El judoca rionegrino radicado en Río Cuarto divide su actualidad entre el escaso entrenamiento que puede realizar debido a la pandemia y sus tareas como kinesiólogo y profesor de una escuela de judo para niños.
La pandemia y el cese de actividades permite que podamos
conocer más a fondo a los atletas que forman parte de Al Toque Sports
Marketing. En este caso nos ocuparemos de Habib Baduy, el judoca
nacido en Cinco Saltos, provincia de Río Negro, pero que enfocó su carrera
profesional y deportiva nuestra ciudad.
Baduy no se centra únicamente en su carrera deportiva
como judoca. Se recibió de la carrera de kinesiología y atiende su propio
consultorio en la ciudad, además de fomentar y llevar a cabo una escuela para
niños de judo. La formación para los chicos en cuanto a este deporte es casi
inédita en Río Cuarto, donde hay pocos clubes en donde se practica.
Debido al parate competitivo, la actualidad deportiva del
judoca tornó cierta incertidumbre: “Estoy entrenando la parte física y haciendo
lo justo y necesario de judo. Queda ver en qué competencias podré participar el
año que viene y cómo se rearmará el cronograma. Todo depende de cómo se vayan
dando estos meses”, afirmó Baduy.
En cuanto a lo que resta del calendario, el rionegrino
acentuó sus expectativas: “Quiero recuperar el peso con el que yo compito y
volver a moverme, tratar de regresar al ritmo que venía teniendo antes. Quizás
haya competencias en Europa pero no tengo la intención de competir internacionalmente.
Si bien era la idea a principio de este año, pero actualmente tengo otros
intereses y prioridades”.
Su rol en la escuela
Hace aproximadamente tres años, Habib Baduy creó una
escuela para enseñar judo a niños. Según el judoca, es clave aprender los
movimientos de esta disciplina en los primeros años de la infancia, ya que una
vez que el cuerpo se desarrolla es más difícil internalizarlos.
– ¿Qué siente que puede aportarle a los chicos en su
formación?
– La escuela es mi máximo proyecto en lo que es el judo.
Tengo varios nenes que pueden hacer cosas importantes para la ciudad el día de
mañana. Los padres los apoyan al cien por ciento y les gusta mucho el deporte,
creo que he podido transmitirles lo que yo siento por la disciplina. Tengo
mis 27 años, mucho recorrido de competir en un montón de lugares y creo que de
a poquito le voy dejando paso a las nuevas generaciones. Ojalá puedan ser
grandes competidores el día de mañana.
– ¿Cómo cambió la modalidad de trabajo debido a la
pandemia?
– Nos enfocamos en aspectos técnicos, bien relacionados a
los movimientos pero es difícil por ahí transmitirlo o que se puedan
desarrollar bien sin poder agarrar al otro compañero. Hay muchos chicos que por
ahí no vienen porque están aislados, otros que están esperando un poco más para
empezar por el tema del brote, hay mucha incertidumbre en todo el mundo. Este
trabajo se va a continuar bien el año que viene y podamos redireccionar todos
los objetivos que veníamos trayendo. Estos años estuve compitiendo y viajando
mucho y no pude darle tanto tiempo como quería, ahora es dar más por ellos y
concentrar más energías en ese tema. Es un proyecto que empezó cuando ellos
tenían 6 años y ahora con 8 o 9 se acerca el momento de empezar a competir, por
lo que me necesitan más cerca de ellos.
El trabajo como kinesiólogo
Después de recibirse de la carrera de kinesiología, Baduy
abrió su propio consultorio donde también atiende a otros deportistas. Ahora, el
proyecto se está gestando a mayor escala.
– ¿Cómo es su trabajo como profesional?
– Es un trabajo hermoso. Estoy con otros proyectos relacionados
a otros deportes en los que estoy incursionando y me gustan, armando otros
consultorios que son más funcionales y más para los deportistas. Viene todo
bien y con la pandemia estamos tomando muchos recaudos, hay muchas limitaciones
con respecto a eso. Por suerte puedo estar trabajando de lo que me gusta y se
relaciona muchísimo con el deporte, me gusta más mi faceta como kinesiólogo
que como deportista. Puedo llegar a otros deportistas y trascender ese
individualismo que tengo por mi disciplina. Tengo ganas de seguir creciendo
en ese aspecto.
Habib Baduy divide su carrera deportiva entre los entrenamientos, su profesión y la escuela para niños.
– ¿Cómo combina su costado profesional con el Habib Baduy
deportista?
– He sabido llevar ambos costados, no solo
desde que me recibí sino desde hace muchos años. Hacemos competencias de varios
días seguidos y terminamos muy contracturados o golpeados, y entre los mismos
deportistas nos masajeábamos. El deporte me enseñó más que la misma carrera.
Todo es práctica, una venda ajustada como dice el libro te corta la circulación
y te la vas a sacar en la primer lucha. Tales cosas no son todas como la
teoría. Si viene un paciente con una lesión ya sabes qué siente, qué tipo
de dolor tiene. La relación entre mi profesión y lo deportivo es inmejorable. La
práctica del alto rendimiento no se consigue en otro lado. No hay forma de
hacer un curso que te dé lo que te da una carrera deportiva.
– ¿Cuál es la importancia de tener un trabajo relacionado
a lo físico?
– Siempre digo que uno no puede predicar lo que no hace.
Quita un poco de credibilidad, así que en ese sentido es importante que la
gente que está metida en la actividad física haya practicado cualquier tipo de deporte.
Es necesario que lo experimente porque te enseña muchísimo más. Si pudo
competir en ese deporte, mejor aún, eso se ve en los resultados. En cuanto a la
anatomía, me sirvió muchísimo en el judo, no solo para mi combate sino para
explicarle a mis alumnos por qué se hacen tales movimientos y no otros. Sabes
que si haces palanca, torces la muñeca y pones mucha carga de un lado, se puede
luxar la articulación, y eso lo entendes por saber la biomecánica articular.
Trabajar y ser deportista amateur
El deporte amateur en nuestro país es uno de los desafíos
más grandes a revisar tanto desde las federaciones como desde las decisiones
políticas. Es sabido lo que les cuesta a la mayoría de deportistas insertarse
en la competencia de alto rendimiento, por el costo económico que implica.
– ¿Es una seguridad tener otro sustento económico más
allá del deporte?
– Tiene sus dos caras. Cuando uno compite en este deporte
amateur, se gasta más de lo que uno gana, entonces por ahí podés llegar mejor a
tal torneo, pero la camilla que te ibas a comprar o un arreglo en la casa no
los vas a poder hacer. Por eso este tiempo me ha servido para hacer cosas, y
también siento que invertí muy poco en el costado profesional por darle mucho
al deporte. El país nos debe mucho no solo en difusión sino en cuestiones
económicas. Un deportista se gasta millones al año para viajar y eso sale por
la ayuda de tus padres, o por rifas, un sponsor privado, y el país se tendría
que hacer cargo porque somos los que representamos afuera. Cuando competís con
gente de otros países, competís contra los resultados de una política de
gobierno. Mi idea sería armar un equipo con otros tipos de personas para
apoyar a los deportistas que tienen más proyección.
– Entonces, ¿quedarse en una sola faceta es poco?
– Cuando tomé la decisión a los 17 años de dedicarme a
estudiar y no totalmente al judo fue la decisión más acertada. Hoy tengo un
plan A, B y C e inclusive otros, porque con este parate también te das cuenta
que no alcanza ese trabajo. Uno no puede ser una cosa, a veces los deportistas
se quedan solo con eso y se jubilan de la vida a los 30 años. Yo conozco
campeones olímpicos o mundiales que hablas y parece que están jubilados después
del retiro, y no los veo felices. No me parece que sea la solución ganar algo y
perpetuarlo de por vida. Lo que hice en el judo lo hago valer para formar
futuros luchadores y encarar proyectos con más fuerza. La vida son desafíos,
por eso hay que formarse en muchas cuestiones. Enfocarse en lo que te sale bien
es quedarse en la zona de confort.
– Desde ese costado profesional, ¿cuál es la importancia
del trabajo de un kinesiólogo y la integralidad en general que rodea al
deportista?
– Al deportista mientras más gente haya apoyándolos, mejor les va a ir. Un deportista puede tener cinco kinesiólogos, dos nutricionistas, todo lo que quiera, siempre y cuando trabajen en equipo. Al deportista amateur hay que ayudarlo entre todos, y no reclamarle fidelidad o que venga solo conmigo a kinesiología. Todos vamos por la misma causa, que a ese deportista le vaya bien. Que se haga de corazón y que no haya ningún tipo de intención por detrás, que se vea con la importancia y la responsabilidad que tiene una persona que está representando al país y cuyo objetivo es el máximo en su vida.
Fotos: Sebastián Compan Fotografía Deportiva Redacción Al Toque