Efemérides
Memoria, Verdad y Justicia: La historia de Orlando Alonso Martín contada por su hermano Daniel
Nacido en Coronel Moldes, Orlando fue atleta a nivel nacional y futbolista del Club Atlético Belgrano, con el que participó del primer torneo de Liga Regional que jugó el “celeste” en 1970. Cinco años después, fue desaparecido en Córdoba. Daniel Martín, su hermano y ex DT del fútbol liguero, contó su historia en “El Centro que Necesitás”, en Al Toque Radio.
Este domingo se cumplen 48 años del último golpe de Estado cívico-militar que llevaron a cabo las Fuerzas Armadas. En este día, como todos los días, desde Al Toque Deportes hacemos fuerte el pedido de Memoria, Verdad y Justicia, y por supuesto decimos Nunca Más.
En nuestra región, hay miles de historias de personas que fueron desaparecidas durante la dictadura. En el primer libro que publicó la Cooperativa Al Toque, Centro Atrás, dedicamos un capítulo llamado “Deporte con Memoria” a las historias de los deportistas regionales que fueron secuestrados y desaparecidos por las fuerzas militares.
Una de estas historias fue la de Orlando Alonso Martín. Con 22 años, fue secuestrado meses antes de que se instaurara la dictadura en la ciudad de Córdoba, el 12 de diciembre de 1975. El nacido en Coronel Moldes cursaba sus estudios en la capital provincial, aparejado con su militancia política.
Rescatamos el fragmento de Centro Atrás, en el que contamos la historia de Orlando Alonso Martín:
En su etapa de adolescencia y juventud, Orlando Alonso Martin tuvo una pasión: el deporte. En ese período se destacó en atletismo y fútbol. Pero a Orlando Martin le arrebataron la vida muy temprano. Tenía apenas 22 años y su pecado fue haber sido un militante social con ideales opuestos a los de aquellos asesinos. Ideales que profesaban un mundo justo e igualitario. Pero antes de su triste final tejió una historia deportiva que, al igual que sus ideales, permanecerá por siempre. Su recorrido junto al atletismo comenzó cuando cursaba el secundario en el Colegio Nacional de Coronel Moldes. Durante esa época tuvo brillantes actuaciones y se destacó tanto a nivel provincial como nacional. Nacido en Coronel Moldes el 15 de enero de 1953, “Pichi”, como lo llamaban sus seres queridos, nació en el seno de una familia con un fuerte arraigo político y decidió ir a estudiar Ingeniería en Geología a la ciudad de Córdoba. Pero, a pesar de la distancia, no se despegó del deporte. Junto al fútbol continuó con su pasión y cerca de Coronel Moldes. En su época universitaria —también lo hizo cuando cursaba el secundario— jugó, siguiendo la tradición familiar, en el Club Atlético Belgrano. Para disputar los partidos del “celeste” moldense Orlando viajaba todos los fines de semana desde Córdoba. Orlando Martín tuvo la particularidad de integrar el conjunto de primera división de Belgrano de Coronel Moldes que participó en la Liga Regional moldense y también formó parte del elenco que debutó en la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto en 1970. Orlando Martin es un desaparecido político y en la extensa y tétrica lista de la CONADEP aparece como el número 3149 y su legajo es el 5913. Junto a él aparecen Enrique Bianco y Carla Berta Perassi, dos compañeros de la escuela primaria Nicolás Avellaneda de Coronel Moldes, que también fueron secuestrados y desaparecidos por pensar diferente en esa época oscura que atravesó a la Argentina en la década del ‘70.
En El Centro que Necesitás, programa de Al Toque Radio, hablamos con Daniel Martín. Daniel es el hermano menor de Orlando y fue director técnico en Liga Regional de Río Cuarto. Hasta 2019 entrenó a San Lorenzo de Bulnes, para luego alejarse de la actividad. En el acto inaugural del Torneo Apertura hace dos semanas, estuvo presente para homenajear a su amigo Hugo Battaglino, quien le da su nombre al certamen de Primera A.
“Es una resolución mía la de no dirigir más. Estuve en la inauguración del torneo que lleva el nombre de mi gran amigo Hugo Battaglino, compañero de estudios y de la vida. Después con el fútbol tengo contactos con todos porque soy amigo de todos. Las puertas como DT ya las cerré, estoy grande, pero uno nunca se termina de alejar. Me cambió la vida mi nieto, que también se llama Alonso”, contó en charla el ex director técnico, quien también estuvo al mando de Alianza Moldense, Herlitzka de Las Vertientes y su querido Belgrano de Coronel Moldes. También fue DT del seleccionado juvenil y mayor de la Liga Regional de Río Cuarto.
Daniel habló sobre su hermano Orlando, el recuerdo de su etapa como deportista, su militancia política en Córdoba y todo el trajín de la búsqueda de información sobre qué le ocurrió exactamente luego de su desaparición.
– ¿Cómo era Orlando como persona?
