Básquet

“Este club hizo mucho por el básquet de la ciudad”

En el aniversario n° 87 de Acción Juvenil, su vicepresidente y jugador de la primera de básquet, Matías Della Mea, se refirió a un festejo inusual debido al año transcurrido y las emociones que lo circundan al entrar al club de la calle Yrigoyen: “Acá formé valores muy importantes para mi vida”, expresó.

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El vicepresidente y jugador Matías Della Mea celebró un nuevo aniversario de Acción Juvenil.

El 7 de noviembre de 1933, un grupo de vecinos riocuartenses decidieron fundar en pleno casco céntrico de la ciudad el club Acción Juvenil. Con el tiempo, el básquet se erigió como la disciplina por excelencia de la institución que lleva los colores celeste y blanco.

Pasaron muchos nombres y recuerdos por los pasillos del club de calle Yrigoyen. Éxitos a nivel local con la pelota “naranja”, finales especiales ante Gorriones -en una época en la que parecía instituirse una rivalidad- y otras épocas más oscuras de la historia de un club que, como buen vecino del centro, parece nunca dormir.



Después de varios años de reestructuración y acomodamiento a nivel institucional, el club funciona dentro de un marco de normalidad -si es que podemos definir este contexto como “normal”-.

Al final de una larga jornada, con la noche a cuestas de la ciudad, los últimos alumnos de los turnos de artes marciales del día terminan su rutina en la planta baja del club. Subiendo la escalera, que se encuentra frente al ingreso principal, se llega hasta la cantina. Desde allí se desprende uno de los aromas más propios del club, su cocina, que invita a quedarse en ese primer piso ocupado por mesas distanciadas.

La fachada del club de calle Yrigoyen.

Más allá, en los pasillos internos del club, se llega hasta la escalera que transporta a lo más alto del edificio: la cancha de básquet. El piso de parquet ocupado por sillas que marcan la distancia para los entrenamientos hace el silencio notar, sin el sonido de la pelota picando.

Por el acceso a la cancha llega Matías Della Mea, actual vicepresidente y jugador de la primera de básquet del club. En su doble función, el “Ruso” vive y respira todo lo que tiene que ver con Acción Juvenil. Busca una pelota en la habitación de utilería, debajo de una de las tribunas, y ocupa una de las sillas en medio del parquet. Siempre con la “naranja” cerca suyo.

 – ¿Cómo es la actualidad del club, con este año tan particular?

– La verdad que dentro de lo anormal que es todo, estamos bien. Teníamos muchas expectativas y proyectos lindos para este año, pero quedó todo en pausa porque no se pudo ejecutar como lo habíamos planificado. Más allá de eso estamos bien y tranquilos.

– ¿Qué proyectos no pudieron encarar por la pandemia? ¿Qué es lo que sí se pudo hacer?

– Había muchísimos proyectos deportivos, sobre todo con las inferiores. Buscábamos participar de competencias provinciales que hacía mucho que el club no lo hacía. Estaba todo armado para eso. Varios proyectos de la infraestructura y edilicios, que en la medida que pudimos hacerlo lo ejecutamos. Pintamos la cancha, remodelamos los vestuarios, pusimos las luces led. Sin embargo, un montón de disciplinas no pudieron empezar y eso es problemático porque no sabemos cómo pueden retomar cuando esto vuelva. Teníamos un universo de chicos muy interesante con el que cerramos el año pasado, y esperábamos que ese número crezca. Ahora hay que esperar a ver qué pasa, cómo vuelven, quién vuelve. Entendemos que con una nueva normalidad no va a ser igual a como era antes. Puede ser que algunos chicos no jueguen o se vuelquen a otros deportes.

– ¿Cómo es afrontar este momento desde la comisión directiva?

Nosotros como comisión directiva somos los que más trabajamos porque estamos constantemente luchando para que el club siga vivo. Peleamos para que se aprueben protocolos para comenzar actividades y pagar los impuestos del club, así que nosotros estuvimos activos todo el año. Estimo que en todo club “chico”, se llega con lo justo. No nos sobra nada, entonces se hace todo más complicado que lo normal. Cuando ingresamos al club estaba todo en orden, más allá de algún problema de papelerío, y seguimos en proceso de solución. Nuestra impronta la pusimos en que lo que pudimos hacer, lo hicimos, no evocamos cosas del pasado. Intentamos utilizar lo que sabemos hacer, y lo que no, aprenderlo para poder aplicarlo.

– Desde lo deportivo iban a encarar un proyecto con un cuerpo técnico renovado este año. Como jugador, ¿qué perspectivas tenés a futuro con esto?

– Las perspectivas son siempre las mismas: poner el cuerpo a tono y competir lo mejor que uno pueda. Me animo a hablar por el resto de mis compañeros, por lo menos en primera división, de que es así. Teníamos mucha expectativa porque lo trajimos a Emanuel Garello para que se haga parte del plantel, pero ni siquiera tuvimos un contacto. No tuvimos una posibilidad de presentarnos, él se fue de viaje y cuando volvió todo se paró. Para él debe ser bastante raro, pero así también se mantiene la motivación para lo que venga, cuando venga.

– Hablando de motivación, ¿cómo se lleva a cabo con los más chicos del club?

– En un principio se hizo mucho por plataformas digitales, tuvo una buena aceptación y después lógicamente se perdió. Empezamos con el entrenamiento acá, con distancia y protocolos. Arrancamos con mucha expectativa y ya se está perdiendo, porque no se puede tirar al aro ni hacer juego colectivo. El básquet en sí no existe y eso hace que se haga difícil.

– ¿Qué significa Acción Juvenil para el básquet de la ciudad?

– Creo que Acción Juvenil es un club importante. Dentro de sus limitaciones ha logrado cosas muy importantes que todavía se recuerdan. Jugadores que han pasado por acá, y que recuerdan al club como algo muy importante para su carrera deportiva y su vida. Considero que es importante e hizo mucho para el básquet de la ciudad.

– ¿Qué significa Acción Juvenil en tu vida profesional y deportiva?

– Yo empecé a jugar en el club a los 5 años. Es una frase muy bastardeada la que voy a decir, pero es mi segunda casa. Pasé mucho tiempo acá adentro, sobre todo cuando era chico. Inclusive para mis viejos era una tranquilidad saber que en algún lado del club yo estaba. Fundé valores muy importantes que hoy los mantengo, como la solidaridad y el compañerismo. La verdad que no tengo más que palabras de agradecimiento con el club. Nuestra función como comisión directiva es querer devolverle al club algo de todo lo que nos dio. En su gran mayoría está formada por ex jugadores del club, o muy cercanos a la vida del club y significa mucho para nosotros. Trabajaremos para mejorarlo día a día y que vengan más aniversarios como este.

Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque

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