Fútbol

Las seis vidas de la “Gata”…

…la última es la que le queda. Eduardo Barolo fue uno de los tantos apasionados que tuvo la Liga Regional. Vivió, respiró, y casi deja el mundo, por el fútbol. Hoy en día disfruta de la tranquilidad de su hogar y las anécdotas florecen por doquier.

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Barolo,seis vidas dedicadas al fútbol y una que le queda.

El banco de madera al rayo del sol, una silla de plástico al costado de la mesa con las planillas para firmar y los asientos de cemento en cada vestuario liguero que hacían incómodo el reposo luego de diez minutos ininterrumpidos de estar sentado. El olor a “átomo”, el del betún de los botines, la transpiración penetrante, el aroma a jabón que tenían las camisetas recién lavadas de la mamá del jugador encargada de la tarea, las eternas canillas goteadoras a las que se miran fijo, como si contaran una historia con cada gota. En un lugar así, en el más puro de los rincones del fútbol de Liga Regional, pasó más de media vida Eduardo Barolo, la “Gata”.

Allí aprendió las reglas de honor que tiene este deporte. En Adelia María se hizo de vestuario. Barolo conoció todo lo que puede salir de ahí, lo bueno, lo no tan bueno y lo malo. Con tardes soñadas, emblemáticas y otras tantas no gratas.

La “Gata” tuvo, además, horas y horas de estar chupando frío, soportando calor y aguantando la lluvia con una pelota de fútbol de por medio. Fueron años de trayectoria como jugador y como técnico, pasó de un rol a otro en un abrir y cerrar de ojos.

Se cuenta que era un detallista, un obsesivo cada vez que hablaba de fútbol. Que tenía autoridad pero no era autoritario, y que le divertía hacer chistes, que se los hagan, y que cultivaba la buena onda en el trabajo. Así formó los planteles de Municipal y Atlético que consiguieron la gloria eterna.

Barolo dejó postales en el fútbol regional, campeonó, se salvó del descenso y construyó futuro. Algún día se lo recordará aún más, cuando el tiempo corra y los títulos adeliamarienses escaseen. Hoy el hombre en cuestión está tranquilo, se retiró dice, disfruta de su nieto Fausto y al legado futbolero lo heredó su hija Virginia. La “Gata” perdió y ganó vidas, en total fueron seis, le queda una sola.

Afortunado en goles

Eduardo Barolo tuvo la dicha de dirigir a Deportivo Municipal y a Atlético Adelia María. Por ambos pasaron grandes goleadores, quienes lo ayudaron a campeonar en torneos domésticos (en 1995 con el “celeste” y en 2007 con el “canalla”). La “Gata” fue estratega de tres artilleros letales, que seguramente, juntos, sumen cerca de mil goles: Fabian Ladousse fue el primero, lo siguieron Marcelo “Bocha” Siliano y Juan Alberto “Cara” López. Acá ganó vida.

“Fui un tipo afortunado por dirigir a grandes jugadores, desde arqueros hasta los delanteros de la Liga. Nombrar a Ladousse, al ‘Cara’ y Siliano es nombrar a los mejores delanteros de los últimos 20 años. Si tengo que nombrar a todos no terminó más, pero a esos tres los disfruté como futbolistas y personas, desde lo humano son excelentes. Me enseñaron y me formaron, extraordinarios, con quienes hasta el día de hoy queda una relación”, indicó Barolo.

Al ex DT se le sumó el relato de uno de ellos, Marcelo Siliano. “Hablar de la ‘Gata’ es hablar de un apasionado del fútbol. Barolo marcó muchísimo acá en Adelia, fue el único que sacó campeón a ambos clubes. Compartí muchos años con él, llegó en el 2004 como ayudante de Hugo (Mattea) y luego en el 2007 fue el líder del grupo, supo conducir a gente de experiencia y gente joven. Un tipo motivador que armó un gran grupo que se tiró de cabeza siempre, fue un privilegio haber sido dirigido por él.

Los títulos con Municipal y Atlético

El 16 de octubre de 1995 Deportivo Municipal de Adelia María inscribió eternamente su nombre entre los campeones de Primera A tras empatar en la última fecha frente a Talleres de Las Acequias en condición de visitante. El “celeste” había conseguido el ascenso unos meses antes, peleó el Apertura y finalmente la fiesta se desató en el Torneo Clausura. Barolo era el entrenador con tan sólo 29 años.

El 12 de diciembre de 2004 Atlético Adelia María se consagraba campeón al revertir el pleito frente a Independiente Dolores de General Cabrera. Súper final en cancha de Estudiantes, suspensiones, festejo anticipado y la heroica “canalla”. La final se reanudó y se jugaron 20 minutos, donde Atlético aprovechó el envión y empató 2-2 tras estar previamente 2-0 abajo. Ganó por penales y se consagró. Barolo era ayudante de campo de Hugo Mattea en aquel entonces.

En 2007 la “Gata” repitió. Nuevo título para el “canalla”, esta vez en el Clausura. Barolo fue el DT principal. Como los títulos valen doble, en la ocasión Barolo consiguió doble vida.

