Espejos de Colores, Dictadores, Mentirosos y Distraídos

Leonardo Gasseuy

Cuando se edifica poder real, los arquitectos variopintos que alquimizan ese juego, transforman cada acto en una competencia y en cada posta, sea con la estrategia que sea, obligadamente (todos) abrevaban en el piletón del sarcasmo. Las dos almas que “corporizan” esa sustancia (Poder e Ironía) son de naturaleza abstracta,  pero su magnetismo simbiótico no permite disociar su genética voluntad de hermanamiento.

Los resultados y balances de los hechos, que siempre sorprenden (casi nunca para bien) son impulsados por la fuerza del ironismo, y tristemente nos exponen como colectivo social. Se anima en medio de las imposturas  ese verbo auto denigrativo de asistir y convalidar, donde el  papel de los “cómplices omisores”  queda reducido a ser solo  un cumulo de voluntades,  cargadas de fragilidad racional.

Ruanda fue la sede del infierno. En dos meses, desde abril a junio de 1994, la superficie del país se convirtió en una gran fosa común: el genocidio fraticida de Hutus contra Tutsis dejó 800.000 muertos por las armas, más los que murieron y mueren  por  cólera,  meningitis y hambre. Los orígenes de la tragedia fraticida insoslayablemente nacieron  con la salvaje colonización belga. El tiempo desfigura y aporta al autoengaño pero es  mentira que cura y olvida.

 La cicatriz que surca el alma de ese pueblo, es inalterable. Hoy Ruanda sigue sangrando, el infierno (como algunas figuras de Dante) se representa en diversos rostros. Esta semana en Kigali, la que fue la capital del horror, esa realidad ficcionada que es la FIFA armo su carpa y celebro el 73° Congreso de la FIFA, donde Infantino ostento las ganancias de su monarquía y fue reelecto por aclamación hasta 2027.

 Ruanda hoy es una gran fachada. El crecimiento económico récord está atrayendo a inversores de todo el mundo, el turismo aumentó significativamente en los últimos años y se percibe una bonanza antes desconocida. Pero si algo distingue a Kigali es el silencio. El lacerante silencio de la censura y el elaborado por los cómplices. En Ruanda la dictadura que domina desde el año 2000, aplica la siempre infalible fórmula binaria de soborno o violencia.

El programa de modernización en Kigali está impulsado en parte por las expropiaciones arbitrarias, aunque  la apariencia glamorosa no lo sugiere,  más del  56% de la población en Ruanda todavía vive por debajo del umbral de la pobreza, es el país de África que más exiliados tiene en distintos lugares del mundo. El escenario perfecto para la función de la FIFA, que gemeliza un modo y una forma. Ruanda y la FIFA profesan ese arte manipulativo  de seleccionar lo que se muestra y travestir sus logros  en la burda fachada de la obscenidad mercantil.

Paul Kagame es el Presidente de Ruanda desde hace 23 años. Es un ex guerrillero que maneja el país con mano de acero. Portador de dos caras. El ejecutivo espartano y eficiente, artífice de que su país crezca  al 6,1% del PIB al año, que minimizó la corrupción y puso  en marcha una renovación de las infraestructuras del país. Es bueno, todos ser uno solo dice Kagame que doto de cobertura de 4G a todo el territorio, el país tiene  una criminalidad similar a la media europea, las ciudades están limpias (las bolsas de plástico están prohibidas en Ruanda) y cada año multiplican el número de turistas.

Pero en términos políticos y sociales es una Autocracia. Un dictador inescrupuloso que talla en cada acción su frase de cabecera: Estás conmigo o estás contra mí.  Su Gobierno se sostiene en una ficción democrática en la que se modificó la Constitución para garantizarle un tercer mandato. Proscribió a quien desafíe su poder y en forma literal, tiene a la oposición en la cárcel, en el exilio o bajo tierra.

Infantino para ser reelecto (fue una formalidad administrativa) llegó a un país pobre, con programas demagógicos. La nada sutil burocracia suiza armo la fachada y puso en escena el discurso re asunciativo cargado de misceláneas superfluas, sin exponer un debate serio ni rendir cuentas de los temas más sensibles, esos que oculta y evita. No obstante los reclamos están: Alemania anunció el martes que no apoyaría la reelección de Infantino por no haber recibido aún explicaciones sobre quién y cómo tomó la decisión de prohibir durante la Copa del Mundo lucir brazaletes a los jugadores en defensa de los derechos LGTBI.

La presidenta de la asociación noruega, Lise Klaveness, logró que se incluyera entre los puntos del día del congreso un debate para reclamar que se indemnice a las familias de los obreros muertos en la construcción de los estadios de Qatar y para aquellos que sufrieron estafas en su salario o tasas de contratación ilegales. Amnistía Internacional le reclama a la FIFA el uso del fondo del Legado de Mundial de Qatar para reparar los daños causados, que no tienen fecha de aplicación.  La contundencia de la unanimidad, y el orden interno de la carpa, disimulan pero no solucionan las demandas que importan en serio.

En las últimas elecciones Kagame resultó reelecto con el 98.8% de los votos. También casi unánimemente, la cifra por sí sola da muestras  que el estado desarticula cualquier oposición. Combina acero con carisma, en África lo llaman el tirano amigo. Ruanda es el décimo octavo país más pobre del mundo.

 El ingreso per cápita promedio de los ruandeses no llega a 685 dólares (el 62 por ciento vive con 1.45 euros por día), desde hace más de 17 años el 21% de la composición del presupuesto se compone de ayuda internacional, Por eso sorprende que desde hace 4 años el Presidente Kagame se encarga personalmente de cerrar los patrocinios a favor del Arsenal y el PSG para que luzcan en sus mangas el slogan VISIT RWANDA. Miles de personas lo ven a diario y nos ponen en su agenda turística, dice Kagame que es fanático de los Gunners y considera a Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar y, dueño del PSG su hermano de alma y sangre. La irónica complacencia de relatos y hechos en la cual los pobres subvencionan a los ricos.

Ruanda y el 73 Congreso de la FIFA  es solo una miscelánea barata en el mundo del futbol mundial y su orientación al negocio burdo y obceno. Una triste estación de contexto, pero un dato indicativo de que Infantino recuesta su gestión en el neomusulmanato de los petrodólares, que es el hilo rojo con estados ricos y pobres, dictadores y tránsfugas conversos. Qatar se aferra y tiende puentes (ya entendió que su tiempo está pasando) y que Arabia Saudita es la nueva plataforma. El grupo Bildelberg  la siniestra pócima que elabora poder, se equivoca en este desembarco de la FIFA. Sera su Waterloo. Es imposible hacer equilibrio geopolítico marchando con  pasos legales y legítimos. Pareciera un anticipo apocalíptico. No lo es. Las fachadas ocultistas no bastaran, a Riad no lo seduce el dinero y no le teme a la sangre.  La casa de Saud juega a otro juego y  ecuación es simple: en estado de alcoba, Ben Salman te compra y te usa y con el tiempo, infaliblemente te persigue y te mata.