Hace siete años, Alianza de Coronel Moldes vivía su noche de ensueño en Copa Argentina

“Independiente se salvó del papelón”…“Independiente rozó la vergüenza”…“Un carpintero, dos panaderos, un remisero, varios estudiantes universitarios y los empleados de un frigorífico casi eliminan al Rey de Copas”…Estos fueron algunos de los títulos que utilizaron los medios nacionales al referirse al cruce que tuvo como protagonistas a Independiente de Avellaneda y a Alianza de Coronel Moldes por los 32avos de final de Copa Argentina de la edición 2014/2015.

El 26 de abril de 2015 toda una localidad se trasladó a Córdoba capital para acompañar a todo un plantel que perseguía una ilusión. Alianza de Coronel Moldes dio pequeños pasos en su crecimiento (en 2007) hasta toparse con un acontecimiento inesperado cuando se convirtió en el primer equipo liguero en medirse por Copa Argentina ante un grande del país.

Resultados sorpresivos en las instancias preliminares ante rivales de jerarquía como Unión de Villa Krause, Deportivo Maipú y Estudiantes de Río Cuarto le abrieron las puertas del fútbol grande. El sorteo del cuadro principal le guiñaría un ojo, ya que le permitió encontrarse por primera vez en su historia con el multicampeón Independiente.

El conjunto de Alianza de Coronel Moldes que salió al estadio Mario Alberto Kempes estaba compuesto por personas que necesitaban otro oficio para mantener a sus familias o que buscaban definir su vocación mediante los conocimientos de la facultad. De hecho el plantel completo se mantenía con un presupuesto de 80.000 pesos por mes, salvaje diferencia con Independiente, que terminó ganando de premio por pasar de etapa 375.000.

De todas maneras, esa situación no impidió hilvanar una jugada colectiva brillante y desataran la locura de la hinchada a los seis minutos, definición de Juan Miguel Reynoso mediante.

Santamarina de Tandil y Deportivo Merlo le habían dado un susto a Boca en 2012 (los superó por penales), Estudiantes de Buenos Aires eliminó a River en 2013, pero lo del 26 de abril de 2015 hubiera sido pocas veces visto. Un equipo del Federal B que tuvo contra las cuerdas al Rey de Copas, a tres minutos de eliminarlo.

El nerviosismo complicó a Independiente, que careció de la profundidad necesaria para retomar el control del marcador. Su único aliado fue el cansancio de los jugadores de Alianza, que llegaron al final sin reservas o fueron reemplazados en el transcurso del complemento.

El gol de Christian Ortíz sobre el final (41’ ST) salvó la derrota de Independiente y en los penales encontró la clasificación. Ese resultado no varió la semblanza de los futbolistas de Alianza, ovacionados por su hinchada e incluso reconocidos por el público rival.

No quedaron adjetivos por poner a la hora de nombrar a los héroes que tuvo la entidad aliancista, que hasta el día de hoy son reconocidos como verdaderos héroes futbolísticos.

Néstor “Chiqui” Billalva era el entrenador de Alianza de Coronel Moldes, quien comandó a sus muchachos hacia esa gesta y los llenó de motivación de cara al partido más importante de sus carreras. En la actualidad, dirigiendo a Toro Club en el marco de la Liga Regional de Río Cuarto, recordó aquel suceso y destacó el vínculo que se forjó tras ese cruce contra Independiente.

¿Cuál es el primer recuerdo que se le viene a la mente cuando le hablan del partido?

Mientras todo el mundo estaba contento y festejaba, yo lo veía desde otro lado. Fue uno de los momentos más tristes de mi carrera y una de las derrotas más dolorosas que he tenido. Por la forma en que se nos escapó el triunfo, con cuatro minutos por jugarse y después de haber hecho un gran esfuerzo. Es una sensación de tristeza. Pero después, cuando ponés la cabeza en frío te dás cuenta que el balance es hermoso, por haber sido profesionales por un mes, por la preparación y los momentos que hemos vivido.

¿Cuándo realmente se dio cuenta de lo que estaba por vivir?

En la previa vivíamos un sueño, caímos en lo que nos jugábamos en el momento en que partimos para la cancha. Durante la previa disfrutamos mucho, ni hablar en el momento en que nos enteramos que jugábamos con Independiente, pero cuando nos topamos con los medios nacionales realmente tomamos dimensión de lo que nos jugábamos. Todo eso fue camino al estadio, ahí realmente nos dimos cuenta que era el partido de nuestras vidas.

¿Se prepararon distinto a lo que habían sido las otras tres series regionales?

Mentalmente nos preparamos distintos, no fue necesario motivar a nadie pero sí trabajar en ese sentido. Futbolística y físicamente seguimos el mismo lineamiento que teníamos, salvo lo de ‘Cordero’ (Jorge) Zalazar, que se bajó del camión y cazó los botines para sumarse al grupo. Desde lo táctico hicimos un partido distinto a lo que es mi ideología. Algunas cosas se dieron, como el hecho de hacerles un gol en el inicio del partido, otras no y quedaron como experiencia.

