La pastilla mágica inmune a derrotas

El pasado 5 de mayo el mundo fue testigo de un hecho histórico en una de las cinco ligas top. El Bayer Leverkusen (fundado el 1 de julio de 1904) le puso fin a once títulos consecutivos del Bayern Munich al coronarse campeón invicto de la Bundesliga. La conquista del club de la Aspirina no tiene precedentes en toda la historia del fútbol alemán. El equipo conducido por Xabi Alonso sumó 90 puntos gracias a 28 victorias y 6 empates en 34 presentaciones. Además, el fin de semana se adjudicó la Copa Alemania y una semana atrás perdió la final de la Europa League.

Otros campeones invictos en las grandes ligas europeas: Milan (1991/92), Arsenal (2003/04) y Juventus (2011/12)

La pastilla mágica del éxito tiene una fórmula pergeñada, dentro y fuera de la cancha. Un proyecto surgido desde su propio laboratorio, con ingeniería premeditada y ejecutada a la perfección. Desde el español Fernando Carro –CEO- pasando por Simon Rolfes -emblemático ex jugador y actual director deportivo- hasta el vasco Xavi Alonso, padre futbolístico del equipo.

«Ahora mismo somos Top 15. A veces mantenerse es más difícil que llegar y ése es ahora nuestro desafío», expresa Carro en una nota concedida a diario Marca. Cuando arribó a Alemania, en 2018, el club estaba posicionado en el Top 32 de Europa. “Hay muchos factores –detalla el español-, tenemos una gran plantilla y un gran entrenador, pero creo que la mejor decisión que he tomado en estos seis años es nombrar a Simon Rolfes director deportivo. Ha realizado unos fichajes increíbles. Hizo posible traer a Florian Wirtz muy joven y a Xabi Alonso, que, a nivel de entrenador, es el número uno del mundo en estos momentos».

Esta matriz made in Alemania cuenta con un eslabón clave en lo futbolístico: el argentino Sebastián Parrilla. Nacido en La Plata y formado profesionalmente en España, es ayudante de campo y mano derecha de Xavi. Como cuenta Roberto Parrottino en tiempoar.com.ar, el entrenador y su ladero se conocieron en el equipo Sub 14 del Real Madrid en la temporada 2018/19. “Tiene buena energía. Se comunica muy, muy, muy bien. Tiene una gran pasión”, lo elogia Xavi. “Es muy detallista y comprometido, un jugador de equipo que se involucra con muchas emociones”, lo define Rolfes.

Así se desglosa, con el valor de la toma de decisiones, el presente del Bayer Leverkusen que hace historia y presume un auspicioso futuro en el Viejo Continente. Ahora el viaje nos depara al terruño vernáculo.

Hitos terrenales

Nuestro fútbol regional tiene sus propios Bayer Leverkusen que desde 1965 a la actualidad escribieron sus historias. Apenas un selecto grupo puede ostentar semejante hazaña. Claro está, sin motivo de comparación, el hito en la Bundesliga sirve de excusa para repasar el listado de equipos invencibles que escaló al olimpo terrenal, aún lejos de las luces, lujos y el hiper profesionalismo de las grandes ligas del mundo.

Del reciente título conseguido por Belgrano de Vicuña Mackenna hasta el primer antecedente pasaron doce campeones invictos de Primera División A en la Liga Regional de Río Cuarto (LRFRC). Nueve de esos ganadores imbatibles se concentran en la década del ’90, en donde la cantidad de equipos y el formato de torneos confluyeron en un escenario ideal para los vencedores.

Los inciertos y promisorios inicios de los certámenes organizados por la flamante LRFRC pospusieron el rotulo distintivo de invicto a los campeones de las primeras tres décadas. El número de conjuntos, la competitividad y la extensión de los campeonatos hicieron una misión imposible dar la vuelta olímpica sin un tropezón en el camino.

El primer campeón de la era regional, Acción Juvenil de General Deheza en 1965, perdió cuatro partidos en el torneo regular, previo a la gran definición por el título ante Independiente Dolores de General Cabrera. El histórico tetracampeonato logrado por Estudiantes entre 1966 y 1969 tuvo pasos en falso. Se puede distinguir que en 1968 el “celeste” se adjudicó de forma invicta el tramo final (cuatro triunfos y seis empates en diez fechas). El mismo caso se repitió con Atenas en 1970, nuevamente Estudiantes en 1976, Banda Norte en 1983 y Toro Club en 1987.

