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Un nuevo desafío para Habib Baduy
El judoca comenzará con clases de la disciplina para niños a partir de los 4 años en Central Argentino. Junto a su hermano Nayip encarará el curso que empieza esta semana. “Queremos que Río Cuarto tenga su propio referente en judo”, indicó.
Habib Baduy atraviesa un nuevo desafío en su carrera profesional. Lejos de la competencia personal, el judoca rionegrino busca formar a los más chicos de Río Cuarto en su disciplina.
A partir de su anterior experiencia con su escuelita de judo, ahora Baduy dirigirá los entrenamientos en el club Central Argentino. Serán destinadas para niños a partir de los 4 años, los martes y jueves a las 19:00.
Este trabajo lo realizará junto a su hermano Nayip. Antes de empezar con la primera clase este martes 11 de mayo, el medallista panamericano y Atleta Al Toque se refirió a la importancia y responsabilidad que conllevará esta instancia.
– ¿Cómo te encontró este nuevo desafío?
– Junto a mi hermano tratamos de ver siempre qué cosas les pueden servir a los nenes. Central Argentino es un club que va a dar lo que los nenes necesitan. Difusión, relación con otros deportes que complementan al judo como la gimnasia artística y otras variantes deportivas como el básquet o patín. Muchas veces he visto nenes que no estaban enganchados con judo y lo peor que me puede pasar a mi es eso, no me gusta que nadie haga algo que no disfrute. Ahora en contexto de club van a poder ir a metros a su deporte favorito y lo mismo puede pasar con un nene que vea judo y se decida cambiar. Eso es lo lindo del contexto de un club deportivo.
– ¿Cómo se cuidan con respecto a los protocolos y demás?
– En cuanto al protocolo, en esta nueva etapa vamos a armar burbujas. El barbijo no lo sacamos en toda la clase y habrá alcohol en gel en la entrada. Con los nenes no hay mucho que explicar, lo entienden mejor que nosotros.
– ¿Qué objetivos te pones con esta labor? ¿Seguís notando en Río Cuarto una buena cuna para judocas?
– Mi objetivo es siempre el mismo: que Río Cuarto tenga su propio referente en judo, como lo tienen sus otras disciplinas. El deporte crece a través de sus referentes una vez que haya uno o dos, el deporte se va a conocer y va a ser un deporte más de la ciudad. Después queremos crear una variante para los padres aparte de los deportes clásicos y encuentro ese espacio en el Central Argentino. Hay deportes con muchísimos practicantes como gimnasia artística y deportiva, pelota paleta, patín, taekwondo. El judo, por más que sea un arte marcial de base, buscamos predicar su parte deportiva y competitiva. En este contexto de deportes no convencionales es mejor imposible.
– ¿Qué puntos son los claves para apuntar en el desarrollo de los chicos más chicos con este deporte?
– No hay una receta perfecta, creo que los niños son superiores a nosotros ampliamente. Yo decidí darle clases a niños porque en media hora aprenden cosas que si se lo querés enseñar a un adulto quizá esté más de 3 años o nunca va a poder mecanizar esos movimientos. Sus neuronas crecen a la par de su crecimiento y a los 12 años el período de mayor plasticidad neuronal se empieza a terminar. Una hora que le des de tu vida a un niño es una inversión segura. El niño jamás se va a olvidar de ese aprendizaje. Quizás hasta los 60 años se va a acordar de los gestos y movimientos que aprendió ese mes en judo a los 6 años. Nayip y yo les tenemos mucho respeto, no los subestimamos y por eso la relación que tenemos, en donde les preguntamos siempre si se sienten cómodos para fortalecer el vínculo alumno-profesor.
– A nivel personal, ¿te ves a vos reflejado en estos chicos que recién comienzan en la actividad?
– No me veo reflejado, recuerdo cuando fui niño, qué eran las cosas que no me gustaban del deporte y trato de no repetirla con ellos. Aparte de eso yo tuve la oportunidad de tener 22 años de carrera en alto rendimiento, no me guardé nada, no tengo cosas pendientes. Logré lo que pude lograr y lo que no, por lo menos lo intenté, entonces ellos no tienen que cumplir mis sueños frustrados ni nada parecido, solo queremos que disfruten. Si el día de mañana no les gusta competir pueden ser árbitros, profes, y el que quiera competir vamos a ir hasta donde quieran llegar sus sueños primero. No hay que exigirle a otros cosas que no pudimos lograr nosotros.
Fotos: Al Toque/Archivo
Redacción Al Toque
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