¿Y cómo llegaron?

Llegamos muy bien, pero nos faltaron dos jugadores claves como Tomasini y Devia. Y justamente eran dos chicos que funcionaban muy bien y estaban en un gran momento en una zona donde ellos nos terminaron complicando y llegaron al empate. Esas ausencias sí se sintieron, pero el resto de los chicos estuvieron a la altura de las circunstancias, aplicaron inteligencia y seguridad en casi todo momento. Otras de las cuestiones fueron las condiciones de Lucio Constantini, que no llegó al 100×100, y las de ‘Chivo’ (Juan Reynoso) que estaba con una molestia de tobillo. Con esos chicos estando con todas las posibilidades creo que el trámite y el desenlace podrían haber sido distintos.

Para remarcar lo de Jorge Zalazar…

Lo de Zalazar es realmente valorable, me deja sin palabras cada vez que me refiero a eso. Fue el fútbol resumido en un jugador, un ejemplo de lo que puede hacer un futbolista del interior contra un jugador profesional. Jugó 95 minutos, con poco entrenamiento previo, a la par de muchachos que sólo se dedican a esto. Hasta incluso cuando decido poner a Eric Cardetti le consulto si quiere quedarse de 5 o ir más arriba y él decidió adelantarse unos metros y continuar haciendo el esfuerzo. Hoy, con el diario del lunes, digo que debía haberse quedado de 5, nos daba otras posibilidades y estoy seguro que la pelota que perdimos en el medio el ‘Cordero’ no la perdía, porque es mucho más tiempista y cantaba la jugada antes. Más allá de lo que analicemos, me quedo con el final de carrera que tuvo.

¿Tácticamente qué buscaron?

Intentamos jugar en 45 metros con los once jugadores nuestros, estando bien unidos tácticamente para defendernos en bloque, y siempre sabiendo que Almirón (Jorge – DT de Independiente)  es un técnico que pregona el buen fútbol y que nos iba a complicar por varios sectores. En ataque buscamos movernos de la misma forma, en bloque, aunque siempre asegurando la defensa con 4 o 5 hombres fijos. De mitad de cancha hacia adelante intentamos la explosión y la dinámica de Constantini y Felipe (Mugnaini), el cambio de ritmo de Rivadero y la jerarquía de Núñez. Todos ellos combinaron muy bien con ‘Chivo’ Reynoso que aguantó más de una pelota y nos dio cierto aire a la hora de adelantarnos en metros. Con eso planificado sabíamos que no nos iban a entrar fácil, salvo que nos superaran en el uno contra uno con la jerarquía, pero eso no pasó y el trámite fue parejo, no la pasamos tan mal.

¿Y salió tal cual o qué es lo que más notó?

Se produjeron varios duelos, como el de la mitad de cancha entre Zalazar y (Franco) Bellocq y en defensa con los nuestros y (José) Valencia, y creo que salimos airosos. Teníamos a (Julián) Bravi en una posición improvisada como lateral y a (Gonzalo) Tello en un gran momento por el lateral izquierdo. Sumado a eso, Núñez se entendía a la perfección con Tello por la banda izquierda, más allá de que él siempre fue enganche, se llevaban muy bien porque vivían juntos, comparten amistad y eso siempre prevalece ante todo a la hora de apoyarse dentro del campo de juego. En el segundo tiempo perdimos peso ofensivo por las salidas de los titulares y mucha colaboración por sobre todo. Lo buscamos suplir con chicos que tuvieran la pelota y se la sacaran a un Independiente desesperado por recuperar y atacarnos. Hoy, mirándolo de lejos hubiera hecho otra cosa, no intento tener la pelota, hago otro tipo de juego con los 10 parados atrás y tirándola larga. No hay un día de que no me arrepiente de no haber puesto a (Rodrigo) Arneodo, un flaco ganador que me podía dar mucho en defensa. Hubiéramos terminado jugando con tres centrales y dos marcadores de punta, con muchas más posibilidades de defendernos. Son cosas que te arrepentís ahora, porque en el momento decidís algo sobre el desarrollo del juego y después ves los resultados en cancha.

¿Cuáles fueron las sensaciones tras recibir el gol a cuatro minutos del cierre?

A los penales llegamos destruidos. Sentimos muchísimo el golpe del gol de ellos, juro que esperaba el segundo de inmediato, porque veía cómo Almirón los alentaba a que fueran y nos arrinconen. Con el empate de Independiente la presión se trasladó hacia nosotros, no fue el mismo ánimo que hubiera sido al revés. Con un 0-0 o empatándolo nosotros como lo hicieron ellos la cuestión era otra, por eso en la charla de los penales yo digo que la pelota les iba a pesar 100 kilos a ellos, porque quería hacerles ver la presión que tenían. Pero nos pesó mucho a nosotros por las formas.

