Oda al Monumental, mucho más que un estadio

Andrés Burgo

Periodista.

El Monumental, hoy el estadio más moderno de Argentina y de mayor capacidad de Sudamérica, forma parte de la cultura argentina desde 1938. Una mirada rápida del asunto lo distingue –y lo eleva- como la cancha de River y la casa natural de la selección argentina. Aunque decenas de miles de fanáticos renuevan cada 15 días la peregrinación roja y blanca que une a generaciones de argentinos, el magnetismo y la trascendencia del Monumental no terminan en River ni en su panteón de ídolos o de jornadas inolvidables: también lo excede.

Los más brillantes futbolistas de la historia pasaron por su césped, desde los argentinos como Lionel Messi y Diego Maradona hasta los extranjeros como Pelé o Lev Yashin. Copas del Mundo, Copa Libertadores, Copa América, torneos domésticos y despedidas a ídolos están grabados en la piel de cemento de un monumento argentino que, a la vez, supera al fútbol.

El Monumental albergó a acontecimientos deportivos como a los Juegos Panamericanos 1951 y, por supuesto, al Mundial 1978, la primera de las tres estrellas de nuestra selección. Pero además recibió a shows musicales que conmovieron más allá de nuestras fronteras: Amnesty en 1988, “gracias totales” de Gustavo Cerati para la despedida de Soda Stéreo en 1997, los Rolling Stones y Bob Dylan juntos en 1998, y los diez recitales de Coldplay en 2022. También disparó imágenes o discursos políticos que marcaron el contexto del país: Juan Domingo Perón como espectador de un Argentina-Inglaterra de 1953, un mitin del partido liberal-conservador UCeDe que le cobró entrada a sus afiliados en 1985 y la última convocatoria de Néstor Kirchner antes de asumir como presidente en 2003.

No faltaron las reuniones religiosas: los Testigos de Jehová se bautizaron en piletones esparcidos a un costado del campo de juego, en 1990. Y hasta la ciencia ficción forma parte de su acervo cultural: la pelea decisiva contra el invasor alienígena en El Eternauta, publicada en 1957, se desató en el Monumental entre citas a Ángel Labruna y sus compañeros de La Máquina. Pronto veremos a Ricardo Darín en una serie al respecto.

A la vez, también hubo tragedias, como la de la Puerta 12 en 1968 y los más de 70 hinchas muertos a la salida de un superclásico. Y visitas que tiñeron de sangre al estadio, como la de la Junta Militar durante los partidos del Mundial 78.

En todo caso, el Monumental siempre se pareció al reflejo del país, incluso desde su nacimiento: fue construido en la década del 30 sobre las huellas del antiguo hipódromo de Buenos Aires –de ahí las calles circulares del barrio River- gracias al aporte desinteresado de cientos de socios de River que llevaban bolsas de cemento a un lugar recóndito de la ciudad.

Recientemente renovado, agrandado y rebautizado Más Monumental como parte de su apuesta al futuro en tiempo presente, el mayor estadio de Sudamérica también tiene sus misterios: ¿por qué había cerraduras debajo del césped? ¿Cuántos hinchas se acercan a dejar las cenizas de sus familiares fallecidos? O también: ¿Dará el equipo de Martín Demichelis la vuelta olímpica en pocos días? ¿O Talleres será su verdugo?