Mattana – Messi, una amistad que no sabe de colores

En la pequeña localidad de Adelia María, donde el fútbol local late con fuerza en cada clásico, dos nombres sobresalen por separado: Valentín Mattana, del Atlético Adelia María, y Julián Messi, del Deportivo Municipal. Esta historia no comenzó teniéndolos como rivales; de niños compartieron la misma cancha, las mismas risas y sueños.

Con el paso de los años cada uno siguió su camino: el fútbol los siguió uniendo, pero los colores se diferenciaron. Mattana fue y vino entre Atlético y Municipal, tuvo un breve paso por Estudiantes hasta asentarse por cuestiones laborales nuevamente en Adelia María.

Messi siempre fue “celeste”, de inferiores a Primera; y con el paso de los años se convirtió en capitán y una de las figuras del equipo que actualmente dirige Misael Lichieri. Cabe agregar que también fue parte del selectivo de Liga Regional de Río Cuarto en Copa País, otro motivo de conversación en este viaje especial a Adelia.

Hoy son adversarios directos, en posición y colores, protagonistas del clásico local inmerso en el torneo de la Liga Regional de Río Cuarto.

Aquel lazo, si bien cambió de contexto, no se rompió del todo. Messi asiente: “Sí, la amistad estuvo ahí, incluso ahora que defendemos otro escudo entendemos lo que significa para el otro jugar un clásico. Hace poco nos enfrentamos y me dio una patadita (risas), se cruzó toda la cancha para cortarme”.

El clásico añade un condimento especial: no es sólo el orgullo de los clubes, del barrio o del pueblo; es también la historia personal de dos jóvenes que se conocen al detalle. Saben las virtudes, las debilidades, los gestos. Y entienden que al sonar el pitazo inicial esas juntadas de domingo – por un rato – quedan de lado.

“Cuando entrás a la cancha ya hay otro partido”, dice Messi. “La amistad no desaparece, pero el minuto a minuto exige entrega, concentración y por sobre todo compromiso con el equipo.” Mattana lo resume con claridad: “Y por más que respetemos lo que fuimos, en la cancha somos rivales. Eso motiva.”

“La amistad arrancó cuando me vine desde el Atlético a Municipal, a los 8-9 años aproximadamente. Nos unió el fútbol, porque siempre fuimos a diferentes escuelas”, comenta Mattana. A lo que agrega: “ A los 15 años ya me volví al Atlético y volvimos a separar los caminos hasta el día de hoy que nos cruzamos en los clásicos”.

“Es lindo enfrentarnos, entendemos que compartimos la misma pasión. Después de los partidos cenamos juntos, nos preguntamos cómo nos fue a cada uno y analizamos todo. El fútbol es tema de conversación siempre”, dice Messi.

Y si bien desde hace años cada uno defiende sus colores, no descartan volver a juntarse: “Mi objetivo es volver a jugar con Julián, el tema es que pasan los años y es cada vez más difícil porque tenemos un sentido de pertenencia mayor”, reconoce Valentín.

“Siempre lo hablamos, de hecho le decía cuando entramos al Regional (Amateur) que viniera a jugar con nosotros”, comenta Julián.

Lo cierto es que el pedido siempre va hacia una dirección, Messi “intenta cruzar de vereda” a Mattana. Y no al revés. “Es medio difícil”, dice sonriente el defensor.

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Fotos: Al Toque | Gentileza Florencia Zufiaurre – Valentín Mattana – Julián Messi
Redacción Al Toque