Tenis

Comenzó la nueva era del tenis masculino

El austríaco Dominic Thiem se consagró campeón del US Open 2020 tras derrotar en una histórica final al alemán Alexander Zverev. Por primera vez en 6 años, el circuito ve a un nuevo campeón de Grand Slam. Las claves del triunfo y lo que implica para la nueva generación.

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El austríaco Dominic Thiem coronó su primer título de Grand Slam en el US Open.

En las antípodas de la imaginación de cualquier fanático del tenis quedó la imagen que se vio ayer en el Arthur Ashe, sede del US Open. En el imponente estadio vacío se produjo la consagración del austríaco Dominic Thiem como nuevo campeón de Grand Slam.

La pandemia obligó a detener el circuito del tenis masculino profesional durante los meses más duros de la enfermedad en Europa. La reorganización de la gira de polvo de ladrillo -que comienza esta semana con el Masters 1000 de Roma- permitió que el Major neoyorquino mantuviera las fechas estipuladas a principio de año.

Nadie imaginaba muchas de las cosas que terminaron sucediendo este año en un US Open por demás particular. Sin público, las dos semanas de tenis transcurrieron en un silencio aun mayor de lo que acostumbra este deporte. Antes del torneo, Roger Federer y Rafael Nadal anunciaron que no participarían por la complicada situación sanitaria que aun atraviesa Estados Unidos. Novak Djokovic, número 1 del mundo que sí decidió jugar, fue descalificado en octavos de final tras impactar a una jueza de línea con una pelota sin intención -el reglamento no contempla este último punto-. Nunca el tenista más alto del ranking había sido descalificado de un Grand Slam.

Con este panorama, la nueva generación del tenis se encumbró en la posibilidad de ganar su primer torneo grande, sin los miembros del “Big 3” a la vista. Los ocho jugadores que llegaron hasta cuartos de final supieron en cada punto que disputaban que la chance de oro por fin había llegado.

Alexander Zverev, en plena acción durante la final del US Open.

Después de batallas espectaculares, solo quedaron dos contendientes para el título. Dominic Thiem (27) arribaba sin fisuras en su juego, después de vencer con contundencia en semifinales al finalista del año pasado, Daniil Medvedev (24). Por su parte, Alexander Zverev (23) venía de remontar un 0-2 en sets ante Pablo Carreño Busta (29) para sellar su pase a la gran final.

Dos estilos de juego diferentes, pero con la misma búsqueda entre ceja y ceja. En la calma tarde del Arthur Ashe, Thiem y Zverev brindaron un espectáculo que hubiese sido digno de tener público. Dos solitarios jóvenes en busca de la gran oportunidad de su carrera batallaron durante 4 horas en un partido que tuvo de todo. El alemán comenzó firme ante un Thiem ajeno a lo que venía siendo su actuación hasta entonces. Con dos sets de ventaja, Zverev quebró en el tercero y todo parecía confluir en una cómoda victoria.

El austríaco durante la final del domingo en el estadio Arthur Ashe.

El austríaco se recuperó, cambió su lenguaje corporal y el encuentro se dio vuelta de manera rotunda. Quien parecía agotado ahora era Zverev, sin movilidad durante el tercer y cuarto set que fueron en favor de Thiem. El quinto parcial fue un partido en sí mismo: comienzo con quiebre de Thiem, recuperación del “Principito” que sacó 5-3 para ganar el partido, otra salvada del austríaco que quedó 6-5 en ventaja para concluirlo pero, sin poder cerrarlo, forzó el tiebreak de la definición. En su tercer match point, Dominic Thiem se llevó el campeonato por 2-6 4-6 6-4 6-3 7-6(6) en 4 horas y 2 minutos de partido.

«Hemos hecho que sucedan grandes cosas dentro y fuera de la cancha. Es sorprendente lo lejos que nos llevó nuestro viaje para compartir este momento. Ojalá pudiéramos tener dos ganadores hoy. Ambos lo merecíamos».

Dominic Thiem luego de consagrarse campeón del us open 2020

¿Qué nos dejó esta final?

En principio, el partido del domingo nos dejó varias marcas. Es la primera vez desde el inicio de la Era Abierta (1970) que un jugador remonta un 0-2 en sets en la final del US Open. El último en hacerlo había sido el español Pancho Gonzáles en 1949. En cualquiera de los cuatro grandes, esto no sucedía desde que Gastón Gaudio dio vuelta la final de Roland Garros 2004 ante Guillermo Coria, en la única definición entre argentinos en la historia de los Grand Slams. Además, Thiem se convirtió en el primer austríaco en levantar la corona en Nueva York y el segundo en hacerlo en un Grand Slam, después de Thomas Muster en Roland Garros 1995.

