Futsal
La mística de San Lorenzo: las Santitas bailan al ritmo de Minué
Delfina Corti
Periodista, escritora y jugadora de futsal.
Minutos antes de que San Lorenzo saliera desde el túnel del Polideportivo Islas Malvinas, ubicado en la ciudad costera de Mar del Plata, su entrenador Caudio García declaró frente a las cámaras que no se sentían favoritas a pesar de que la historia las avalara, que las finales hay que jugarlas y que “la mística no gana partidos”.
Las Santitas parecieron no escuchar esto último. Ni previo al partido, ni durante los 40 minutos a reloj parado que duró la final de la primera edición de la Copa de Oro de futsal femenino, ni cuando Sportivo Barracas empató a falta de tres minutos.
Tras el gol de Agustina González, quien había ingresado con la camiseta de arquera jugadora para buscar el empate arrabalero, San Lorenzo no perdió la calma. Y, tras un lateral, Nicole Hain apareció por derecha y atacó la paralela para recibir el pase de su compañera. Cuando encontró el espacio y, de una manera muy simple, definió cruzado para devolverle la ventaja al Ciclón a falta de un minuto, 47 segundos.
“¡¡San Lorenzo campeón. Las Santitas son las campeonas de la primera edición de la Copa de Oro femenina. Título 25 para las reinas del futsal argentino. Una copa más para sus vitrinas!!”, aclamó el relator de la transmisión. Y el 15 de agosto pasado, la capitana Débora Molina levantó una copa más.
La mística -creer o reventar- a veces gana partidos y campeonatos. Lo saben las Santitas y lo saben las jugadoras de Minué, el equipo de futsal femenino más querido de la década del `80, un grande del fútbol femenino de nuestro país.
Las 14 jugadoras de San Lorenzo que salieron a hacer historia en el polideportivo de Mar del Plata no habían nacido cuando Minué sacó a bailar por primera vez a sus rivales. Ocurrió en 1982. En aquellos años, el fútbol femenino todavía no dependía de la Asociación del Fútbol Argentino. Y menos aún el futsal.
En el Club Unión de Ezpeleta, se organizó el primer torneo donde participaron varios equipos. El 23 de septiembre de 1982, en el Diario El Sureño apareció una lista con algunos nombres: Minué de San Justo, Juventud Unida de Berazategui, Defensores de Gran Buenos Aires, Crisol Esperanza de Quilmes, Novandar de Quilmes, Tigre, San Fer, Ateneo de Merlo, Santa María, La Academia, Unión de Ezpeleta, Los Rojos de Quilmes, Crisol de Monte Verde, Progreso, No va a Andar de Ezpeleta, Carabelas, Estrella de Burzaco, Crisol de Diamante, Deportivo Berazategui, Club Lomas, Lanús, Defensores de Burzaco y Paso del Rey.
Minué nació gracias a la jugadora Liliana “Manzanita” Sequeira y el entrenador Luis Garay. “Lo que queríamos era un equipo que fluyera en la cancha, que danzara en cada jugada colectiva como ese baile típico llamado `Minué´ que bailaba el Libertador San Martín, admirado por Don Garay, que reconoce su gusto por la historia”, contó Sequeira en el libro Pioneras Argentinas, un pase a la historia.
Hace 40 años, en la primera final del torneo de Ezpeleta, Minué salió campeón tras ganarle 3 a 1 a Tigre, en una cancha repleta. Y a partir de ahí comenzó a amasar una mística ganadora que Pioneras Argentinas, un pase a la historia se ocupó de recordar: “Según cuenta la historia, a mediados de los ‘80 no había equipo que aceptara disputar un partido contra Minué porque ya estaban cansados de tanto perder”.
Hasta que llegó la solución que le hizo frente a la falta de rivales. Un compañero de Garay se le acercó una noche en la fábrica de medias donde trabajaban y le dijo que fuera a hablar con Eduardo Sanchís. Sanchís era pariente de su compañero y presidente de Yupanqui.
Luis aceptó y, una vez frente a Sanchís, le ofreció llevar a las 22 jugadoras de Minué a cambio de que el Club les ofreciera su personería jurídica y la posibilidad de jugar de local en sus instalaciones. Los primeros años, como no tenía cancha de 11, siguieron entrenando futsal.
Yupanqui, el cuadro de tu vida, ganó su primer torneo de futsal en 1988 y, durante cuatro años, no perdió un solo partido. En 1989, la primera Asociación de Fútbol Femenino Argentino dirigida por dos mujeres, Nils Altuna como presidenta y Lilian Fadel como vice, organizó el torneo Femigol de Futsal donde Yupanqui salió nuevamente campeón.
“El fútbol es picardía y yo aprendí en el potrero”, declaró Sequeira cuando le preguntaron sobre aquellos años dorados de Minué. Pero bien podría haber sido una declaración de Florencia Coronel, quien marcó el primer gol de la final frente a Sportivo Barracas al buscar un desvío tras ejecutar un lateral. O de Federica Silvera, que recibió en el área un pelotazo de su arquera y, de tijera, convirtió para las Santitas el 2 a 1 parcial.
San Lorenzo consiguió su título 25 en el futsal argentino. El primero fue en el 2005, en el segundo campeonato organizado por la Asociación del Fútbol Argentino. Hoy cuenta con una Copa Argentina, una Liga Nacional, una Supercopa, una Copa de Oro y 21 títulos de Primera División.
La mística marca una época. Una jugadora japonesa vino de embajadora a la Argentina para conocer el fútbol femenino y eligió a Yupanqui ante la mirada atónita de Boca y River que querían ese protagonismo. Yupanqui fue el primer equipo que se afilió a la AFA, el primero que traspasó a una jugadora a Europa y el que primero que jugó contra un equipo que vino de Brasil. Y las Santitas -que tienen una Copa Argentina, una Liga Nacional, una Supercopa, una Copa de Oro y 21 títulos de Primera División- con su título 25 se afianzan, cada año, como la disciplina más ganadora de San Lorenzo.
Fotos: Prensa San Lorenzo
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