Oídos sordos y boca cubierta en el fútbol fememino

Delfina Corti

Periodista, escritora y jugadora de futsal.

“Cansada de que comente sobre nuestros cuerpos de manera irrespetuosa, cansada de que nos toque de manera inapropiada», describía una de las diecinueve cartas que recibió la dirigencia del Santos de Brasil en septiembre del año pasado. Las autoras, las jugadoras de fútbol femenino del club. 

Otra carta, escrita también de puño y letra, relataba: “Estaba esperando cerca de un puesto de pastelería cuando llegó el entrenador y me preguntó qué estaba comiendo. Le respondí que nada, que estaba esperando a mis compañeras. Caminó a mi alrededor, me miró el trasero y dijo: ‘No lo creo’, dando a entender que mi trasero se veía grande”. 

Kleiton Lima, ex entrenador del Santos, puso a disposición su cargo en septiembre del año pasado luego de la denuncia recibida por  parte de sus propias jugadoras. Si bien los dirigentes apartaron al técnico de sus actividades para investigar el caso, a principios de este mes el Peixe volvió a contratar a Lima con el apoyo del presidente Marcelo Teixeira. La respuesta por parte del fútbol femenino brasileño fue contundente: la mayoría de los planteles femeninos del Brasileirão se expresaron dentro del campo de juego, en la previa de cada partido. Oídos tapados y boca cubierta. “Nadie nos escucha”, protestaron. 

“Lo único que hicieron desde el club fue una reunión y parecía que estaban más preocupados por saber quiénes escribieron las cartas. Lamentablemente el peso de la palabra de un hombre es mucho mayor que el peso de nuestra palabra”, declararon algunas jugadoras del Santos. Ante la visibilización del caso y la presión mediática, el club comunicó hace quince días que Lima había ofrecido su renuncia “para preservar a su familia, su integridad y al propio Santos Fútbol Club”. 

El fútbol -argentino, latinoamericano y mundial- presenta cada vez más casos de jugadores y entrenadores condenados o denunciados por acoso y abuso sexual. Su popularidad acrecienta la dimensión mediática como también su responsabilidad social. Los casos se multiplican.

Mientras el reclamo de las jugadoras de Brasil daba vuelta por las redes sociales, una futbolista paraguaya recibió un comunicado de la Asociación Paraguaya de Fútbol donde se le prohibía jugar en el campeonato de primera división “mientras dure el periodo de competición (Sudamericano Sub20) más el plazo adicional de cinco días”. El motivo: la futbolista había renunciado a la Selección de su país luego de presentar una denuncia por acoso sexual por parte de uno de los integrantes del cuerpo técnico. 

El diario ABC Color de Paraguay reveló el pasado miércoles algunos detalles de lo sucedido. Los hechos habrían ocurrido durante los entrenamientos y en el gimnasio. La joven advirtió de varias situaciones: la persona ingresaba sin previo aviso a su habitación e incluso lo encontró esperándola a la salida de las duchas. 

“Tenía miedo. Sentía que si viajaba al Sudamericano, durante la estadía para el torneo podían pasar cosas peores”, explicó en el relato que presentó ante el Tribunal de Ética de la APF. La asociación paraguaya no se dio por notificada y, por este motivo, envió el primer comunicado con la suspensión. Luego, cuando el acontecimiento se convirtió en mediático, el organismo cambió de parecer. 

“Nosotros tomamos conocimiento de esta noticia con la publicación de ustedes y de forma inmediata iniciamos una investigación de oficio”, señaló Luis Ayala, jefe del órgano de instrucción de la APF. 

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— APF (@APFOficial) April 24, 2024

En medio del Sudamericano Sub20 -que se disputa en Ecuador desde el 11 de abril hasta el 5 de mayo-, las  jugadoras de la Selección paraguaya enviaron un comunicado a modo de protesta y apoyo: “Como plantel, como compañeras y como mujeres sentimos total rechazo y repudio ante estos hechos”. 

Hace poco más de dos semanas, la Justicia condenó a Jorge Martínez, ex entrenador del equipo femenino de Boca, a un año de prisión por abuso sexual. “Hoy se hizo justicia por mí, pero también por todas las personas que han sido abusadas. Yo levanté mi voz, pero también tantas otras que pasaron por situaciones similares con esta misma persona”, declaró Florencia Marco, ex jefa de prensa del club y denunciante del entrenador. La fiscalía, además, inició una investigación por posible encubrimiento y testimonio falso por parte de dirigentes de Boca.

Marco fue empleada del club durante 12 años. En 2022, fue víctima de abuso por parte de Martínez. A inicios de 2023, informó sobre lo ocurrido al Departamento de Inclusión y Género de Boca -presidido por Adriana Bravo, también vicepresidenta 3ª de la institución-. Desde el club le pidieron que se tomara vacaciones y luego una licencia. Marco continúa en relación laboral con Boca pero bajo licencia y sin goce de sueldo. 

“Me descuidaron y me desprotegieron, y protegieron y cuidaron al abusador. Bravo estaba en el día a día y veía lo que estaba pasando, esa es la parte que más me duele”, dijo Marco pocos días antes del juicio. 

Esta semana, la cadena estatal española RTVE estrenó el documental “Selección F, de clandestinas a campeonas”. Trata sobre las luchas de las distintas generaciones de jugadoras de la selección española por el desarrollo del fútbol femenino. Desde las primeras jugadoras que se pusieron la camiseta de España -reconocidas como la Selección Clandestina- hasta las actuales campeonas del mundo.

El documental se detiene en Ignacio Quereda y cuenta los 27 años ex entrenador de la selección española, de 1988 hasta 2015. «¿Cómo quieres venir a la Selección si estás gorda? No puedes ni correr», cuenta ante la cámara la ex jugadora y referente del fútbol femenino español, Mar Prieto. Y recuerda en voz alta alguna de las frases de su ex entrenador: «Así no puedes venir a la Selección, gorda. Adelgaza. A ti lo que te hace falta es una guindilla por el culo». 

El fútbol permite vislumbrar y deconstruir procesos sociales que suceden transversalmente en varios ámbitos. Y permite, además, que se discuta algo que hasta hace años parecía impensado porque la aparición de estos hechos no son nuevos ni se tratan de casos aislados.

«Creo que en todo este proceso todavía existe miedo del pasado, y en el pasado cuando decías las cosas claras todo el mundo te cortaba la cabeza», confiesa la jugadora española Vero Boquete en el documental. Y a modo de cierre deja una pregunta sin responder: «Cómo es posible que años después estemos peleando no exactamente por las mismas cosas, pero en el fondo por las mismas cosas».