Lucas Guzmán, el taekwondista que mantuvo en vilo al país en la madrugada

Fue un primer día con muchas emociones argentinas en los Juegos Olímpicos Tokio 2020+1. Sobre todo, en lo respectivo a las artes marciales. En judo, Paula Pareto finalizó su brillante carrera con el diploma olímpico del 7° lugar en la categoría hasta 48 kilos.

Pero en este caso nos vamos a ocupar de otras de las disciplinas orientales, el taekwondo. Allí, teníamos una de las mayores promesas de estos Juegos para Argentina: Lucas Lautaro Guzmán.

Nacido el 17 de julio de 1994 en Merlo, provincia de Buenos Aires, Guzmán vivió el taekwondo desde muy pequeño. Su familia creó la Academia Sung-Do, que consistía en un acotado gimnasio de 10×10 metros.

Su padre, Eduardo, formó parte de la Selección Argentina de Taekwondo y junto a su madre querían que su hijo tuviera las herramientas para entrenar de la manera más cercana posible. Por momentos una dura infancia en cuanto a lo económico, pero nunca dejando de lado la estela deportiva.

Así fue que Guzmán creció y se formó en el taekwondo. Comenzó a tener buenos resultados a nivel internacional: Medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010; medallas de plata en los Campeonatos Panamericanos de Aguascalientes 2014 y Querétaro 2016, ambos en México; bronce en el Panamericano de Spokane, Estados Unidos en 2018 y una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Sin embargo, en 2019, su madre Elizabeth falleció y generó un vacío en la vida del taekwondista, quien imaginó en dejar la actividad de lado. En ese punto aparecieron las fortalezas brindadas por los hermanos Sebastián Crismanich (oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012) y Mauro Crismanich (bronce en el Mundial de Copenhague 2009), quienes lo incentivaron a continuar y prepararse para cosas grandes.

Por supuesto, llegaron. De la misma manera que se vio esta madrugada su actuación paciente y perseverante en Tokio, fue su camino hasta allí. Luego de la muerte de su madre, consiguió un gran tercer puesto y medalla de bronce en el Mundial de Manchester 2019 y la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Ingresó como el 11° preclasificado a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y comenzó a hacer estragos desde el primer combate en la categoría hasta 58kg. Enfrentó al irlandés Jack Woolley en su debut, a quien derrotó literalmente en los últimos cinco segundos de la pelea con una patada agónica para imponerse por 22-19. Más tarde, Guzmán eliminó al n° 3 del ranking mundial, el iraní Armin Hadipour en un muy prolijo combate del nacido en Merlo con victoria 26-6 (una vez que la distancia es de 20 puntos, la pelea se da por finalizada).

Cerca de las 5 de la mañana en el Makuhari Messe Hall A, ubicado en la Prefectura de Chiba -al este de la ciudad de Tokio-, el argentino enfrentó en semifinales al joven italiano Vito Dell’Aquila quien propuso un gran combate, conectando las patadas que a Guzmán le habían surtido efecto en su round anterior. El italiano se llevaría el triunfo por 29-10 y más tarde se consagraría con el oro. En el combate por el bronce y el tercer puesto, Guzmán perdió ante el ruso Mikhail Artamonov por 15-10.

No habrá sido día de medalla para Guzmán, pero sin dudas una experiencia inolvidable y fructífera en estos Juegos Olímpicos de Tokio. Hace dos años, en las antípodas y evaluando dejar el deporte para siempre, hoy Guzmán quedará en la memoria de una jornada histórica del olimpismo para las artes marciales argentinas.

Fotos: Juegos Olímpicos / Getty Images
Redacción Al Toque