Dos grandes campañas anticiparon el primer antecedente y abrieron paso a una sucesión de campeones inmunes a derrotas. El Estudiantes conducido por Oscar Bonetto se coronó en 1989 con una caída en 20 partidos. Un año más tarde, el Toro Club dirigido por Juan José Irigoyen se abrazó a la gloria con solo un revés en una veintena de encuentros disputados.

Los pioneros invencibles

El primer mojón llega en 1992. Un invencible Estudiantes, con Irigoyen como entrenador, arrolló en el Torneo Oficial al registrar doce éxitos y ocho empates en 20 presentaciones, con 32 goles a favor y solo 8 en contra. Ahí nace el hito que hace unos días distinguió al Bayer Leverkusen en la Bundesliga.

Además, ése título del “celeste” fue el último bajo el formato de campeonato anual (largo) porque desde 1993 se implementa a nivel nacional la división del año calendario en Torneo Apertura y Clausura. Esta modificación abrió la puerta a múltiples campeones invictos.

En ese contexto, emerge la época dorada de Lautaro Roncedo tricampeón local y campeón provincial. El aluvión “albiceleste” de Alcira Gigena enlaza dos títulos invictos: Clausura 1993 y Apertura 1994. Por entonces, cada certamen contemplaba diez fechas de juego y en el ’94 fue la última temporada en donde el partido ganado valía dos puntos.

Independiente Dolores de General Cabrera irrumpe en la escena para cortar la hegemonía de Lautaro Roncedo. La “furia roja” logra con mucho esfuerzo el Clausura 1994 tras cosechar cinco triunfos y cinco empates en el campeonato y, al igualar en el primer puesto con el “doctor”, se impone al conjunto gigenenses en dos partidos desempates (0-0 en la ida jugada en el “Fortín Rojo” y hágalo 1-0 en la tierra del múltiple campeón).

La combinación perfecta: 7-4-0

Siete victorias, cuatro empates y cero caídas. Ese cifrado fue la clave del éxito de cuatro de los cinco campeones consagrados en la segunda mitad de la década del ’90. Los torneos ya contaban con doce equipos en competencia y el mencionado registro se repitió en tres temporadas consecutivas.

En 1995, Estudiantes gana de punta a punta el Torneo Apertura con 25 unidades en su haber, siendo el primer campeón en la era de los tres puntos por triunfo. Un año después, Talleres de Las Acequias borda su primera estrella sobre el escudo al adjudicarse el Apertura. En 1997 Toro Club estampa su nombre en la galería de campeones al adueñarse del Clausura. Además, el “azulgrana” se impuso ante Estudiantes en las finales anuales para estirar su invicto en el cierre de la temporada.

En 1998, Alianza Deportiva de General Cabrera puso en alto su nombre al conquistar el Torneo Apertura tras vencer a Lautaro Roncedo en dos finales de desempate (0-0 en la ida y goleada 4-1 en Alcira Gigena). En “naranja” había ganado nueve y empatado dos en los once cotejos del certamen.

En 1999 reaparece el código 7-4-0 y nuevamente la Alianza Deportiva toma escena principal al apropiarse del Torneo Clausura. Aquella enorme campaña del “naranja” quedó en la historia porque representó la última estrella de una era que finalizó esa temporada para darle origen a otro fenómeno exponencial: Ateneo Vecinos de General Cabrera.

Solo para elegidos

El Siglo XXI tiene reservado, hasta el momento, tres selectos nombres en el listado de campeones invictos en la elite de la LRFRC.

En 2004, Estudiantes puso el cielo “celeste” en el Torneo Apertura con una marca de ocho triunfos y cinco empates en 13 encuentros. Se recuerda en esa campaña la histórica producción goleadora de Julio Parejo, quien marcó 21 goles en 12 presentaciones.

Cinco temporadas después, en 2009, Banda Norte remarca un registro contundente para adjudicarse el Torneo Clausura con once victorias y tres igualdades en 14 partidos jugados. El “verde” obtuvo el 85,71 por ciento de efectividad y solo permitió nueve goles en su arco, dos atributos sobresalientes del elenco conducido por Julio Turello.

El viaje llega al presente para recalar en Vicuña Mackenna. En 2023, Belgrano eleva la bandera “tricolor” a lo más alto del Torneo Clausura con un récord de doce halagos y seis paridades en 18 compromisos. La épica conquista del elenco de Mario Vivaldi se extendió en las finales anuales en donde venció a su clásico rival, San Martín, por un doble 1-0.

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Fuentes: Diario Marca, Tiempo Argentino, Diario El País, Archivo Histórico Municipal, Página Celeste, “75 años de historia” – libro de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto y CeDAT (Centro de Documentación Al Toque).
Gráficos: Al Toque
Redacción Al Toque