En Alcira Gigena, una menos

El 19 de octubre de 2015, penúltima fecha del Torneo Clausura, Atlético Adelia María perdía 1-0 con el local Lautaro Roncedo y caía a Primera B. El equipo “canalla” no encontraba respuestas, aunque sí la salvación. Logra empatar a los 40’ Maximiliano Álvarez y a los 48’ convierte agónicamente Juan Collomina. Atlético se viene casi salvado desde Alcira Gigena, pero casi pierde a la “Gata”. Un pico de presión y una posterior internación marcaron de por vida al DT.

Textual de Barolo

  • “Gracias a eso tomo una pastilla todas las mañanas, ya no tengo nada pero el médico por precaución no me la quiere sacar. Luego de ese partido tuve un ataque de nervios, se me subió la tensión y me tuvieron que atender en Gigena”.
  • “Viví dos o tres situaciones bravas en el futbol que me hicieron entender la pasión que genera. Haber vivido el campeonato con Atlético, definirlo en una reanudación de 20 minutos, con un 2-0 abajo y con dos hombres menos, y la otra, que a 20 segundos de terminar un partido, ir perdiendo, no sabiendo qué hacer en la cancha y al final salvarnos del descenso son cosas terribles. Viví eso lindo y estresante”
  • “No fue un mal campeonato nuestro (el de 2015), ese de Roncedo fue el penúltimo partido y después en la última le ganamos 3-0 a Juventud Unida y nos salvamos. Terminamos a tres puntos de la punta, terceros, y sale campeón Estudiantes. Dormimos al inicio de la temporada, nos armamos sobre la marcha con ‘Pollito’ Gómez, ‘Masita’ Pérez y ‘Pity’ Álvarez”.

El final de esa “vida” la adelantó el propio protagonista. La última fecha del Clausura 2015 se desarrolló el 21 de octubre, jugaron un miércoles, en simultáneo, los tres comprometidos a perder la categoría. Acción Juvenil cayó con Atlético Sampacho, Roncedo igualó con San Martín en Vicuña Mackenna y Atlético goleó a Juventud Unida de Río Cuarto. Se salvaron “canallas” y “albicelestes”, se fueron los “aurinegros”.

La otra perdida: en los doce pasos

“Tuve rachas de errar siete penales seguidos en Municipal, en Atlético fueron seis. Me acuerdo que el encargado en Municipal era Ladousse, erró tres, pero era infalible, los mismos compañeros le daban la pelota de nuevo, hasta que él me pidió que patee otro hasta ganar confianza. En Atlético era (Pablo) Pezzini, el arquero, erró dos o tres y me pidió lo mismo que el ‘Tuty’. Todos tipos que le pegaban bien, pero agarrás esas rachas y no salís más. También me tocó al revés, jugar muy mal, ganar 1-0 y traerme los puntos a mi casa”.

Los malos tragos que lo empujaron a dejar

En 2016 el miedo se apoderó de todos los presentes en el partido que disputaban San Martín Vicuña Mackenna y Atlético Adelia María por Liga Regional de Río Cuarto cuando Rafael “Fita” Romero golpeó su cabeza contra el muro perimetral. El dirigido por Barolo fue trasladado de urgencia al hospital y al poco tiempo pudo rehacer su vida con normalidad. El plantel de Atlético vivió días de mucha tensión por lo acontecido, suspendió un compromiso con Atlético Sampacho y reanudó actividades con una victoria ante Deportivo Municipal de Redacción.

“Es una de las cosas más feas que me tocaron, se golpeó la nuca y lo llevaron a internar a Río Cuarto. Lo del “Fita” fue de terror, año 2016. En Municipal me pasó otra muy brava, un jugador se reventó el vaso y ni cuenta nos dimos. Los dirigentes lo llevaron al médico, ocurrió a las 11 de la noche y a la 1 lo estaban operando sino se moría, fue ‘Caco’ Rodríguez, sufrió una hemorragia interna. De las cosas más feas que me pasaron y que no me gustaría volver a vivir”, aseguró Barolo.

La sexta, la que ganó hace dos años

La llegada de Fausto lo alejó del verde césped, hoy la “Gata” juega los 90 minutos ahí. Su nieto es su gran ladero, su debilidad. Barolo le dedica el tiempo de lleno, el que no pudo dedicarle a su hijo Bruno, quien con ocho años lo siguió a todas las canchas, viajaba con dirigentes e hinchas y miraba desde el alambrado el fervor del padre.

“Desde hace dos años, que nació mi nieto, no pensé más en dirigir. Me hubiese gustado volver a Municipal, pero no se dio en su momento. Me crucé de vereda, saqué campeón a Atlético pero siempre trabajé respetuosamente en los dos lados, por eso no me reprochan nada ninguno. Tampoco voy más a la cancha, antes me volvía loco hasta desde afuera, pero ahora ya no, el que me vuelve loco es mi nieto”, cerró Eduardo.

El fiel relato de un hombre que vivió, respiró, y casi partió, por fútbol. Eduardo “Gata” Barolo.

Fotos archivo Al Toque
Redacción Al Toque

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