a las espaldas de los volantes de Estudiantes.

El local dominó en los primeros minutos, aunque nunca profundizó. El rigor en el ataque no estuvo presente en el “león”, no inquietó demasiado a Quilmes y con el correr del partido el trámite fue mutando.

Jonás Acevedo comandó los contrataques de la visita, y los movedizos Bindella y Blanco desequilibraron a pura velocidad. Esto que intentó Quilmes ya lo había hecho con mayor intensidad Agropecuario, el anterior rival de Estudiantes: pases largos desde atrás para saltar la línea de los volantes adelantados rivales y mano a mano entre los ofensivos “cerveceros” y la defensa “celeste”.

El primer gol de los de Sava vino tras una falta cometida por Adín en sus ansías de cortar una contra. Sobre el borde del área acomodó el central Moreira y remató a la altura de las rodillas de la barrera. Paso siguiente, los futbolistas que conformaron la barrera “se abrieron” y la pelota se le metió al palo derecho de Olivera. Iban 21’ de la primera parte.

Todos al abrazo de Moreira, quien abrió el marcador para el «cervecero».

Lo que prosiguió no cambió demasiado. Quilmes se sintió cómodo con el planteo y mucho más con la diferencia conseguida. Del lado de Estudiantes continuó la idea de salir jugando desde abajo, con paciencia los centrales cedían para Cuello y éste intentaba buscar nuevas cartas de desequilibrio en ataque. Lo cierto es que durante largo rato ese juego abanicado fue bastante horizontal, la pelota recorrió pocos metros en su cesión de un jugador a otros y el local nunca profundizó en los últimos metros.

En el complemento Estudiantes salió con más intensidad. A esa idea que pregona le agregó actitud y más posesión. Los mismos protagonistas saltaron al campo de juego a pesar de que el trámite le pedía a Acuña alguna variante.

La actitud, la posesión y ciertos indicios de proyecciones por las bandas no prosperaron en un juego de Estudiantes que fue en retroceso.  Ortigoza tuvo que esforzarse más de lo habitual para recibir, crear y profundizar, aunque nunca encontró a su socio ideal para lastimar.

Muller salió y cedió su lugar a Gissi transcurridos 15’ minutos del segundo tiempo. La salida del volante, de poco protagonismo, y el ingreso del lungo delantero llamaban a la idea de que la forma de buscar el empate iba a ser otra. Lo cierto es que Gissi estuvo aún más aislado, nunca entró en sintonía y ni siquiera sumó un remate al arco.


La actitud, la posesión y ciertos indicios de proyecciones por las bandas no prosperaron en un juego de Estudiantes que fue en retroceso.


Quilmes continuó ganando la espalda rival en ¾ de cancha, retrocedió en metros por la lógica de que Estudiantes se adelantaba con balón dominado y cedió protagonismo en los últimos minutos.

Del lado de Estudiantes se intentaron cosas nuevas con los ingresos de Raballo, Talpone y Beraldi, quienes demostraron más posesión pero nunca revirtieron la situación. Por momentos fueron lanzamientos largos, en otros tramos pases cortos y utilizando a los delanteros como pivotes. Fue una constante en el cierre del partido, la avanzada se dio por intensiones, mientras las desconexiones florecían.

Estudiantes no tuvo sociedades. En el ataque no profundizó y en el retroceso pecó de errores por tener a sus líneas bastante alejadas una de otras. Quilmes tuvo un par de contras en el epílogo y en la última no perdonó. Pier Barrios y Ortega comandaron y Julián Bonetto ajustició con gambeta y gol ante un Olivera que intentó achicar.

Inexpresiva performance de Estudiantes. En lo que va del reciente ciclo de Acuña fue el partido más flojo en la Primera Nacional. Para intentar explicar esto que le sucede al equipo hay que partir de la base de que no son los mismos protagonistas que la edición anterior, que se ha cambiado de sistema y que los rivales que tiene en frente tienen más tiempo de trabajo y, como en el caso de este pasado domingo, más jerarquía, oficio y experiencia en la categoría.

Lo que queda claro es que Estudiantes no puede ceder ni un centímetro en la Primera Nacional. En frente hay interesantísimos rivales que se anteponen a este ciclo que aprende sobre la marcha.

 Serán cinco días de entrenamientos para mejorar, apuntalar bases y recuperar lesionados. Porque lo que viene será otra prueba de fuego ante Tigre en victoria el próximo sábado por la cuarta fecha.

Redacción Al Toque
Foto: Al Toque

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