– Orlando era un tipo muy humilde, muy humano, muy amigo de los amigos. Un tipo que estuvo ligado al deporte y por convicción en la política. Siempre trabajó con gente humilde y siempre vinculado al deporte. Acá en Moldes, cuando desapareció, nadie sabía de su militancia política. Era alguien que se dedicaba al deporte y a sus estudios.
– En su casa, ¿se hablaba de política?
– Siempre fuimos una familia donde se habló mucho de política con distintos enfoques. En casa se leía mucho, teníamos la posibilidad de hablar mucho entre nosotros. Cuando empiezo a ser amigo además de hermano, él desaparece. Yo tenía 17 años y él hacía cinco que se había ido a estudiar a Córdoba. En ese momento no eran sencillas las comunicaciones, nos veíamos cada uno o dos meses, y eso cuando sos adolescente afecta. Era el hermano protector. Me acompañaba, me protegía. Cuando él se va a Córdoba, yo recién comenzaba el secundario. No vivió mucho de mi etapa adolescente. Yo me ponía feliz por los logros que él cosechó mientras estuvo en Moldes, en el atletismo y en el fútbol.
– ¿Cómo era Orlando como deportista?
– Competía a nivel secundario, pero pertenecía a la AUR (Atletas Unidos Riocuartenses). Era velocista, hacía 100 y 200 metros llanos, y trascendió por la posta 4×100, donde fue campeón nacional en 1969, el último año que estuvo en Moldes. A su vez, jugó en la primera división de Belgrano. El primer año jugó en Liga Regional, cuando el club se afilia. Los primeros dos años viajaba los fines de semana para venir a jugar. Era un wing derecho con mucha velocidad. Yo tenía 15 años, recuerdo verlo jugar e ir todos los partidos. Mi papá fue dirigente toda la vida de Belgrano, el club era nuestra segunda casa.
– Años después, ya instalado en Córdoba, ¿saben cómo fue el día de su desaparición?
– Mi hermano pasó a la clandestinidad en marzo de 1975. Le allanaron la casa. En ese momento yo estaba en el departamento en Córdoba, porque ese año iba a empezar mis estudios universitarios. Habremos estado una semana sin tener contacto con él. Mi papá no nos decía mucho en ese momento. Luego estuve con él y su pareja dos o tres veces ese año. El 12 de diciembre, a la siesta, vuelve al trabajo y a las pocas horas nos enteramos que lo habían secuestrado por intermedio de un amigo suyo. Él siempre nos decía “no pasa nada”. Nunca nos demostró miedo por nada.
– ¿Pudieron reconstruir qué fue lo que le pasó?
– Tuvimos datos muy sueltos y no confiables. Mi papá siempre tuvo la convicción de que cuando lo secuestraron, inmediatamente lo asesinaron, que no pasó por ningún centro de detención. No sé si él sabía algo más, pero nunca pudimos hablar con nadie que lo haya conocido. Siempre nos quedó esa duda. Su militancia la comenzó en Córdoba. Cuando se va, en época de Lanusse, no había ningún tipo de militancia en Moldes. Con exactitud tampoco sé en qué época se mete en la política. Trabajaba en deporte, con chicos en fútbol, pero no sabíamos bien en qué andaba y qué hacía. Luego busqué mucho y no encontré a ningún compañero de militancia. Ubiqué a un compañero de estudio que era de Santa Fe, se llamaba Miguel. Lo encontré el día que jugaron Alianza e Independiente. Preferí irme a Santa Fe para hablar con él, antes de ir a ver ese histórico partido a Córdoba.
– ¿Cómo fue para su familia todo lo que vino después de su desaparición?
– Fue duro. Yo era joven, por ahí lo vas asumiendo, pero para mi papá fue durísimo. Tenía otro carácter, otra forma de encarar la vida y ver las cosas. Siempre nos decía que había que seguir adelante. A los pocos años que desaparece mi hermano, nació mi hija, y pareció que rejuveneció a toda la familia. La pérdida de Orlando fue algo irremplazable, pero el nacimiento de mi hija trajo alivio. Mi papá habló siempre del tema, tenía muchos contactos y asistió a la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Él supo que no había vuelta atrás, que quien desaparecía no tenía retorno. Después te vas enterando cosas con el tiempo, pero él casi no hablaba para protegernos a nosotros.
-Hoy, a 48 años del golpe cívico-militar, ¿cómo ve la temática de derechos humanos?
– No hay que olvidar nunca, tenerlos presentes y recordarlos. No hay que ir por el revanchismo, ni ver quién es el dueño de los derechos humanos. A mí me encanta hablar sobre derechos humanos. Yo quiero que este tema no se politice y que sigamos contando cuál es la verdad. Los chicos tienen ideas muy dispares, hay algunos que piensan de una forma y otras de otra. No se puede pelear por los derechos humanos, son de todos. Bienvenidos que los tengamos y los protejamos.
Escuchá la entrevista completa con Daniel Martín en Spotify
Fotos: Gentileza Daniel Martín / Al Toque
Redacción Al Toque
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