Sergio Cena, de Alejandro Roca a ser el primer entrenador de básquet para ciegos del mundo

Resiliencia, reinvención, superación. Son palabras que le quedan muy bien a esta historia. Sergio Cena, nacido en Alejandro Roca y radicado en Ushuaia, Tierra del Fuego, se convirtió en el primer entrenador profesional de básquet adaptado para ciegos del mundo.

El sitio oficial de la Confederación Argentina de Básquet contó en una entrevista con Cena el motivo de su ceguera, ante dos accidentes sucedidos hace más de 13 años:

Cuando todavía trabajaba en el campo del petróleo, fue a recoger muestras de ácidos de tambores, pero imprudentemente no utilizó las gafas de protección y el viento le jugó una mala pasada al dirigir una gota de la corrosiva sustancia hacia su ojo izquierdo. Tras innumerables inyecciones, cirugías y trasplantes oculares, desistió y decidió continuar con visión reducida, pero en 2010 sucedió otro infortunio: la explosión de una botella de vidrio cortó el nervio óptico de su ojo derecho, dejándolo ahora completamente ciego.

Tras este acontecimiento, Cena tuvo que luchar con un duelo emocional duro ante la pérdida de la visión. En El Centro que Necesitás, programa de Al Toque Radio, Sergio relató qué fue lo que le generó un click en su vida para salir adelante.

– Toda pérdida en una persona genera un enojo. Eso lo tengo que reconocer. Estuve dos años enojado con todo el mundo por lo que me había pasado. No quería hablar ni con la familia. Me sentaban a comer y parecía una planta de lechuga, no tenía acción. Hasta que fue el nacimiento de mi primer nieto, lo conocí y quiero creer que ese fue el empuje y energía necesaria para darme cuenta lo que me estaba perdiendo por no poder aceptar mi ceguera. Ese fue el click, tuve la segunda oportunidad de vivir y no la quería desaprovechar.

La familia, ese factor tan importante que lo llevó a Cena a nunca bajar los brazos.

– Siempre pongo delante de mí a la familia. Si uno no tiene una familia con raíces bien puestas en la tierra, es muy difícil recuperarse como persona. No veo, pero puedo seguir viviendo. Fue un duelo bastante fuerte y mi familia tiene la mayor parte de mi recuperación. Si hubiese estado solo, estaría en otro lado, mucho peor.

Allí llegó el básquet de forma definitiva a su vida. Si bien lo practicaba de chico en Alejandro Roca, en la escuela secundaria, su ceguera lo llevó a descubrir otra forma de vivir el deporte.

– Empecé a jugar a los 13 años en la escuela secundaria en Alejandro Roca. En esa época me empezó a interesar y gustar. En 1986 me vengo a Tierra del Fuego a vivir, jugaba un rato con amigos para pasar el tiempo y no más de eso. En 2010 pierdo la visión, y estaba convencido que no había más deporte. En Río Cuarto, años después, me encontré con un chico ciego que me dijo que jugaba al básquet. Ahí me encontré con Carlos Molinari que fue quien adaptó la pelota y el tablero y Walter Garrone, eminencia en este ámbito, y con ellos empezamos a jugar. Ahí encontré la pasión que en otro momento no le daba importancia. Desde la discapacidad, practicar un deporte, es tremendo el incentivo para crecer y conocer como persona. Eso me llevó a meterme de lleno en el básquet. En 2015, fundamos la primera escuela a nivel mundial, “Básquet para Ciegos Río Cuarto”. En 2018 fundamos una asociación civil que se llama Minuto para Ver que nuclea la parte logística y económica de la escuela. Eso nos dio una apertura más grande y estamos trabajando en una filial en Tierra del Fuego.

Hace poco tiempo, un amigo de Cena investigó y descubrió que la iniciativa de Cena era única en el mundo, por lo que llegó como premio un récord mundial.

– El récord llegó de rebote, sin buscarlo. Cuando me recibí en ENEBA, un amigo de España me dijo que quería jugar al básquet para ciegos. Le dije que solo se hace en Argentina, pero que si me pagaba el pasaje viajaba a explicarle (risas). En España hay una entidad paralela a los Guiness, él averiguó y no había nadie que hiciera esto en el mundo. Él me consiguió el récord, yo le seguí la corriente. Después de varias charlas, se cerró. No es un Guiness, es paralelo, pero es un reconocimiento oficial a nivel mundial. Lo importante es visibilizar todo el recorrido para entender que se puede analizar a la capacidad sobre la discapacidad, y que muchas personas como nosotros puedan conocer el juego.

Cena se explayó en cuanto a los beneficios que tiene el deporte adaptado para ciegos para sus pares, en cuanto a la ganancia de independencia y crecimiento personal.

– Es muy distinto la persona que nace ciega a la que pierde la visión de joven, a la que lo pierde de adulto. El proceso de recuperación personal dista de uno y otro. Cuando uno interpreta todo esto, hay una similitud en el accionar diario de todos. Mi motivación para avanzar son mis pares. Cuando conocí gente en este ámbito en Río Cuarto, no me dejaban faltar, eran mates, charlas, en un parque, en una cancha, nos juntábamos a hablar de básquet y nos hacía muy bien. Más allá del poco tiempo que llevo como entrenador, hace años que vengo incentivándolos a ellos para que sean independientes. El deporte es una excusa perfecta para ganar autonomía. Todos tenemos un gran potencial dentro, solo tenemos que buscar la conexión con otros o con el universo para saber que es por ahí.

Escuchá completa la entrevista con Sergio Cena en Spotify

Fotos/Videos: Gentileza Sergio Cena
Redacción Al Toque