Fútbol
Fernando Belluschi y la traffic del rock: “La música me marcó tanto como el fútbol”
El futbolista, actualmente sin actividad tras una lesión de rodilla, habló en Melómanos Anónimos por Al Toque Radio sobre su costado más musical. Entre anécdotas de vestuario, discos de Los Piojos y recuerdos de la pensión de Newell’s, Belluschi contó cómo distintas melodías lo acompañaron en cada etapa de su carrera y de su vida, que derivaron en su nuevo proyecto audiovisual, Club Atlético Rock and Roll.
Fernando Belluschi siempre tuvo dos pasiones que lo acompañaron de punta a punta: el fútbol y el rock. Una lo llevó por estadios del mundo; la otra, por escenarios donde las luces se encienden distinto. En la pensión de Newell’s, cuando recién soñaba con debutar en Primera, empezó a escribir esa otra parte de su historia: la del pibe que se escapaba a recitales, que ahorraba la vianda para comprarse un CD y que compartía habitación con otros fanáticos del rock. “La música me marcó tanto como el fútbol”, dice hoy en Melómanos Anónimos, el programa de Al Toque Radio, donde repasó discos, anécdotas y emociones.

Nacido en Los Quirquinchos, provincia de Santa Fe, Belluschi tomó los caminos de la vida que lo trajeron hasta Río Cuarto. A inicios de 2022 fue presentado en Asociación Atlética Estudiantes. No tiene actividad en el “león” desde la temporada 2023-2024, cuando sufrió una rotura de ligamento cruzado en la rodilla derecha que lo marginó de las canchas. Pero desde allí, puso en primer plano su otra gran pasión y eligió quedarse. “Me gusta la ciudad, me siento bien acá”, cuenta.
Hoy canaliza su energía en Club Atlético Rock and Roll, el programa que conduce y que se graba con producción de Elvis, epicentro de la música en Río Cuarto. “No sé si decirle periodismo, sería muy caradura —bromea—. Pero lo disfrutamos mucho. Charlamos con músicos que vienen a tocar y tratamos de que hablen de fútbol, de su infancia, de las pasiones que tenemos todos. Se da una conexión linda, muy genuina”, relata el mediocampista.

Un vestuario “leproso” entre cumbia y rock
Belluschi debutó en la Primera de Newell’s en septiembre de 2002. Era un adolescente en un vestuario lleno de figuras y códigos. “En esa época no se podía ni discutir quién ponía la música —recuerda—. El “Burrito” Ortega era el dueño del parlante, y con él no se negociaba: cumbia todo el día”.
Entre alguno de los jóvenes, sin embargo, había resistencia. “Estábamos Sebastián Domínguez, el “Tano” Luciano Vella, el “Memo” Iván Borghello y yo. Éramos los rockeros del plantel. Cuando íbamos a concentrar, nos separaban en dos traffic: una de la cumbia y otra del rock. Así que cada uno se subía donde era feliz”, se aventura en su memoria el santafesino.

Con los años, la costumbre se repitió y se trasladó a Río Cuarto. “Acá en Estudiantes era al revés: yo era el que pedía cambiar la música y poner algo de buen rock”, dice entre risas.
Los Piojos y el primer disco
De chico, Belluschi escuchaba un poco de todo, pero su verdadera conexión con el rock llegó en la adolescencia. “Mi primer CD fue Tercer Arco, de Los Piojos. Lo elegí yo, allá por el 96’ o 97’. Tenía la canción de Maradona, la sabía de memoria. Era la época en que Diego volvía al país, así que era un tema que te partía la cabeza”, recuerda con emoción.

