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Matías Almirón y su valla se resisten: “Me queda un rato más”

El actual arquero de Rosario F.C., quien registra pasos por más de veinte clubes de la región, comenzó con entrenamientos personalizados para ponerse a tono ante la inminente vuelta a las competencias. Matías, de 39 años, destacó la labor que hacen en el “canalla” y realizó un repaso por su extensa trayectoria.

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Almirón, experimentado arquero de Rosario F.C., sostuvo que aún no piensa en retirarse.

“Estoy entrenando hace dos meses con José Mancinelli y estoy por arrancar gimnasio para poder mantenerme, por lo menos quiero estar un año más en actividad”. Esa fue la primera respuesta de Matías Almirón al ser consultado por su actualidad, marcada por una nueva pausa del fútbol regional.

El experimentado guardameta de 39 años se prepara bajo la tutela del entrenador de arqueros de Asociación Atlética Estudiantes, quien posee una escuela dedicada a entrenamientos personalizados.

Así pasa los días Almirón, que cada semana se hace un lugar y se dirige a lo de Mancinelli para ponerse a la altura de jóvenes que buscan experiencia en el puesto. Lo último de Matías dentro de Liga Regional fue defendiendo el arco de Rosario Fútbol Club, elenco que compite en la Primera División B.

“El parate me mató desde el lado de las lesiones, el primero fue de mucho tiempo y me pegó. Cuando me tocó volver se me dificultó y me lesioné, quizá porque intenté hacer todo junto y rápido. Por eso en este segundo parate intento hacer la cosas distintas para no tener la misma experiencia”, aseguró el arquero de 39 años sobre su preparación previa.

“Las prácticas individuales me permiten seguir aprendiendo y estar en un muy buen nivel, técnicamente es provechoso y ni hablar desde lo físico, porque entreno a la par de chicos de 20 años que te exigen el mismo ritmo”, agregó Almirón.

Rosario F.C. culminó su participación en la primera fase del ascenso siendo tercero en la Zona Centro 2, que compartió con el líder Banda Norte, el escolta Atlético Granada de Holmberg, y los colistas Defensores de Alberdi y San Cayetano. A la etapa clasificatoria le restaba una fecha por jugarse, aunque el “canalla” tenía jornada libre y ya estaba destinado a participar en la Zona Complementación/Repechaje.

El elenco de Matías Martínez disputó ocho partidos, de los cuales ganó cuatro y perdió cuatro, registrando once goles a favor y ocho en contra. Almirón terminó con la valla invicta en tres ocasiones: las dos veces que enfrentó a San Cayetano (triunfos por 4-0 y 1-0) y ante Defensores de Alberdi (victoria 1-0).

Es su segundo paso por la institución que preside Carlos Gariboglio, tras su estadía en 2016.

En ese marco, el arquero detalló su llegada para la temporada 2021:“Llego a Rosario por Matías Martínez, el técnico de Primera. Somos muy amigos e incluso hemos compartido plantel en algún otro club. Tenemos una relación excelente tanto dentro como fuera de la cancha, obviamente cambian los roles dependiendo el contexto, pero debo decir que ha sido un inicio muy bueno. El grupo humano es muy lindo, todos aportamos lo nuestro y trabajamos a conciencia de lo que tenemos”.

– ¿Con qué se ha encontrado en Rosario F.C.?

– Somos como La Cenicienta (risas), porque cada triunfo que conseguís se valora el doble. No sólo porque no entrenamos donde después jugamos, sino también por el esfuerzo que hacen los chicos, que salen de trabajar y se ponen a entrenar. Hay un montón de falencias y se ven marcadas, pero se suple todo con el grupo humano que tenemos.

– ¿Qué tipo de falencias se manifiestan?

– Hay muchas veces que tenemos que andar buscando dónde entrenar, lo solemos hacer en el río, otras veces alquilamos alguna cancha. La gente de Rosario trabaja a destajo para que día a día la institución vaya progresando, eso es lo que más rescato. Desde el presidente, los padres que lo acompañan y hasta los mismos jugadores. Es lindo ver todo el esfuerzo que se hace, con cosas que en otros clubes se dan por descontadas, como el lugar para entrenar por ejemplo. Mi rol es ser uno más en el grupo, por la edad intento decirle a los chicos lo que deben hacer por experiencias que he tenido, pero también escucho, porque más allá de la edad siempre se aprende. La idea es que estos chicos encaren de la mejor forma lo que venga.

Almirón: «La gente de Rosario trabaja a destajo para que día a día la institución vaya progresando».

