Fútbol

Febrero 2023: A 40 años de un hito y el inicio de un nuevo ciclo de la historia

Por Carlos Alberto Valduvino

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En el deporte, como lo es en la vida, nada es comparable. Los contextos se modifican constantemente, aunque siempre hay fechas que marcan un antes y un después: son esos hechos que funcionan como una bisagra en el desarrollo de los pueblos, clubes, sociedades civiles sin fines de lucro, instituciones o empresas.

El fútbol no es ajeno a esta introducción. Río Cuarto tiene en Asociación Atlética Estudiantes a la entidad más representativa en el Imperio del Sur que recuperó en los últimos ocho años la preponderancia deportiva que lo tuvo como gran protagonista desde la fundación de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto.

Ningún club afiliado a una de las tres ligas más importantes que tiene el interior de la provincia de Córdoba (ese podio lo comparte la Liga de San Francisco, Riotercerense y la LRFRC), puede al día de hoy mostrar los pergaminos deportivos que posee la entidad Celeste de la Avenida España.

Por casualidad, causalidad o providencia, el mes de febrero tiene en este 2023, fechas trascendentes. Hace 40 años, un 12 de febrero de 1983, Asociación Atlética Estudiantes llegaba por primera vez a un torneo profesional: clasificaba al ganar el torneo provincial al Nacional de ese año, donde se equiparaba por un torneo corto a los clubes directamente afiliados (los de la Metropolitana) a AFA con los indirectamente afiliados (los del interior).

El 3 de febrero del 2023, la AFA designó como fecha de inicio la nueva temporada de la Primera Nacional, y Asociación Atlética Estudiantes tiene la responsabilidad de llevar el estandarte de ser el único club del interior de la provincia de Córdoba que inicia por séptima temporada en su historia de 110 años de vida un torneo en el fútbol profesional –cuarto consecutivo- jalonándolo como un hecho histórico, sin comparación alguna, y donde el desarrollo de lo que viene se escribirá con su propio desarrollo.

En febrero de 1983, con una dictadura cívico militar ya en retirada, no sólo por haber perdido la Guerra de Malvinas (2 de abril de 1982 y el 14 de junio de 1982) sino por el creciente reclamo social por desigualdades ya insostenibles, con paros generales que encabezaba la CGT, Asociación Atlética Estudiantes coronaba con éxito un sueño: llegar por primera vez al torneo Nacional (hoy Primera Nacional). Ese hito que acunaron sus dirigentes desde el mismo momento en el que en 1964 se creaba la LRFRC y que desde 1967 la AFA les daba a los clubes del interior la posibilidad de equipararse con los de la metropolitana por aquella idea de Don Valentín Suárez, era realidad.

Para los amantes del fútbol actual, febrero del 2023, aún no tiene revisión histórica, sino que se sostiene a flor de piel con la pasión latente de haber observado a Lionel Messi levantar la Copa del Mundo por tercera vez en la historia. Para Río Cuarto, tiene el sabor especial que le dará Asociación Atlética Estudiantes con su séptima participación en un torneo profesional; el pueblo futbolero de Río Cuarto y el sur de Córdoba esperan que, así como Pablo César Aimar decidió despedirse del fútbol profesional vistiendo la camiseta del Celeste en un partido por Copa Argentina (fue ante Sportivo Belgrano de San Francisco, el martes 23 de enero de 2018), el estadio Ciudad de Río Cuarto – Antonio Candini”, sea el elegido una vez más por el hijo pródigo de Río Cuarto para recibir el cariño del pueblo futbolero en el máximo templo que tiene el fútbol del sur de la provincia tras haber sido uno de los ayudantes de campo de Lionel Scaloni, en el seleccionado nacional que obtuvo la Copa del Mundo en Qatar 2022.

Octubre de 1982 y con Sebastián Viberti al frente de la conducción técnica y Antonio Candini como hombre visible de un grupo de incansables de dirigentes, Asociación Atlética Estudiantes iniciaba la decimoquinta temporada buscando clasificar al Nacional. Los Regionales, los Provinciales, hasta aquí le habían sido esquivos. Con la intervención de la dictadura cívico-militar a las Ligas de Fútbol del Interior, Córdoba tenía cómo Liga Única en la faz deportiva a la Asociación Cordobesa de Fútbol (ACF). Luis Landaburu, Horacio Rodríguez, Luis Antonio Ludueña, Roberto Pascual Chavero, Oscar “Rulo” Santechia, Aldo Haseney, Carlos Viano, Héctor Osvaldo Pitarch, Rubén Ferrari, Ramón Walter Gómez, Omar Carranza, Jorge Burki, Iván “El Terrible” Corté, Ricardo Acevedo y Edgardo Funes, entre otros, eran los nombres propios que le daban cuerpo a un nuevo sueño. Una derrota ante Belgrano de Córdoba por 2 a 0 en el desarrollo del provincial marcó la salida de Viberti y la llegada de Miguel Ponce para conducir técnicamente el equipo.

Febrero del 2023. Cuarenta años después de aquel hito y con Marcelo Vázquez en la conducción técnica y Alicio Osvaldo Dagatti como el dirigente que envalentonó a los seguidores del «celeste» desde su llegada a la presidencia del club en 2015, ponen en marcha un nuevo sueño: único e histórico. Con dos ascensos deportivos (de Federal B a Federal A y de Federal A a Primera Nacional), mejoras en todos los lugares institucionales en la infraestructura, haciendo resurgir la entidad como la “más grande” que tiene el fútbol de esta parte de la geografía nacional, el “León del Imperio” inicia una etapa que no tendrá comparación alguna.

