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Fundación Olympos: Acompañar el alto rendimiento deportivo
Lucas Simone es ex voleibolista y entrenador, por lo que vivió las experiencias como y junto a deportistas. Creó la fundación para ayudar a los atletas de alto rendimiento a desarrollarse y con un objetivo de inclusión social. Conocemos a la nueva incorporación de Al Toque Sports Marketing.
Bien es sabido que ser deportista no es fácil. No solo hay que preocuparse por la técnica y el talento para patear una pelota, manejar un buen revés o nadar cuadras y cuadras enteras. El contexto de un atleta afecta directamente a su desarrollo deportivo.
Lucas Simone fue jugador de vóley durante sus años como deportista y ahora, entrenador en la especialidad. Es el encargado de llevar adelante los entrenamientos de las Mellizas Agustina y Julieta Lisa, otras de las #AtletasAlToque.
Simone fue gestando una idea en su mente sobre los deportistas de alto rendimiento en Argentina y, tras varias charlas e ideas puestas en debate junto a otros colegas, la conclusión fue una: el acompañamiento que se le da a esta clase de atletas es muy poca.
“Si salimos del fútbol, la realidad del deporte argentino es esa, sin ayuda o colaboración se hace difícil”, afirmó el entrenador que dio pie a la creación de la Fundación Olympos, una organización que se encarga de acompañar el esfuerzo que los deportistas de alto rendimiento realizan en cualquier disciplina.
“En el vóley lo viví en carne propia y conocí deportistas de muchas ramas en Argentina y Europa. Con todos era lo mismo, nos cruzábamos en los aeropuertos y todos me decían que no tenían donde entrenar ni nadie que le diera una mano”, expresó Simone con respecto al disparador que promovió la idea de Olympos.
Pero este no es el único objetivo de la fundación. Simone y su equipo también se ocupan de la inclusión social a partir de las actividades deportivas.
“Todas aquellas realidades que estén haciendo inclusión social, que le den a los chicos espacio de reconocimiento y pertenencia. Nosotros estamos en colaboración con dos escuelas de artes marciales, que sacan a los chicos de la calle, pero también les exigen la libreta en el colegio y que no tengan ninguna cuestión relacionada con la policía”, comentó Simone.
– ¿Es común que en el alto rendimiento se separe al deportista de la parte humana?
– Totalmente, no se interpreta al deportista como humano. Uno llega al alto rendimiento por una base y porque hubo una escuelita de barrio, por ejemplo, donde también había otros 50 chicos, entonces el aspecto humano de reconocimiento, pertenencia y sociabilización es fundamental. Nosotros trabajamos de manera interdisciplinar. Entre todos tratamos de acompañarnos y complementamos al deportista como persona.
– ¿Cómo trabajan en virtud de esto?
– Lo que nosotros planteamos es tener un equipo de profesionales que contemple el entrenador específico de ese deporte, el preparador físico, el nutricionista, el kinesiólogo y el psicólogo deportivo. Que se puedan abordar todas las áreas desde donde se puede formar al deportista. La realidad usualmente es la de tener un entrenador y con suerte un preparador físico. La idea es tener todas las esferas cubiertas. Es importante tener la táctica, pero también lo que comas y como estas de la cabeza es fundamental.
– ¿Hay diferencias en el desarrollo deportivo europeo comparado al argentino?
– Estuve en Italia durante ocho años y pude ver la diferencia. En vóley hay ocho categorías de las cuales seis son profesionales, y acá con suerte llegamos a una que cuenta con cuatro equipos con profesionales, después no hay más. En Italia lo que me pasó es que sí se contempla la mayor cantidad de áreas. Tenes el kinesiólogo y el nutricionista metidos en el equipo. Hay una hiperprofesionalización en donde hay un preparador físico especializado por deporte. Por ejemplo, no es lo mismo hacer pesas para jugar al rugby que para el vóley.
– ¿Y en el caso de los deportes individuales?
– Difiere mucho el deporte individual con el deporte por equipos. En mi trabajo junto a las “Mellis” Lisa se trata de un deporte por equipo pero que es casi individual, pero nada que ver con el tenis que es mucho más restrictivo. No es lo mismo tener el público en silencio, es mucho más mental y tenés que estar pensando todo el tiempo. Es mucho más pasional eso y el abordaje es diferente.
– ¿Cómo se trabaja en esta época de pandemia y parate competitivo?
– Todos los calendarios deportivos fueron suspendidos y los que estamos comprometidos con deportistas de alto rendimiento estamos medio parados. Nos avocamos a la inclusión social porque además es lo más necesario. Los chicos de las escuelas de artes marciales tienen contacto con comedores y pudimos contribuir en algo dada la situación compleja que atravesamos. En cuanto a los deportistas, hay que buscar los objetivos de cada uno, nosotros lo replanteamos de otra forma. Te exige volumen de juego la competencia, pero no estar compitiendo te permite trabajar en aspectos técnicos mucho más profundos. La parte técnica que aprendes de chico por ahí te demora tiempo para ejecutar bien un tiro. Con las “Mellis”, por ejemplo, replanteamos los objetivos y estamos haciendo un laburo bien profundo de técnica en el que estamos dos o tres meses trabajando lo mismo pero lo mejoras mucho. El deportista tiene que volver a encontrar objetivos para que este tiempo no sea un tiempo perdido. Se puede profundizar en la fuerza, la técnica, cosas que llevan un lapso de tiempo para trabajar. Hay muchas formas de llevar adelante el tiempo.
Fotos: Fundación Olympos
Redacción Al Toque
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