Matías llegó a Rosario mucho más maduro, con 39 años y más de 20 clubes en el camino. Su trayectoria bajo los tres palos comenzó en el Club Bohedo, prosiguió en San Cayetano, la fusión Defensores de Alberdi – Unión Comunicaciones, Arsenal de Holmberg, nuevamente la fusión “Defe” – Comunicaciones, Centro Cultural Alberdi, un breve paso por Quilmes, Alumni de Villa María, otra vez San Cayetano, Juventud Unida de Coronel Baigorria, Atlético San Basilio, Sportivo Realicó de La Pampa, Cultural Del Campillo, Deportivo Río Cuarto, Atenas, Rosario F.C., Belgrano de Coronel Moldes, San Martín de Laboulaye, Centro Social Las Higueras, Universidad Nacional de Río Cuarto y dos periodos en Rosario F.C.

En el medio varios ciclos con San Cayetano y en Comunicaciones, con otra experiencia en el futsal de Liga Regional de Río Cuarto y hasta incluso haciendo las veces de director técnico interino en 2018, cuando en Belgrano de Coronel Moldes debió asumir con Darío Crespo tras la ausencia de Jorge Alaniz. Con el elenco moldense logró el ascenso a la máxima categoría, siendo arquero del plantel y entrenador interino.

“Un montón de veces me han preguntado hasta cuándo voy a jugar, incluso ya me han ofrecido pasarme para el lado del cuerpo técnico, pero debo decir que me queda un rato más. Voy a dejar el día que no me queden ganas de ir a entrenar. Depende de eso y del día en que me dé cuenta de que no estoy a la altura de un chico joven. Ese va a ser el punto para decir que no juego más en esta categoría y me dedique a Liga de Profesionales, porque dejar del todo no lo voy a hacer”, aseguró Matías.

Con los colores de Universidad.

Almirón siempre supo que iba a ser arquero. Desde los 5 años que defendía los colores de Bohedo. Más allá de que el condicionante estuvo en que había un compañerito por delante de él y sólo le tocaba atajar un par de veces por campeonato. Las paradojas de la vida quisieron que su debut en Primera no sea en el puesto de sus amores, aunque estuvo lejos de desaprovechar la oportunidad y se lanzó ante tan esperada chance.

“Mi debut fue accidentado. O debo decir que de casualidad (risas). Debuté en Primera en la fusión Defensores – Comunicaciones jugando de 11, no de arquero. En cancha de Atenas contra Deportivo Río Cuarto. Se dio por casualidad, porque el fin de semana anterior había jugado al centro en Reserva por la baja de varios jugadores, y al fin de semana siguiente me citaron a Primera. Incluso ese domingo llevé los guantes y las cosas de arquero, pero el técnico me tiró la 11 y me mandó al centro (risas). Después sí, al año siguiente debuté de arquero en Arsenal de Holmberg en cancha de Banda Norte”, recordó Almirón.

Desde los 16 hasta los 39 (y contando) el arquero con actualidad en Rosario F.C. recorrió una inmensa cantidad de reductos en la región y sostuvo que aún le queda chapa para seguir haciéndolo. Espera con ansias el retorno a la actividad. Mientras tanto, entrena para sentirse pleno. Como alguna vez supo estar en la edad promedio de un futbolista.

“Alberdi es el club de mis amores, soy hincha, pero debo decir que en todos lados la pasé bien. En Atlético San Basilio, donde estuve cuatro años, es donde más a pleno me sentí, por el grupo, por la edad y por los torneos que hicimos. Y el otro gran paso que rescato es el de Alumni de Villa María, donde jugamos Argentino B y fui dirigido por Pedro Catalano. En Belgrano de Moldes igual, me quedaron lindos recuerdos, tuve que dirigir las últimas cuatro fechas con Darío Crespo ante la enfermedad de Piki Alaníz y tuvimos la suerte de ascender luego de ganarle las finales a Universidad”, recordó el arquero.

Sobre el cierre dejó “una buena y una mala”, al hacer referencia a su ladero y al rival que más “sufrió”.

“Como compañero lo elijo a mi viejo. Un tipo que me siguió a todos lados donde jugué. Incluso se fue hasta Buenos Aires a verme atajar en entrenamientos de Quilmes, siendo que nunca firmé contrato, ni me quedé. Fue a Villa María y a cada cancha de la región a verme atajar. Y obviamente es el crítico número uno que tengo”.

“Renato Cesarini es el rival que padecí de chico, con la 81 no había forma de ganarle. Y delantero, me quedo con el ‘Cara’ (Juan Alberto) López, fue quien me hizo la mayor cantidad de goles en un partido, siempre me tuvo de hijo (risas). El ‘Cara’ siempre está fuera de todo, de la jugada, de la visión, pero cuando llega la pelota siempre está adentro y te hace el gol”, concluyó Almirón.

Redacción Al Toque
Archivo: Al Toque

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