Deporte adaptado

Martín Juárez Ortega, el tenista riocuartense con disminución visual que fue campeón nacional

Hace dos semanas, ganó un certamen organizado por la Asociación Nacional de Tenis para Ciegos y Personas con Disminución Visual en el Parque Olímpico de la Juventud en Buenos Aires. El tenista pasó por “El Centro que Necesitás”, donde comentó sobre la disciplina, contó su historia personal y auguró el crecimiento y desarrollo de la actividad.

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Martín Juárez Ortega es un tenista adaptado de la ciudad de Río Cuarto. Martín cuenta con solo un 10% del total de su visión que le quedó en el ojo derecho. Al nacer prematuramente a los seis meses de gestación, padeció de una retinopatía que le provocó una disminución visual. A los 8 años, sufrió el desprendimiento de retina por lo que perdió el total de su visión en el ojo izquierdo.

Pero nada de esto frenó el ímpetu deportivo de Martín. En una familia inherente al deporte, con su papá Héctor “Tito” Juárez Ortega -ex árbitro de Liga Regional de Río Cuarto- y una motivación constante, pudo atravesar su discapacidad ligada a distintas disciplinas como el fútbol, vóley y básquet.

Este año, Martín descubrió el tenis. Hace poco se creó la Asociación Nacional de Tenis para Ciegos y Personas con Disminución Visual, por lo que un amigo de Martín lo incitó a que comenzara a practicar esta rama del deporte.

El tenista nos visitó en El Centro que Necesitás, programa de Al Toque Radio, en donde contó su historia, su inicio con el tenis, los detalles técnicos de la adaptación del deporte convencional y sus sueños dentro de la disciplina, en busca del desarrollo y crecimiento de la misma.

– ¿Cómo has atravesado lo que te pasó de niño?

No fue de nacimiento la discapacidad, pero apenas nací tuve una retinopatía de prematuro. Tenía 6 meses de gestación junto a mi hermano gemelo y estuvimos en incubadora. Allí tuve afectada la retina y favoreció la disminución visual. A los 8 años, tuve desprendimiento de retina del ojo izquierdo. Por cuestiones médicas, nunca pudieron salvarla, porque no era algo que se podía resolver en Río Cuarto. Viajamos a Buenos Aires, soldaron la retina, pero no pudieron sostenerla en el tiempo. Perdí la visión de ese ojo izquierdo, solo tengo como resto visual un 10% del ojo derecho, afectado por esa retinopatía al nacer.

Martín Juárez Ortega pasó por El Centro que Necesitás, en Al Toque Radio.

– ¿Cómo te iniciaste en el tenis para ciegos y personas con disminución visual?

– Es algo bastante novedoso. En lo personal anteriormente he realizado otras disciplinas deportivas más vinculadas al vóley, siempre en contextos más convencionales, amateurs, recreativos. Después empecé a conocer otras disciplinas, como el básquet adaptado para ciegos y personas con discapacidad visual. Este año me encuentro con este deporte que es apasionante. Cada vez que entro a la cancha encuentro cosas nuevas, gracias al aporte de mis entrenadores que van modelando un juego vistoso, técnico, que permite lograr resultados deportivos que propicia esta Asociación de Tenis Nacional. Me volqué al tenis por la afinidad que he tenido con mi amigo de Córdoba, lo miraba jugar y me fue contagiando las ganas. Decir, por qué no hacerlo. Fue curiosidad y descubrí algo impresionante.

– ¿Cómo se dio la última competencia nacional en Buenos Aires?

– Es el tercer Nacional que se hace, desde 2020 realizan estas competencias. Fue en un lugar bastante relevante en términos de espacios deportivos como el Parque Olímpico de la Juventud. Pude competir en tres canchas que se adaptaron. Fueron dos jornadas, sábado y domingo, y las primeras participaciones fueron para clasificar en zonas y después para jugar al otro día la final. Tuve la posibilidad de hacerlo y traerme el trofeo a Río Cuarto.

Martín con su trofeo ganado en el Nacional disputado en el Parque Olímpico de la Juventud, en Buenos Aires.

– ¿Hubo competidores de varios puntos del país?

– De Córdoba somos dos, uno de la capital que es mi amigo personal desde la época del básquet adaptado. Después, gente de Mendoza, Buenos Aires, San Juan, Viedma, varios puntos del país desde los que viajaron los jugadores para competir. Se da esto lindo de poder encontrarnos en un lugar y aprender mucho más. Al estar atento, filmar esos partidos, uno va aprendiendo.

– ¿Qué cambios significativos hay con respecto al tenis convencional?

– Esencialmente la pelota es el cambio más significativo que se tiene, porque es de goma espuma que tiene por dentro una pelota más chica de plástico, como de ping pong, y dentro perdigones de acero. Eso permite que al picar permanentemente esté haciendo ruido. Otras adaptaciones son reducciones de tamaño en el largo y ancho de la cancha, singles y dobles, algunos centímetros de la red un poco más bajo, y después con el pique. En el convencional puede picar una sola vez como máximo, aquí puede hacerlo tres veces en la propia cancha para los jugadores B1, que están a ojos tapados ya que tienen ceguera total, y para los B2 con disminución visual también. Permite primero localizar el sector donde va a estar la pelota, acercarse luego y por último pegarle. En B3, son dos piques, y en B4 que no conozco que haya a nivel nacional, sí internacional, es un solo pique.

– ¿En qué te ha ayudado tu familia para tu faceta deportiva?

– Tengo un hermano gemelo e íbamos para todos lados practicando deportes. He convivido siempre con eso en el ámbito familiar, mi padre árbitro de fútbol, mis hermanos también dedicados al fútbol. Siempre estuve rozándome en términos deportivos y recreativos. Eso me permitió adquirir movimientos, cuestiones mecánicas del cuerpo para moverme en una cancha, reaccionar ante una pelota corta. Rescato toda esa experiencia que atravesé junto a ellos que hoy me permiten poner en práctica eso que adquirí, que no fue nada casual.

– ¿Cómo son tus entrenamientos en el complejo Tenis Río Cuarto?

– Fue bastante singular como empecé con ellos. Cuando tuve interés de practicar, con mi hermano gemelo alquilamos un turno de canchas en Tenis Río Cuarto. Los profes, al mirar que la pelota era bastante distinta a la que se usa para el tenis, nos consultaron por puro desconocimiento. Pensaban que no habíamos podido llevar pelotas y nos querían prestar. Ahí les comentamos de qué se trataba y desde el minuto cero abrieron las puertas para que personalmente pueda ir y practicar. Ellos me ofrecen el espacio para poder hacerlo sin remuneración a cambio. La predisposición de los profes, Santiago y Agustín, son los que me van acompañando en este entrenamiento. Eso no tiene precio para mí, que ellos hayan sido flexibles y lo hayan tomado con tanta responsabilidad. Entienden que es un deporte como cualquier otro y lo toman con mucha seriedad. A veces cuesta que la discapacidad ingrese en los distintos ámbitos, pero en el tenis no tuve ninguna barrera ni dificultad.

Martín junto a sus entrenadores en el complejo Tenis Río Cuarto.

– ¿Cómo pensas que puede seguir a futuro tu carrera como tenista?

– La idea es seguir participando de los torneos que se organicen en el marco de la Asociación Nacional y de otros que se van haciendo a lo largo del país. Mi primera participación en esta disciplina fue en Bahía Blanca, con un grupo de ahí que empezó con este tipo de tenis. A nivel nacional no está reconocido aun como un deporte federado. Eso hace que la Asociación y las personas que están predispuestas a organizar eventos lo tengan que hacer muy a pulmón. Es necesario que esto empiece a formalizarse para tener reconocimiento nacional e internacional.

Escuchá la entrevista completa con Martín Juárez Ortega en Spotify

Fotos: Al Toque / Gentileza Tenis Río Cuarto
Redacción Al Toque

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