Todo será nuevo. Río Cuarto es la bandera del interior de la provincia de Córdoba para representar, en el país de los Campeones del Mundo, en el fútbol profesional con Asociación Atlética Estudiantes en la Primera Nacional. Los jugadores elegidos para esta competencia por el cuerpo técnico y la dirigencia, marcará su propia historia, y junto con otros 18 clubes conformarán la zona A que buscará el primer ascenso o el ingreso al reducido.

Cuando en febrero de 1982 Estudiantes llegaba por primera vez a un Nacional, Juan Alberto Capellari (nieto de Antonio Candini e hijo de su hija mayor) se transformaba en el socio 6001 del «celeste». Hoy, febrero de 2023, el número de socios es la gran cuenta pendiente que tiene la entidad de la Avenida España. ¿Enamorará a 18 mil pasiones futboleras que se encolumnen detrás del «león» para seguir soñando en grande en el próximo lustro? Ese es un número que le dará sustentabilidad y sostenibilidad a un proyecto deportivo e institucional, que necesita desde lo económico hacerse fuerte. Detrás del sueño deportivo, está el lanzamiento de la construcción del nuevo escenario con capacidad para casi 25 mil personas. Junto con el inicio de la competencia el 3 de febrero de 2023, en paralelo, se dará el puntapié inicial a la ejecución de otro nuevo sueño: el renovado estadio “Ciudad de Río Cuarto – Antonio Candini”.

Alicio Osvaldo Dagatti es el hacedor de este presente. De esto, no cabe duda alguna. Así como en su momento –con aciertos y errores- en los pasillos de Viamonte 1666 en CABA hablar del “Gringo” Candini era signo de dirigente “de peso” de un club del interior para enfrentar a Julio Humberto Grondona, con quien llegó a ser “compinche” después de haber intentado armar –sin éxito- la Liga de Clubes Grandes del Interior; hoy, Dagatti conjuga en su persona todo lo que el Sistema te da y te quita. Muy cercano a Claudio “Chiqui” Tapia, con excelente relación con Pablo Tovigino, el presidente del club lleva a Estudiantes a iniciar esta novel parte de la historia en los 110 años de vida que tiene la institución. Sabe y defiende sus ideales con la camiseta celeste de Río Cuarto y de todo el Sur de Córdoba como banderas. Asume la representación de todo el fútbol del interior de la provincia de Córdoba en el profesionalismo, y es un jugador decisivo que está en la “mesa de decisiones” del Sistema Organizado del Fútbol de nuestro país.

A diferencia de lo que fue aquel 1982, en este 2023 en el que ya comienza a rodar la “caprichosa” sólo los nombres de Adrián Peralta, Joaquín Bigo, Matías Montejano, Gonzalo Mafini, Tomás Correa Cavigliasso, Facundo Rojas, son, entre otros, nombres familiares para los amantes del fútbol “chacarero” o de nuestra liga para ser más precisos. A ellos se suma la experiencia de Fernando Bellucci y Nery Leyes, como jugadores con mayor rodaje en el profesionalismo, para conforman la grilla de convocados en la plantilla de futbolistas profesionales. Es cierto, no están jugadores como lo fueron en su momento Maximiliano Comba o Alejandro Cabrera, quienes le dejaron muy buenos dividendos económicos a Estudiantes por sus ventas a otros clubes profesionales, tras su paso por el club. Lo es hoy Gastón Benavidez (le ingresaron al club una importante suma de dólares por el 70% de la venta de sus derechos deportivos y económicos a Talleres de Córdoba). Hay un renovado cuerpo técnico, con la cabeza –Marcelo Vázquez-, con inclusión de nuevos colaboradores: el más notorio es la llegada del nuevo PF, Daniel Girotti, para hacer crecer el sueño. De las cuatro patas –jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y simpatizantes- dependerá el éxito o no del nuevo proceso.

En lo que viene para las próximas temporadas como son la construcción de planteles profesionales con mayoría de jugadores propios, la labor del recientemente designado Rodrigo Siravegna –su amistad desde niño con Pablo César Aimar le puede dar un back ground importante para esta función- como máximo responsable en las divisiones juveniles del club para detectar talentos, será decisivo. Allí, deberá estar muy aceitado todo lo que el “negocio” del profesionalismo exige: ofrecimientos económicos, deportivos y sociales, para que la mayoría de esos posibles jugadores profesionales se sumen al proyecto deportivo del club. De él dependerá, gran parte del éxito o no de lo que viene en el futuro. No será la tarea fácil, porque, para quien detecta talento, los resultados deportivos sólo se dan con la cantidad de juveniles llegan a profesionales: Y ahí la estadística no falla, para clubes grandes como es Estudiantes: sólo el 3,23 %, en general, llegan a la elite del fútbol. Juego, negocio, formación, institución, contención, poder, son verbos que se conjugan en este proceso, tal vez, el más difícil de todos los que se inician en este 2023.

Los sueños de utopía son los que mantienen vivas las esperanzas de los pueblos. En este caso, es el de una institución deportiva. Asociación Atlética Estudiantes. Por sobre nombres propios que conducen deberá enamorar a empresas y empresarios, a simpatizantes e hinchas, poder político institucional con cargos en los gobiernos nacionales, provinciales y locales para hacer realidad los proyectos en marcha. El ascenso a la Liga Profesional, la concreción del nuevo estadio y el poder alentar a jugadores nacidos en la rica cantera de todo el fútbol del sur de Córdoba y de provincias aledañas, es el desafío movilizan te.

Todo el pueblo futbolero de Río Cuarto y el Sur de Córdoba deberá ser enamorado por el “León del Imperio” o “El Celeste de la Avenida España”  para que el celeste sea el color que embandere a todos detrás de un mismo objetivo: el de seguir construyendo crecimiento.

* Periodista

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