Fútbol
Brito: Talento, herencia y Municipal
Nicolás, hijo de Diego, milita desde hace cuatro años en las juveniles de Belgrano de Córdoba. La pandemia lo “obligó” a volver a su casa, su barrio, a su “comunal”. El delantero entrena en barrio Santa Rosa siguiendo a rajatabla lo que le mandan desde la capital y lo que le aconseja su padre. La dinastía está intacta.
Sportivo Municipal ha creado sentido de pertenencia en barrio Santa Rosa desde hace casi 80 años, más precisamente 79. Jugadores, técnicos, dirigentes, simpatizantes y ascensos han pasado en un sinfín.
En el último tiempo, decir Municipal es asimilarlo con nombres propios. Juan Alberto “Cara” López y Diego Dante Brito son los protagonistas que han echado raíces en el “Comunal”, dejaron su sello en el club y comienzan a crear la dinastía con generaciones venideras.
En el caso particular del expeditivo volante lo hizo desde hace más de una década con detalles puntillosos sobre su hijo Nicolás. En primera instancia desde casa, prosiguió dirigiéndolo en categorías formativas de la “M” y ahora lo hace a la distancia entre Córdoba y Río Cuarto.
El hijo pródigo milita en Belgrano desde hace cuatro años, actualmente tiene edad de Sexta División y se ilusiona con pegar el salto hacia la profesionalidad. Asegura que falta mucho andar, es por eso que sigue “al pie del cañón” lo que le dicen desde el club y aconsejan desde la cuna.
Nicolás es delantero, se formó en Municipal convirtiendo ante el rival que se le cruzara. Su padre Diego le preparaba jugadas y, mediante el juego colectivo, le facilitaba el gol vía tiros de esquina o algún que otro tiro libre, fiel a su estilo. Brito “chico” fue captado en los torneos infantiles regionales, inmediatamente se paró dentro del área en el “pirata”, aunque sus arraigos lo hacen retroceder en cancha. El hijo pródigo comenzó a “volantear”, por su edad se permite el esfuerzo a la marca, pero tiene entre ceja y ceja el arco rival.
Como a todos los jóvenes que militan en juveniles AFA, la pandemia frenó su impulso. Los torneos formativos están totalmente suspendidos en el 2020 y aún no hay un panorama alentador en relación al retorno. Sin embargo, estos chicos siguen tras sus sueños. No dieron el brazo a torcer y se ponen a punto física y futbolísticamente desde sus domicilios.
Nicolás optó por su arraigo. La cuarentena lo trajo hasta barrio Santa Rosa. Allí se encuentra desde marzo, donde fue alternando entre entrenamientos individuales y en grupo cuando los permisos lo “liberaron”. Es amable, tiene gestos de alguien amable. No son forzados, se nota. Posee una sonrisa sincera, y cuando le hablan de su viejo esa sonrisa adquiere un tinte particular. Responde tímidamente y cada dos segundos mira de reojo las letras “Sportivo Municipal” pintadas en una de las tribunas del estadio.
El delantero de Belgrano volvió cada vez que su corazón lo empujó, en plena competencia solía jugar en los sábados afistas y los domingos, rápidamente, viajaba a la ciudad para ver a su papá en terreno ligueros. Ahora se entiende porqué en cada gol, el talentoso volante levantaba su brazo, señalaba a la tribuna y miraba fijamente a un sector. Ahí estaba Nico y compañía. Los que siguen en la dinastía.
“Hace desde marzo que estoy entrenando solo y hace poquito me sumé a Municipal para moverme en grupo. Hago trabajos aérobicos que me mandan desde Belgrano, las juveniles nuestras ya arrancaron, pero como no están habilitadas las pensiones no viajo. Trato de seguir en contacto todas las semanas porque estoy vinculado de lleno”, indicó sobre su actualidad, Nicolás Brito.
Que en relación a su posición aseguró: “Arranqué de delantero, bien de punta, y ahora empiezo a retrasarme un poco, suelo hacerlo de enganche o volante interno, pero mayormente prefiero jugar bien arriba”.
“Elegí Municipal porque es mi casa, hace de los 3 años que ando por el club y no elijo a otro. Cuando empecé a jugar en Belgrano lo hacía los sábados y para los domingos viajaba a ver al equipo por Liga. Así me tocó vivir el último ascenso en Charras, desde la tribuna, que fue el tercero en el que estuve presente. Los otros fueron en 2006 y 2014”, dijo el hijo de Diego.
Nicolás quiere llegar. En base a mucha perseverancia y sacrificio transpira la camiseta de Belgrano de Córdoba y va en busca del sueño. Sostiene que no tiene mucho de su padre. Su progenitor es mejor, según sus propias palabras y admiración.
“Mi viejo siempre me da la crítica personal, me dice lo que tengo que corregir o mejorar y también destaca lo que hago bien. Él es un ‘mostro’, por eso escucho todo lo que dice. Lo que más le pregunto es cómo le pega a la pelota, no se lo vi a nadie a eso en Río Cuarto. En mi caso no sé si me parezco en algo, pero trato de copiarle cosas. En lo que sí nos parecemos es elegir siempre a Municipal por encima de todo”, cerró el heredero.
Fotos Al Toque
Redacción Al Toque
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