¿Cómo fue el retorno a Coronel Moldes?

La vuelta fue tristísima. Me bajé en Río Cuarto, me quedé en mi casa esperando que pasara esa noche. Me acosté tarde y me levanté tarde porque pensaba una y otra vez lo que había pasado, estaba golpeado. A los chicos los recibieron en Moldes con mucha alegría y felicidad. Todo eso pasa por la dualidad de lo vivido, por un lado la tristeza del resultado y por otro la satisfacción de haber estado a la altura. Se vio a un fútbol de la región unido por un equipo, por una Alianza que encontró un broche de oro en ese objetivo.

¿Puede autodenominarse los precursores de ese tipo de gestas en Copa Argentina? A pesar de no haber ganado…

Todos se acuerdan de este partido porque fuimos los que marcamos el camino, los que hicieron creer de que el más chico, más pobre, el menos profesional, el de menos recursos le puede ganar al más poderoso, al que más se prepara y el que vive de esto. De hecho después siguieron ese tipo de batacazos. Se explica simplemente desde el fútbol, donde todo se empareja en una cancha y queda de lado el poderío. Es sin dudas el partido de sus vidas para los de acá.

¿Es posible un enfrentamiento así hoy en día, entre un regional y un grande?

Hoy en día al dirigente de fútbol hay que hacerle un monumento por todo lo que hace por una institución, consigue dinero, sponsor, hace un movimiento bastante importante para levantar a un club, desde ese lado estamos lejos en cuanto a recursos. Desde lo futbolístico no creo que estemos lejos, no es imposible, hay ejemplos de clubes de Buenos Aires que militan en el ascenso y se miden continuamente con los grandes. Acá en la región hubo chicos que pegaron el salto de manera individual y eso te hace ver qué condiciones tenemos. Río Cuarto y su zona posee grandes jugadores y siempre le siguen apareciendo. El salto aparenta ser grande pero no lo es tanto.

¿Hoy Billlalva espera nuevamente ese tren?

Tengo 53 años, estoy bastante maduro en el oficio y me veo en un gran momento. Sin dudas que espero esa chance, por el equipo que tenemos, por la idea que hemos conformado y porque nos vemos con chances de conseguirlo. Es un anhelo que perseguimos, está dentro de las posibilidades nuestras. Hay que construirlo a ese camino.

Así llegó Alianza de Coronel Moldes a jugar contra Independiente

Los conducidos por Néstor Billalva lograron sortear la fase del interior del torneo más federal con éxito, jugando todos sus cotejos en condición de visitante.

La primera prueba fue Unión de Villa Krause, equipo del Federal “A”, al cual Alianza dejó afuera de la Copa con un contundente 3 a 1 a domicilio. Felipe Mugnani, Joaquín Prado y Maximiliano López fueron los autores de los goles.

En segundo término, los moldenses tuvieron que visitar la provincia de Mendoza para medirse con otro rival de una categoría superior, Deportivo Maipú. El partido fue entretenido y parecía que el 2 a 0 a favor de los “Cruzados” cuando promediaba el complemento, era historia juzgada y Alianza se quedaba sin Copa Argentina. Sin embargo, con un gol de Mugnaini de larga distancia y luego una heroica conversión agónica de Guido Rancez, Alianza estiró la definición a la serie por penales ante un anímicamente liquidado Maipú. En la definición desde los doce pasos, el conjunto de Billalva se impuso por 5 a 4, logrando silenciar al estadio y llevarse la valiosa clasificación a la final de la zona del interior A de la Copa Argentina.

En el partido definitorio, previo a los 32avos (cuadro principal de la Copa), Alianza se midió con Estudiantes, flamante puntero de la zona 17 y uno de los máximos candidatos por ese entonces a obtener un ascenso al Federal A. Si bien el “león” había derrotado a Alianza en los dos partidos que disputaron ambos equipos por el Federal B, en este caso, Alianza se iba a sacar la espina que tenía clavada y avanzar de ronda.

En aquella noche en el “Antonio Candini” brilló un joven Juan Miguel Reynoso, autor de dos goles, mientras que Tomasini y Jaime (en contra) fueron los autores del otro par restante. El equipo de Billalva dio otro batacazo, ganó 4-2 y logró la clasificación al cuadro principal de Copa Argentina.

El 26 de abril de 2015 se desarrolló un hito histórico para la Liga Regional de Río Cuarto y para una localidad en especial. Alianza de Coronel Moldes se vio frente a frente ante Independiente de Avellaneda por Copa Argentina y fue un duro hueso de roer. Para nosotros, la emotividad del momento vivido por la gente de Coronel Moldes, la garra y el corazón de ese equipo y la digna entrega quedarán por siempre en el recuerdo de una gran gesta futbolística.

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Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque