Renato Cesarini dio un paso más hacia su predio de entrenamiento

El Club Renato Cesarini de Río Cuarto fue fundado el 3 de enero del año 1990. Su precursor fue Blas Antonio Mariscotti – conocido como «Pachacho» – quien, con la colaboración de un grupo de padres devenidos en dirigentes, se propuso poner en marcha un proyecto de reestructuración del fútbol infantil.

«En mi locura decidí fundar un club y así nació Renato Cesarini». Una frase de «Pachacho» Mariscotti, que quedó inmaculada en el estadio “naranja”.

Desde su gestación, el club fue pensado con un objetivo claro: La misión fundamental era formar y promover jugadores. Y tan claro fue siempre el propósito, que de esta institución salieron grandes jugadores que migraron al fútbol oficial de AFA: Franco Costanzo, Guillermo Pereyra, Héctor Bracamonte, Cristian Sánchez Prette, entre tantos niños y jóvenes que pasaron por el “naranja” y se formaron en este competitivo sistema organizado de fútbol.

A partir del 2007 Renato Cesarini cumple el mayor anhelo: empieza con la construcción, en una manzana entera de Barrio Obrero, de su estadio soñado. El 22 de abril de 2012 fue la inauguración oficial de la cancha. El mayor sueño del «Pachacho» había sido cumplido y con mucho trabajo se ocupó de mejorar cada día el estadio desde su inauguración hasta sus últimos días de vida (falleció el 20 de septiembre de 2014).

Aun cuando muchos dudaron de que el proyecto pudiera ser viable, el esfuerzo y la paciencia, toda la entrega y el afán, la gran locura y la enorme pasión de Blas “Pachacho” Mariscotti, hicieron que Renato Cesarini tuviera vida y se convirtiera en uno de los clubes más importantes de nuestra ciudad.

Santiago Mariscotti, hijo de Blas, en honor a su papá y al enorme esfuerzo de toda su vida, decide continuar con el proyecto, que en la actualidad se mantiene en su impronta.

Hoy Renato Cesarini, producto de su gran trabajo en las divisiones inferiores, se ha transformado en una institución que tiene por excelencia la formación de jugadores. Es por eso que en su afán de brindar mayor comodidad ha dado un paso trascendental en su desarrollo institucional y deportivo.

A una cuadra y media del estadio comenzó con la puesta a punto de su predio de entrenamiento, que se encuentra ubicado entre las calles Yapeyú y Sarratea y que tomó posesión a través de un comodato gestionado por su propio presidente y el municipio.

La nueva adquisición cuenta con un espacio de 120×120 metros y tiene planificado la construcción de dos canchas grandes – de 90×56 cada una – y dos canchas chicas – de 28×45 cada una – y contará con la colocación de 9 torres y 36 reflectores divididos.

La luminaria también fue una gestión del club, que a través de una rifa y eventos familiares juntó fondos para la compra de los reflectores. Bajo ese contexto, Renato Cesarini tiene planificado comenzar esta semana con los entrenamientos a primer turno – de 18.30 en adelante – para descomprimir su estadio y darle vida al nuevo espacio.

Para llegar hay que atravesar de punta a punta el barrio Alberdi, ese lugar que concentra a una importante porción de los habitantes de Río Cuarto y en donde se entremezclan, con sus costumbres heterogéneas, diversos estratos sociales. Allí Renato Cesarini forjó un nuevo lugar de entrenamiento y podrá darles a sus más de 500 niños y niñas mayor comodidad y desplazamiento.

A posterior quedará pendiente planificar vestuarios, baños y cercado olímpico para equipar aun más lo que hoy inició.

“Buscábamos algo cercano para no salir del Obrero”, dijo Santiago Mariscotti. Es en ese sector del este de la ciudad, en donde el Club Renato Cesarini emplazó su estadio y predio, que se proyectan como modelo en el fútbol riocuartense.

Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque