Acción Juvenil cumple 87 años desde su nacimiento. El llamado “club del centro” pasó por épocas doradas en el básquet, de la mano de los hermanos Pestuggia, hasta los momentos más difíciles desde lo económico. Pasaron dulces y pálidas, pero el club continúa enclavado en el corazón de Río Cuarto.
Cinco vecinos elucubran una idea que pronto se hará
realidad. Juan Salivella, Miguel Salivella, Julio Manfredini, José Llerandi y
Alberto Cechini decidieron exactamente el 7 de noviembre de 1933 fundar el
club Acción Juvenil.
Una institución dentro del deporte local y -en gran
parte- en el básquet. Los cinco fundadores eligieron el color celeste y blanco
para que representara al club y pronto este deporte se convirtió en el más
convocante para su comunidad.
Como relata su actual vicepresidente Matías Della Mea,
el club dejó una marca importante en el básquet local. La institución inauguró
su sede -la misma que mantiene hasta estos días- en la calle Hipólito Yrigoyen
al 941, en pleno casco céntrico de la ciudad.
Desde que tuvo su propio lugar, el club celeste y blanco
fue protagonista de las competencias basquetbolísticas. En su historia debemos
destacar tres nombres, con un mismo apellido: los hermanos Pestuggia,
sinónimo de básquet y de Acción Juvenil.
“La Voz de Río Cuarto”, en abril de 1948, anunciando la inauguración de la sede del club.
Unión de sangre y básquet
No se puede contar la historia de Acción Juvenil sin
hacer un apartado específico para lo que significaron los hermanos Pestuggia en
su desarrollo y crecimiento tanto a nivel institucional como en el deportivo.
El mayor, quizás el nombre más rutilante de la historia
del club, es José Vitale Pestuggia. Nació el 30 de noviembre de 1938, en
Río Cuarto. Comenzó a practicar básquet desde muy chico bajo la dirección
técnica de Jorge Castelli. El Diario La Calle comentó en diciembre de 1980 que
José Vitale era “el cerebro, la técnica, el armador del equipo”.
Junto a su hermano Ciro, debutó en primera a comienzos de
la década del 60’ en la victoria de Acción Juvenil sobre Centro Cultural
Alberdi, por el torneo superior de la Asociación Riocuartense. En ése primer
partido, Enzo Reinaudo, Neri Maldez, Alberto Páez, Roldo Monetti y José y Ciro
integraron el equipo de Acción Juvenil.
José Vitale Pestuggia, ya en su rol dirigencial.
Mencionado antes, Ciro Pestuggia nació el 8 de
mayo de 1942, en Río Cuarto. Según el Diario La Calle, “fue uno de los
mejores defensores del básquetbol riocuartense”. Inició la práctica en
1951, también de la mano del entrenador de divisiones menores, Jorge Castelli.
Llegó a integrar a comienzos de los 60’ el combinado local
que perdió ante Olimpia de Uruguay un histórico encuentro: “Jugué más o menos
siete minutos, tiré dos tiros al aro y encesté uno. Marqué a dos rivales en
distintas oportunidades y lo lindo es que ninguno de ellos hizo goles”, recordaba
en una entrevista al Diario La Calle años después.
El menor de los hermanos, Mario Miguel Pestuggia,
nació el 18 de noviembre de 1944, también en el “Imperio”. Comenzó en el club
del centro a practicar básquet desde chico, como sus hermanos, e integró selecciones
locales junto a ellos. Participó de tres provinciales en Río Cuarto, Río
Tercero y San Francisco. Era “el goleador del clan Pestuggia” (Diario La
Calle, 15/12/1980).
Las décadas doradas: los 60’ y 70’
A partir de la década de 1960, llegó la época de
esplendor de Acción Juvenil. Con los hermanos Pestuggia a la cabeza del equipo,
el objetivo era destronar al habitual campeón de los torneos locales,
Gorriones.
Con el club de calle Alberdi se generó una especie de
rivalidad deportiva. Gorriones venía con diez campeonatos en su haber de manera
consecutiva, hasta que fue derrotado por Acción Juvenil en una destacada
final que marcaría la remontada celeste y blanca.
Entre 1966 y 1978, Acción Juvenil se consagró con 23
títulos, entre campeonatos Preparación, Oficiales y Aniversarios. Luego de
vencer en aquella épica final a Gorriones, el club del centro enlazó cinco
títulos locales ganados de manera invicta. A su vez, la institución se destacó
en campeonatos a nivel provincial. En 1990 competiría sin mucha suerte en la
Liga Nacional.
En cuanto al aspecto dirigencial, José Vitale Pestuggia
se mantendría al frente del club como presidente durante más de 20 años. Un
accidente sufrido a mediados de la década del 70 lo alejó de la práctica del
básquet y lo acercó a las oficinas. Primero fue presidente de la subcomisión de
básquet y posteriormente llegó a la presidencia.
Pestuggia se encargaba de poner en primer plano a todas las disciplinas del club.
Los problemas del nuevo milenio
A principios de los 2000, Acción Juvenil entró en una
etapa de serias dificultades económicas. En diciembre de 1999, la sede
social del club estuvo a punto de ser rematada.
Ante la imposibilidad de pagar a los acreedores, el único
patrimonio propio de la institución iba a ser rematado, pero los dirigentes
lograron salvar la sede. Ya en el nuevo milenio, el club fue intervenido y se
estableció un fideicomiso para aclarar y regular su situación.
Publicación del Diario Puntal sobre la suspensión del remate de la sede. (17/1271999)
El contexto económico nacional no ayudó mucho a un club
que se encontraba urgido de conseguir dinero para funcionar normalmente. Inclusive,
en el año 2005 el boliche Calatrava había acordado con el club el alquiler de
su sede social para mudarse. Los vecinos firmaron un petitorio para que eso no
ocurriese, dado los ruidos molestos que ocasionaría. Para el club y los
encargados de su intervención, era casi un alivio.
En 2010 se logró establecer una nueva comisión directiva
que encauzó los destinos del club y hace pocos años, un renovado grupo de
jóvenes surgidos de Acción Juvenil tomó las riendas hasta el día de hoy. “Creo
que es importante que seamos una comisión directiva integrada por jóvenes,
queremos devolver algo al club de todo lo que nos dio”, dice Della Mea, su
vicepresidente.
El “club del centro” pasó por momentos gloriosos y otros muy difíciles. Su impronta e historia continúan situadas ahí, en medio del bullicio céntrico, en un edificio que se estira hacia arriba y en el que siempre se podrá escuchar con atención el ruido del pique de la pelota naranja sobre el parquet.
La vieja fachada del club, que logró mantener el mismo lugar desde su fundación.
Fotos: Gentileza Luciano Rodríguez Redacción Al Toque