Deporte adaptado

Martín Juárez Ortega: “Quedé conforme con los cuartos, era el lugar al que había que llegar”

El tenista riocuartense pasó por la redacción de Al Toque Deportes para contar su experiencia en el Mundial de Tenis para Ciegos y Personas con Discapacidad Visual que se disputó en Italia. Representante en la categoría B3, se metió entre los ocho mejores del mundo. Sus sensaciones, los partidos y una perspectiva de lo que viene.

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Martín Juárez Ortega llenó de orgullo a Río Cuarto con los cuartos de final que alcanzó en Italia, en el Mundial de Tenis para Ciegos y Personas con Discapacidad Visual.

El tenista riocuartense fue el único representante argentino en la categoría B3. Al llegar a Italia, fue reclasificado. Si bien a nivel nacional competía en la categoría B2, los estudios realizados en el país europeo lo colocaron en B3.

Esto implicó un cambio importante a la planificación que llevaba el argentino. La principal modificación es que pasó de jugar con tres piques válidos en cancha propia a solo dos. Por otra parte, al presentarse allí, se le informó que no habría fase de zonas como estaba estipulado, sino que desde el inicio se jugarían partidos eliminatorios. No obstante, el riocuartense logró la victoria en el debut para no irse con las manos vacías.



Juárez Ortega, ya de regreso en Río Cuarto, pasó por la redacción de Al Toque Deportes en donde habló sobre la experiencia vivida, los cambios de último momento que afrontó y la sensación de representar a la bandera argentina en un torneo ecuménico.

– ¿Cómo te encontró este regreso a Río Cuarto?

– Es una doble sensación. Dejar atrás un Mundial, conocer un país nuevo, y a la vez las ganas de estar con los afectos, la familia, mi hijo, los amigos. Estos días han sido mucho de contar la experiencia, reunirnos en familia para contar esas sensaciones que muchas han sido de impacto para bien, porque nos encontramos con muchas cosas para copiar, tener como referencia. Una ciudad muy linda, ordenada, preparada para la contingencia, un Mundial, mucha gente de diferentes partes del mundo. A su vez, con la idiosincrasia que uno tiene, estar con la familia, eso me tira mucho. Me quedó la sensación de no poder traer la copa, los argentinos somos competitivos y uno buscaba el ideal de ser campeón, pero no se dio. Todos conocen el esfuerzo que hicimos para estar ahí, es muy valioso participar de un Mundial. Con el transcurrir del tiempo nos vamos a dar cuenta de lo que logramos, representar a Argentina en un Mundial y alcanzar cuartos de final. Cuando hago esta reflexión, me doy cuenta que logramos un buen resultado.

– ¿Qué te llamó más la atención del torneo en Italia?

– Se priorizó mucho darle jerarquía al blind tennis, con árbitros internacionales, toda la cartelería, banderas de recibimiento. Realmente un lugar preparado para eso. Estuvimos en dos campos de juego. La categoría B1 lo hizo en Lignano Sabbiadoro, donde nos alojaron, y B2, B3 y B4 nos movieron a una ciudad llamada Cordenons. Las dos estaban muy bien preparadas. Emocionalmente, te llevaba a dimensionar en qué lugar estábamos.

Martín Juárez Ortega en el Mundial de Tenis para Ciegos y Personas con Discapacidad Visual.

– ¿Cómo afrontaste el cambio de categoría que te dieron allá?

– Pasó algo muy particular. En mi trayecto, que es a partir del año pasado que formo parte del blind tennis, vengo haciéndolo en la categoría B2. Allí están contemplados hasta tres piques en tu cancha. En los entrenamientos buscábamos optimizar para conseguir la mayor cantidad de juego en el segundo pique, el tercero quizás se usaba para una situación de defensa o reacción. Resultó que al llegar al Mundial, nos teníamos que clasificar internacionalmente, yo era B2 a nivel nacional. Allí fui clasificado B3, me subieron de categoría, por lo cual ya oficialmente se jugaba a dos piques. Eso fue un primer impacto a nivel mental, porque venía entrenando mecánicamente de otra forma. Debía adelantarme para llegar a ese segundo pique. Esa fue una gran variable para hacernos fuertes y seguir para adelante, no hubo otra opción. Me encontré con una categoría nueva, jugadores nuevos con un rodaje distinto. Físicamente tuve que entregar todo, no me quedó resto. Creo que lo dejé todo, pero ellos tenían un perfil más de tenista de larga data. Indagando con ellos, charlando luego de los partidos, eran tenistas de chicos, por cuestiones visuales tuvieron que dejar y encontraron hace cuatro años el blind tennis. Había experiencias previas que nos diferenciaban. No obstante, me sentí competitivo en buena parte del torneo, pero los puntos decisivos eran para ellos y ahí se hizo la diferencia. Margen de mejora hay un montón y es lo que pretendo para una próxima competencia, conocer a los rivales que es una variable a poner sobre la mesa, y conocer las mejoras que tengo que potenciar. Desde ahí se va a poder generar un nivel de tenis superador al que pude mostrar en el Mundial.

Juárez Ortega pasó por la redacción de Al Toque Deportes para contar acerca de su experiencia mundialista.

– ¿Sentís que hubo una diferencia no solo tenística, sino también física y mental?

– Estuvieron más fortalecidos desde lo mental, más tranquilos para definir los puntos decisivos. Nos corrimos todo, pero los resultados en dos oportunidades terminaron siendo a favor del rival. Pude ganar el partido inaugural, que se nos presentó como eliminación, que eso en la previa no nos habían informado. Por la falta de canchas, dispusieron prescindir de la distribución de zonas, para ofrecer un cuadro eliminatorio. Saber que era el primer partido en un Mundial y si perdías te volvías a tu casa era una fuerte información que nos afectó emocionalmente. Había que entrar a esa cancha sabiendo que si no ganabas, te volvías. A fin de cuentas, conseguimos una gran participación cualitativamente hablando. Me jugó por momentos una mala pasada el campo visual hacia la izquierda, donde tengo el revés. Al no ver la pelota en ese sector en la cancha, me costó sostener una defensa. Me jugaban mucho ahí, ellos descubrieron donde estaba el lugar potable para ese partido. Por momentos pude invertirme pero a veces me tocaba el cuerpo la pelota, que no me había pasado nunca. La superficie era mucho más rápida a lo que acostumbro y con los dos piques, no me permitió anticipar mucho las pelotas.

– ¿Quedaste conforme con alcanzar los cuartos de final en tu categoría?

– Sí, era un lugar al que había que llegar. Claramente con la ilusión de traer la copa, pero con muchos condicionantes. A veces entendía que el rival no tenía la misma debilidad visual que yo. Saberse jugador de tenis para ellos, a veces era una pared donde había que sostener, jugar puntos largos, 40 iguales y punto de oro. A nivel de esfuerzo todo fue puesto ahí. En eso se traduce el resultado, estar entre los ocho mejores tiene la satisfacción personal y es una primera instancia para saberse más competitivo en otras convocatorias. Ojalá así sea.

El riocuartense y la bandera argentina que lo acompañó en Italia.

– ¿Qué significó para vos representar a Argentina en un Mundial?

– Entrar con la bandera en el acto inaugural, colgar banderas en una tribuna, eso nos ponía la piel de gallina a los que estábamos ahí. Nos fortalecíamos con cánticos, alentar desde afuera, fue una experiencia inolvidable. Conseguimos que en B1 haya salido campeón Argentina en dobles mixto. Cada uno hizo su parte para traernos dos medallas de primer puesto de seis jugadores que fuimos, es un montón.

– ¿Cómo se presenta lo que viene en tu carrera a partir de ahora?

– Se abre un escenario particular a nivel nacional. En categoría B3 hay muy pocos jugadores, por lo cual se nos presenta la necesidad de convocar al deporte para sumar más jugadores. En otros países esa estructura ya está y se generan torneos nacionales, hay un ruedo distinto a lo que se puede presentar acá. Hoy se abre una incógnita, la misma Asociación no sabe cómo lo va a poder ofrecer hasta que aparezcan más jugadores. Por lo pronto seguiremos entrenando con la cantidad de estímulos y de la forma que venimos haciendo, para fortalecerme desde lo físico y mental. Ojalá podamos crecer como deporte a nivel nacional para tener más experiencias desde lo competitivo, sino a estar atento a torneos internacionales abiertos, que implican otros recursos.

Fotos: Al Toque / Gentileza Martín Juárez Ortega
Redacción Al Toque

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