Tiempo después, viviría una de esas experiencias que se guardan para siempre. “En esa época, en Newell’s jugaba Raúl ‘Pacha’ Cardozo, que era muy amigo de Los Piojos desde su gran carrera en Vélez. Toda esa camada de Vélez los conocía. Una vez tocaron en el estadio cubierto de Newell’s y el ‘Pacha’ nos hizo pasar al camarín. Yo tenía 17 años y ni me animé a hablar, pero me volví con una remera firmada por todos. Fue algo inolvidable para mí”, rememora el volante creativo que también tuvo pasos en Argentina por River Plate, San Lorenzo y Lanús.
Divididos, La Renga y la pensión como escuela
La pensión de Newell’s, cuenta Belluschi, fue su verdadera escuela de rock. “Éramos 50 o 60 pibes, y solo cuatro o cinco escuchábamos rock. Por suerte, justo nos tocó la misma habitación con ellos. Teníamos un equipo de música medio destartalado y poníamos Divididos, La Renga, Callejeros… todo lo que sonara fuerte. La Era de la Boludez fue un disco que me marcó. Lo escuchábamos una y otra vez, tratando de entender las letras”.
Su primer recital fue también una travesura adolescente. “Fui a ver a Divididos en Rosario, tenía 14 años. Mi vieja casi me mata. Nos metimos al pogo y nos pisaron todos. Éramos unos enanos. Pero fue mágico”.
Durante la charla, Fernando revolvió en la mesa los discos repartidos buscando alguno de La Renga. Justamente, se lo había olvidado, pero el fanatismo del santafesino por la banda liderada por Chizzo Nápoli es muy fuerte, tanto que lo lleva en la piel con un visible tatuaje del logo en su pierna derecha.

Si hay un disco que asocia a aquellos años es Libertinaje, de La Bersuit Vergarabat. “Con la plata que me daba mi viejo para la semana, ahorraba y me iba a Musimundo. Ver el disco, la tapa, ponerlo en el Discman que se escuchaba todo cortado… era espectacular. Éramos cuatro o cinco en la pieza, sin mesa ni sillas, y escuchábamos todo. Tenía letras que no entendíamos del todo, pero sabíamos que eran importantes. Era parte del descubrimiento”.
Redondos, Cromañón y el respeto al ritual
A diferencia de otros, Belluschi nunca pudo ver a Los Redondos ni al Indio Solari en vivo. “Justo se separaron cuando yo llegué a Rosario. Tenían programado un show en la cancha de Central y se suspendió. Era la única oportunidad y no se pudo dar. Mi vieja no me había dejado ir a ver un show de La Renga en la cancha de Central Córdoba de Rosario, y cuando supe que iban Los Redondos a la ciudad le dije que iba a ir de cualquier manera. Teníamos todo listo para ir y al final el show se suspendió. En el último show que habían hecho, hubo lío y se cancelaron todos los que venían. Entre esos, el de Rosario. Luego, se separaron”.

Con el Indio, sucedió algo similar, pero con más responsabilidades en su profesión: “El tema de ser jugador de fútbol a veces te impide un montón de cosas que son lógicas, ¿no? Pero bueno, me arrepiento de no haber ido en contra de todo. Cuando tocaban los fines de semana que jugaba, era imposible, pero había momentos donde podría haber ido. Está eso en el fútbol argentino que te ven y empiezan a hablar… que este estaba de joda acá en vez de estar pensando en el partido, por ejemplo”.
El tema de la tragedia de Cromañón lo toca con respeto. “Tenía amigos que iban a ver a Callejeros. Algunos estuvieron en fechas anteriores, otros no pudieron ir por casualidad. Quizás yo hubiese ido pero justo fue en época de Fiestas, donde me volví al pueblo. Fue durísimo. A partir de ahí cambió todo: el público, las bandas, el ambiente. Fue un aprendizaje muy doloroso para todos”, reflexiona Belluschi.

Hoy, sin actividad futbolística, Belluschi sigue encontrando en la música una manera de estar en movimiento. “Hay canciones que te llevan, ¿viste?. Vas manejando y te transportan a otro momento, a otra persona. Eso no se pierde nunca”.
Desde su proyecto que mezcla fútbol y rock, Belluschi sigue teniendo un pie en cada una de sus dos pasiones. Esas que lo movieron internamente durante toda su vida. Esas que lo hicieron enamorarse del ritual musical. Esas que lo hicieron subirse, alguna mañana soleada en el Parque Independencia de Rosario, a la traffic del rock.
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Fotos: Al Toque / Archivo
Redacción Al Toque
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