Efemérides
Saporiti y la camiseta de Diego: “La tengo atesorada, es uno de los grandes premios que me quedó”
Eduardo Omar, el gran lateral nacido en Alcira Gigena y que hizo historia grande en River, dejó sus impresiones tras la pérdida de Maradona. El “Sapo” recordó aquel cruce que tuvo en el Superclásico de 1981 y se sacó el sombrero ante la figura del astro. “La gente despide al ídolo popular, al tipo que disfrutaba jugar con la camiseta de Argentina”.
Disfrutarlo como rival. Es una de las declaraciones más resonantes de Eduardo Omar Saporiti, que habla de la personalidad de Diego Armando Maradona y de lo buena gente que es ex lateral de River Plate.
Saporiti, nacido hace 65 años en Alcira Gigena, tuvo el gran desafío de enfrentarlo en el Metropolitano de 1981, aquel torneo en el que el Boca de Maradona, Miguel Ángel Brindisi, Roberto Mouzo, Hugo Gatti y tantas otras figuras levantaron el título. Sería el único trofeo del oriundo de Villa Fiorito con Boca.
Fueron 34 partidos que dieron inicio a un idilio que todavía dura y que no morirá jamás. Maradona y Boca tuvieron dos etapas futbolísticas. Sin embargo el amor es eterno.
“Estoy triste. Lo disfruté poco, pero tengo el orgullo de tener una camiseta de él y una foto. Cambiamos la camiseta en un clásico. Tuve la suerte también de compartir Selección en lo que era la previa al Mundial ’86. Puedo decir que lo disfruté como compañero y rival. Esta noticia mueve al país, estamos todos consternados”, se lamentó Eduardo Omar Saporiti.
El “4” de River enfrentó en una oportunidad a Maradona en la temporada ’81. Fue el 10 de abril en La Bombonera, donde el astro brilló y el “xeneize” goleó 3-0 a su archirrival. En uno de los goles, quizá de los mejores de su carrera, Diego dejó desparramados a dos grandes figuras del “millonario”: Ubaldo Matildo Fillol y Daniel Alberto Passarella. Allí se produjo un cara a cara memorable para el gigenense.
El otro compromiso que jugaron River y Boca data del 5 de julio de ese año. El duelo en el Monumental de Núñez finalizó igualado en uno. Con gol de Pelusa para el visitante, a los 10’ del complemento, y Mario Alberto Kempes, para el local, a los 20’ de la parte final. Saporiti no participó desde el inicio.
“Como rival no voy a descubrir mucho, era tremendo. Buena gente, buen tipo. Recibía patadas a montón y no te decía nada. Siempre me preguntan y digo que lo disfruté, verlo con esa elegancia, gambeta y velocidad, era increíble. Por ahí se tiraba por el lado izquierdo y me hacía sufrir (risas). Entre esas jugadas me quedó una anécdota: Diego comienza a amagar con la pelota en los pies y me la tira larga, como mi fuerte era la velocidad en esa oportunidad le gané y la pelota se fue. ‘Sapo qué te dan de comer que sos tan rápido’, me dijo a la vuelta. ‘¿Y a vos que sos tan hábil?’, le contesté. Esa vuelta hizo que haya un lindo cruce y después terminamos cambiando la camiseta, se dio natural. Mirá que podía dársela a ‘mostros’ como Passarella, resulta que me la dio a mí”, recordó el gigenense.
Y detalló: “Al final del partido me vino a saludar y se saca la camiseta, yo estoy a punto de sacármela, está la foto. Resulta que por una cosa u otra terminamos diciéndonos que la cambiábamos en el vestuario. Me fui para allá y dije ‘listo, nunca más’. En eso apareció un señor mayor y dice desde la puerta ‘Saporiti, esto es para usted se lo manda Diego’. Me quería morir, le mandé la 4 mía y sé que la guardó, la coleccionó. Yo aún la tengo atesorada, es uno de los grandes premios que me quedó”.
Eduardo Saporiti jugó una década en River desde el ’76 al 86’. Fue una de las figuras relevantes que tuvo aquel equipazo que también conformaban Passarella, Norberto Alonso, Reinaldo Merlo (luego Américo Rubén Gallego), René Houseman, Fillol, Kempes, Juan José López, Ramón Díaz, entre otros. Fue conducido tácticamente por Don ángel Labruna en el momento en el que “Sapo” estaba en su máximo esplendor.
Esas campañas que registró el ex lateral entre el 82’ y 85’, que también entregaron múltiples torneos nacionales para el “Millonario”, lo catapultaron a la Selección Nacional. Saporiti fue preseleccionado por Carlos Salvador Bilardo para las prácticas en Ezeiza, aunque finalmente se quedó fuera de México 1986.
“Fijate lo que pasa en la televisión argentina, parece que salimos campeones o pasa algo grande. Hasta los canales que pasan novelas cortaron todo y aparece la congregación. Locura en todas partes del mundo. La gente despide al ídolo popular, al tipo que disfrutaba jugar con la camiseta de Argentina, aunque lo mataran a patadas o lo insultara toda Italia en el ’90. Maradona no solamente la rompía sino que convencía al compañero de que era el mejor en su puesto. Lo que Diego hizo en el fútbol es incomparable, la peleó, llegó, le pegaron de todos lados y nunca se rindió. Encima de todo eso triunfó al máximo. Todo eso generó que la gente lo ame, lo aclame”, aseguró Saporiti.
Sobre el cierre, “Sapo” dejó sus impresiones ante una figura irrepetible para el mundo futbolero: “No va a salir alguien igual, al menos yo con 65 años no lo voy a ver. Messi es un tremendo bate récords, es el ‘mostro’ del momento, hasta hizo cosas iguales a Maradona, me saco el sombrero por él. Pero si analizamos lo que era Diego y vemos todo lo que hizo resulta un ser inalcanzable. La historia que más me conmueve, saliendo de la Selección, es la de Nápoli: Diego llegó, revolucionó a todos, sus compañeros te corrían hasta tu casa y se tiraban de cabeza por él. Nunca vi algo parecido”.
Redacción Al Toque
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