Estudiantes todavía no largó. Al menos no como quería. Igualó sin goles ante Morón en condición de local por la primera fecha de la Fase Primer Ascenso A. El “celeste” contó con chances claras para abrir el marcador, aunque desde el juego quedó en deuda. El próximo sábado tendrá revancha.
El Estudiantes que nos tiene “mal acostumbrados” no se vio
este lunes en el reinicio de la Primera Nacional. Aquel equipo que supo brillar
desde lo técnico, táctico y estadístico en el certamen estuvo lejos de
parecerse al que se presentó frente a Deportivo Morón por la primera jornada de
la Fase Primer Ascenso A.
El gran parate y la ausencia de fútbol oficial desde marzo, las bajas en el mercado de pases y las lesiones afectaron de lleno al plantel de Marcelo Vázquez. No es un dato menor. El DT puso todo lo que tenía a disposición, y más, para intentar desequilibrar el partido, aunque los movimientos no tuvieron efecto.
Estudiantes salió con un once inicial inédito: Ardente le
ganó la pulseada en el arco a Olivera (quizá el cambio menos considerable),
Dutari, naturalmente central, fue lateral derecho, Nicolás Ferreyra acompañó a
Vester en la zaga central y Gastón Benavídez pasó a la banda derecha del
mediocampo. Hasta ahí los movimientos en los defensores.
En el mediocampo Ortigoza se encargó de ser el 5 posicional ante la baja del capitán Bottino. Cuello se paró por delante del ex San Lorenzo con el objetivo de asociarse y ser el eje de creación. Comba redebutó y jugó por izquierda.
Cuello acompañó a Ortigoza en la dupla de volantes internos.
En tanto, en el ataque Sepúlveda y Ferreira volvieron a
compartir cancha. Un dibujo táctico de 4-4-2 que por momentos se convertía en
4-2-2-2, con las alas del mediocampo adelantándose y acercándose a los
delanteros.
En los papeles lo planificado podía funcionar. Finalmente en las acciones no ocurrió. Benavídez no desequilibró por su costado, quizá algo desacostumbrado, Ortigoza fue eje de salida y creación, pero siempre de mitad de cancha hacia atrás debido a su posición, y Cuello tuvo un mal partido.
Del otro lado también jugaron (por razones obvias). Morón
apostó también a un doble punta, con Kevin Gissi como principal amenaza en el
juego aéreo (por algo jugó Ferreyra) y con su banda derecha como la más desequilibrante:
Alan Schönfeld, Luciano Guaycochea y Cristian Broggi fueron de los más
destacados en la visita, doblegaron a Comba en ataque, por momentos le ganaron
la espalda a Suárez y generaron las acciones de más peligro en el partido.
En el primer tiempo hubo chances, a pesar de que el volumen
de juego resultó bastante aplanado. Cabezazos pasados e incómodos de Ferreira
(delantero) y Ferreyra (defensor) y un remate al costado del palo derecho de
Salvá por parte de Benavídez fueron las más claras de Estudiantes. Morón
respondió con un mano a mano de Gissi, tras un error en salida, que remató
incómodo ante el buen acompañamiento de Vester, y con un centro rasante de
Broggi, quien le ganó en velocidad a Comba, desbordó y con un buscapié que pasó
por todo el área chica alertó al local (la terminó sacando Dutari al córner).
En la segunda etapa se esperaba un cambio de cara en Estudiantes. Es que el “león” ya había tenido malos primeros tiempos y luego logró revertirlos. Esta vez no sucedió.
Vázquez apostó por los mismos once en el inicio del
complemento, los cambios vinieron diez minutos después. Doble sustitución,
puesto por puesto si se quiere, aunque con diferentes características en los
ingresados. Salieron Cuello y Benavídez, ingresaron Marcos Fernández y Lautaro
Parisi.
El ex San Martín de San Juan entró a cancha para intentar
hacer lo que no pudo Cuello: asociarse a Ortigoza, y Parisi para generar más
peligrosidad en ataque, algo que el lateral derecho tampoco logró.
Mientras Estudiantes acomodó esas piezas, el visitante aprovechó. Las dos más claras del partido las generó Morón en un minuto con un disparo en el palo de Guaycochea y posteriormente un cabezazo de Schönfeld, que exigió la volada de Ardente.
El “celeste” manejó la pelota en los últimos instantes, se
hizo cargo del protagonismo lógico que tenía y generó situaciones. Lo que no
logró fue ser punzante. Hasta Suárez, con audacia, iba e iba por su costado,
pero las líneas de Morón estuvieron siempre ordenadas y el jugador desequilibrante
en el local no apareció.
Para males, a los 30’ Ortigoza se acalambró y duró un par de
minutos más hasta que debió pedir el cambio. Entró Farré, naturalmente en el
puesto de 5, fue la salida en el juego ante un semblante visitante ya bastante retrasado
y apostando a alguna que otra contra.
La última carta táctica del cuerpo técnico fue apostar al
ingreso de Padilla de lateral izquierdo y el adelantamiento de Suárez por la
misma banda. Salió Comba, fatigado ante la falta de minutos. La apuesta fue
buena, porque Suárez mostraba esas señales de querer ir, aunque Morón volvió a
tapar espacios.
Estudiantes y el “gallito” no rompieron el cero. El local
estuvo preparado para la vuelta, alerta a la señal a la señal del comienzo. Se
quedó en la jaula, en el habitáculo de la línea de partida en un inicio
equilibrado. El “león” aún está en gateras.
El sábado próximo desde las 17 horas tendrá revancha en Caseros ante su homónimo. En la segunda fecha de la Fase Primer Ascenso A, el “celeste” saldrá en busca de conseguir la victoria en la segunda “final”. Morón por su parte, agradecido por el punto inicial, visitará a Platense.