Desde lo simbólico, el triunfo de Thiem significó el fin de una racha repetitiva de campeones de Grand Slam. Desde hace cuatro años, todos los torneos grandes fueron ganados solamente por el Big 3. El último en cortar esta racha había sido Stan Wawrinka en el US Open 2016. Desde allí, los 13 títulos disputados se dividieron entre Djokovic (5), Nadal (5) y Federer (3).

Zverev -finalista- y Thiem -campeón-, las nuevas caras que serán habitué de las premiaciones en Grand Slams.

Si observamos la imagen completa, los datos son aún más abrumadores. Desde el primer título de Grand Slam del Big 3 -Roger Federer en Wimbledon 2003- pasaron 17 años y 68 torneos Majors. En 56 de ellos el campeón fue Federer, Nadal o Djokovic. Los otros nombres “privilegiados” que pudieron estampar su nombre en los muros y trofeos oficiales durante este lapso son apenas ocho y solo consiguieron 12 títulos entre sí: Andy Roddick (1), Gastón Gaudio (1), Marat Safin (1), Juan Martín del Potro (1), Andy Murray (3), Stan Wawrinka (3), Marin Cilic (1) y ahora, Dominic Thiem.

La “burbuja” de Nueva York contempló la poderosa embestida de la denominada “Nueva Generación” del tenis que tanto se hizo esperar. Es la primera vez que un jugador nacido en los años 90’ levanta un trofeo de Grand Slam, mientras que en el circuito femenino eso ya ocurrió nueve veces, incluida una campeona nacida en los 2000 -Bianca Andreescu en el US Open 2019-. Inclusive muchas de ellas son múltiples campeonas, como el caso de la vencedora en el cuadro femenino de este año, Naomi Osaka, quien levantó su tercer trofeo de Grand Slam.

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El preciso instante en el que Thiem coronó su primer título de Grand Slam.

El brillante porvenir

Ante la comparación de números entre el circuito femenino y masculino, sorprende que en este último se haya dilatado tanto la espera para ver un campeón de Grand Slam nacido en los 90’. La respuesta es simple, y está a la vista de los números exhibidos más arriba: el Big 3.

La predominancia de Federer, Nadal y Djokovic es única en la historia del tenis. Los tres ya son los máximos campeones de Grand Slam, y para muchos son los tres mejores tenistas de la historia. El hecho de que sean contemporáneos eliminó muchas posibilidades para el resto de los jugadores que transitaron las canchas durante estos 17 años. La contundencia de Nadal en Roland Garros (12 títulos), la de Federer en Wimbledon (8 títulos) o Djokovic en el Australian Open (8 títulos) son clave para entender el porqué de esta tardanza. La lógica de siete partidos al mejor de cinco sets benefició a los mejores, los cuales no pueden darse jamás por derrotados hasta realmente concretar el match point.

Pero sin dudas, lo que viene es muy importante para el circuito. Será diferente, desde los estilos hasta la calidad de juego dentro de la cancha. Probablemente no volveremos a ver logros de la talla de lo que consiguieron los miembros del Big 3, pero no hay que desilusionarse. El futuro es brillante y la puerta está abierta para nuevos y grandes campeones.

Dominic Thiem es entrenado por el chileno Nicolás Massú, quien cambió la mentalidad del austríaco a partir de febrero de 2019. Desde que trabajan juntos, Thiem llegó a tres finales en tres Grand Slams diferentes (Roland Garros 2019, Australian Open y US Open 2020). Por su parte, Alexander Zverev comenzó a trabajar hace pocos meses con el recién retirado David Ferrer y logró disipar los fantasmas que acarreaba en los torneos grandes. Si bien ayer no se le dio el título, es inminente que el alemán de 23 años se corone en un Major. Cabe destacar que ya consiguió el título del Masters de Londres con los ocho mejores del año en 2018.

https://twitter.com/massunico/status/1305429123641282560?s=20

Como ellos, otros jugadores como Stefanos Tsitsipas, Denis Shapovalov, Felix Auger-Aliassime o Andrey Rublev, además de los mencionados en este US Open, son la materia prima de la nueva era del tenis masculino. Tenistas que ya acumulan grandes victorias y un potencial enorme para marcar los tiempos en los que Federer, Nadal y Djokovic comiencen a salir del primer plano. La próxima gran cita comienza en tres semanas, cuando Roland Garros 2020, con público reducido y limitado por día, defina al último campeón de Grand Slam del año.

Lo que muchos fanáticos no querían que pasara, está pasando. El Big 3 empieza a dejar paso a los nuevos campeones. Todavía no es tiempo de despedirnos de ellos, e inclusive a Nadal y Djokovic aún les quedan algunos años para continuar logrando títulos, pero la esperada transición comenzó anoche, desde las silenciosas entrañas del estadio más grande del mundo, donde un austríaco con un juego limpio, talentoso revés a una mano y poderosa derecha se quedó con una final histórica y levantó el primero de varios trofeos de Grand Slam que vendrán.

Fotos: Reuters/US Open
Redacción Al Toque

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