Básquet
Gustavo Viglione y Adrián Ávila: Pasado y presente del básquet riocuartense a nivel nacional
En una reunión que mezcló amistad y pasión por el deporte, el ex entrenador de Banda Norte que jugó la Liga B en la década del 80’ y el actual director técnico de Gorriones en Liga Nacional Femenina repasaron sus caminos para alcanzar las máximas categorías a nivel nacional y lo que significó además conformar cuerpos técnicos riocuartenses.
Desde Al Toque Deportes juntamos el pasado y el presente del básquet riocuartense en una charla con dos de los referentes que tiene este deporte en la ciudad, si hablamos de entrenadores que han llevado a sus equipos a lo más alto.
Es el caso de Gustavo Viglione, entrenador de Asociación Atlética Banda Norte en el ascenso que tuvo el “lobo” a la denominada Liga B nacional en el año 1985. En aquel entonces, tanto Liga A como Liga B eran los dos torneos más importantes que tenía el básquet argentino. Banda Norte participó durante cuatro temporadas de este certamen, desde 1985 hasta 1988 y consiguió el noveno puesto (de 34 equipos) como mejor resultado en 1987.
Por otro lado, Adrián “Pelo” Ávila representa a la actualidad del básquet local. Hoy por hoy, encabeza el cuerpo técnico de Gorriones, que tuvo su debut este año en la Liga Nacional Femenina, la máxima competencia de clubes de Argentina. Por si fuera poco, en su primera participación, se encuentra en el cuadrangular semifinal de su conferencia.
Ambos entrenadores se caracterizaron por llevar adelante un trabajo bien local con sus equipos: todo su cuerpo técnico estuvo y está conformado por riocuartenses, lo cual le da un mérito mayor a sus proezas.
Si bien son dos épocas y planteles diferentes -uno del masculino, otro del femenino-, Viglione y Ávila se juntaron en cancha de Gorriones para una extensa charla sobre sus memorias y la actualidad del básquet riocuartense.
– ¿Cómo fue esa experiencia con el ascenso de Banda Norte a la Liga B en 1985?
– Gustavo Viglione: Fue una muy linda experiencia. Fueron diez años consecutivos que estuve al frente del equipo, de 1975 a 1985, y culminó un poco con el ascenso en aquella época a la Liga B. En ese momento había solo dos competencias nacionales, Liga A y B. En el caso de Banda Norte se jugó un Torneo Provincial, similar al que se juega hoy en día, clasificatorio directamente a la Liga B. Yo estuve un año y medio dirigiendo en la Liga Nacional, y de ahí tuve la suerte de ser convocado a la Selección Argentina, por eso tuve que dejar el club.
– ¿Qué destaca de aquel equipo?
– G.V.: Lo de Banda Norte fue muy meritorio, porque fue el único equipo que participó sin extranjeros. En aquella época se permitían tres, Banda Norte jugó sin ninguno y estuvimos por la mitad de tabla. Creo que fue un mérito muy grande, con el 90% diría de jugadores locales. Había jugadores de muy buen nivel. Estaba por ejemplo Fabián López, muy joven, que luego llegó a ser jugador de Liga Nacional. Se trajo en su momento un solo refuerzo de afuera, de Villa Mercedes, Sergio Dacuña. Y ya en el segundo año, a partir del 86, Banda Norte se anima a traer extranjeros, vinieron dos jugadores. Pero ya en el tercer año de experiencia, que podría haber sido mejor, el equipo se va al descenso. Ahí por muchos años no se participó más a nivel nacional. Fue una muy linda experiencia, muy bueno para el club y para la ciudad. Hubo una cantidad de público importante, siempre la cancha llena en todos los partidos de local. En ese momento se jugaba en el Coloso, donde se realizan ahora los bailes, ya que el estadio actual no existía. Pero fue una muy linda experiencia a nivel deportivo y de pasión popular, algo que en los últimos años se perdió un poco, ya que no hay el mismo acompañamiento.
– ¿Cómo marcó esa experiencia de Banda Norte a los entrenadores de la ciudad y a lo que vino después?
– Adrián Ávila: Yo creo que esa época sembró la semilla en cada lugar de potenciar en este caso el básquet masculino. Cada club quería acercarse a Banda Norte, por supuesto cada entrenador también quería hacerlo, estar en la mira de un equipo que representaba a nivel nacional al básquet de Río Cuarto. Uno pensaba que si Banda Norte pudo llegar, por qué no el resto. Y como entrenadores pensábamos si Gustavo pudo llegar, por qué no el resto. Eran los referentes como entrenadores. Y todo fue el gran modelo a seguir, desde lo institucional hasta lo deportivo. Para nosotros era ver cómo se había preparado Gustavo y su cuerpo técnico, los más jóvenes recibimos la primera señal de qué tenía que hacer un entrenador para superarse. Su ejemplo era estar capacitándose permanentemente. En esa época había entrenadores de mucho prestigio en el básquet local. Veíamos que el secreto pasaba por capacitarse.
– G.V.: Sin dudas que fue una huella el camino que se inicio a nivel nacional. Los equipos de Río Cuarto antes prácticamente no jugaban más que dentro de la provincia de Córdoba. El público, los jugadores, dirigentes, entrenadores vieron que se abría un camino, se abrían más posibilidades. Fue muy importante para lo que vino después. Pero lamentablemente también es cierto que el básquet de la ciudad no creció, en la generalidad. Ni en cantidad de clubes, ni en nivel. Si se dan cosas como ahora Gorriones, o también otros momentos de Banda Norte, pero los demás clubes no se aggiornaron a eso, para llegar a otro nivel.
– ¿En qué medida también sirvió para trabajar actualmente con el femenino de Gorriones? ¿Cómo viven este momento del club?
– A.A.: Trabajé con el femenino de Banda Norte durante un año y pico, cuando se fue el entrenador que había. Después no volví a trabajar más con el femenino hasta esta propuesta que me hace Gorriones. Creo que ha habido una evolución en el básquet femenino, pero que todavía tiene mucho más por evolucionar. Nosotros tenemos la posibilidad hoy de representar al básquet de Río Cuarto, estar en una Liga Nacional, en el máximo nivel, y ahora queda el compromiso y la responsabilidad de hacerlo de la mejor manera. Esto debe tener continuidad y que se vea reflejado el crecimiento del femenino hacia abajo, en las divisiones formativas de los clubes. Creo que ese es el objetivo”.
– G.V.: Sin dudas que es muy positivo. Lo demuestra la cantidad de gente que viene a la cancha todos los partidos, lo demuestran también los resultados. Antes en el femenino Banda Norte estaba muy superior por encima del resto, ahora lo está Gorriones, y lamentablemente son muy pocos los clubes que tiene femenino, para que sea una competencia local fuerte. Ojalá que Gorriones continúe este proceso durante muchos años más y que eso sea un espejo, para que los demás puedan animarse a hacer cosas mayores. No digo llegar a una Liga Nacional, pero trabajar bien las inferiores, que son la base para tener una Primera División competitiva.
– En cada uno de los casos, ¿cómo se conforma un cuerpo técnico local para afrontar una competencia a nivel nacional?
–G.V.: En aquel momento la conformación de los cuerpos técnicos era muy distinta a lo que es hoy. Ahora a nivel nacional los cuerpos técnicos tienen más cantidad de gente. En mi época normalmente era un solo entrenador, excepcionalmente con un asistente. Con suerte había un médico, que nosotros lo tuvimos. Si eso lo traslado a nivel de Selección Nacional, en esa época había entrenador principal, un asistente, un médico, un utilero. Hoy una Selección tiene mínimo entre ocho o diez personas en su cuerpo técnico. Eso ha hecho el crecimiento del básquet nacional.
– A.A.: Además de lo que dice Gustavo de lo difícil que era armar un cuerpo técnico, también lo difícil era obtener información de capacitaciones, cursos, ir recolectando material, fotocopias. Hoy hay mucho más. Yo cuando llegué a Gorriones ya había preparador físico, y también estaba Martín (El Kadre), que es el entrenador histórico de este club. Yo entendí que ellos tenían que seguir. Además, no me avergüenza decir que yo no soy un conocedor en profundidad del básquet femenino, estoy aprendiendo. Entonces Martín me es de muchísima ayuda. Y nosotros actualmente tenemos hasta consultas con nutricionistas, nuestros propios kinesiólogos, médicos para ir a hacer chequeos. Por suerte eso se ha ampliado. Pero como cuerpo técnico somos pocos, que es escaso en cantidad, pero no en calidad, porque es por ahora lo que podemos abarcar. También aprovechamos a Mauro Grassi que nos aporte la parte de la tecnología, referido a los videos.
– Estas experiencias quedarán en la historia del básquet riocuartense. ¿Qué debe seguir hacia el futuro?
– A.A.: Creo que lo que en lo que viene ahora hay que despojarnos de mucho individualismo. Pensar de qué manera podemos aportar. Saber que está bueno lo que está sucediendo, y que signifique algo superador. Yo no aspiraba a quitarle el puesto a Gustavo, aspiraba a ser entrenador de Banda Norte, y a dirigir Liga Nacional. Existíamos muchos entrenadores compitiendo para llegar a ese lugar, en una competencia sana, de mucha superación. El punto de partida tiene que ser tener una actitud superadora, no quedarnos con la mezquindad, entender que este primer paso tiene que ser uno que nos permita abrir la cabeza. Ver desde mi lugar cómo puedo aportar para que esto sea superador y se sostenga en el tiempo.
– G.V.: Es una realidad todo eso. Y también creo que la base de todo está en las inferiores. Tener jugadores y jugadoras que puedan llegar a Primera División, sin la necesidad de traer tanta gente de afuera. Que los dirigentes de los clubes apuesten al básquet, a la superación. Para eso hace falta cantidad de dirigentes, calidad de dirigentes, y dinero, que es lo más difícil. Sin todo eso es muy difícil llegar. Pero siempre está la ilusión de poder mantener lo que tiene Gorriones hoy, superar lo que hace Banda Norte y que los demás clubes se acerquen, tengan intenciones de llegar. No como hoy en día que cada vez tenemos menos clubes en Primera División”.
– A.A.: Hay que crecer en cantidad y calidad. Tenemos que hacer hincapié en calidad, y que esa calidad va muy de la mano de que veamos que es lo mejor para el desarrollo, y no para el resultado. Cantidad y calidad es lo ideal, pero si sucede que se desvirtúa y el resultado está por encima de la formación, no se llega al nivel requerido. De todas maneras, es algo muy difícil de llevar a cabo.
Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque
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